domingo, enero 29, 2006

El Tempranillo al revés


ANTONIO BURGOS
ABC / 29-01-06

NO, imaginación sí le están echando: cambiar la Constitución por medio de un Estatuto; acabar con la igualdad entre las regiones y con el principio de solidaridad. Dicen que es lo más progresista que hay, pero en los dineros me parece que se han pasado de imaginación. Han inventado a José María el Tempranillo, pero al revés: «El que a los ricos socorre / y a los pobres avasalla». No, como paradoja no deja de ser insólito. Será histórico. Un Gobierno socialista, en una nación europea, bien entradito el siglo XXI, consigue que los ricos como Cataluña reciban más, justamente por ser más ricos, y a los pobres, que les vayan dando por debajo del PIB. Es como la pregunta que acerca de las diferencias sociales y económicas me hacía un amigo a la vuelta de Estados Unidos:

-Los negros, ¿son negros porque son pobres, o son pobres porque son negros?

Y con respecto a los territorios patrios y al nuevo método de meter la cuchara en el perol común que consagrará el Estatuto catalán, lo mismo:

-Los catalanes, ¿son catalanes porque son ricos o son ricos porque son catalanes?

Un poco de memoria histórica. Se silencia que Cataluña fue la gran beneficiaria de los privilegios del desarrollismo franquista. Cuando en Andalucía teníamos carreteras de macadán, en Cataluña ya había autopistas. Franco lavó su mala conciencia de vencedor beneficiando a las regiones derrotadas en la guerra civil. Se le fue la mano ayudando a la que había sido la España republicana: a Cataluña, a las Vascongadas. Incluso en Andalucía la máxima beneficiaria del desarrollismo franquista fue la republicana Málaga, a la que se le dio el «boom» de la Costa del Sol: o el republicano Jaén, al que Franco le hizo un Plan especial; no la fiel Sevilla de Queipo. ¿Por qué Franco puso la Seat en Barcelona y los andaluces tuvieron que emigrar allí buscando trabajo?

Y como desde el proteccionismo arancelario y desde el desarrollismo franquista son tan ricos, no se van a conformar ahora con el café para todos de las autonomías. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Si pagan más impuestos, ¿cómo van a recibir menos? Yo también me apunto a eso: que me den servicios públicos según mi IRPF. Pues si se rompe el principio de igualdad entre territorios, ¿por qué no entre individuos? Todo el mundo querrá ser como los catalanes: que le apliquen el mismo criterio fiscal y de acceso a los bienes públicos. Usted, rico potrico por su casa, que gana un fortunón y paga una burrada de impuestos, ¿cómo va a tener la misma carretera que ese tío que va ahí con un Ford Fiesta de segunda mano, que apenas paga los impuestos del salario mínimo? Usted no puede padecer el mismo embotellamiento en la misma carretera, puesto que usted paga muchos más impuestos. Y como la letra del hombre del 600: la carretera nacional es suya, porque casi la ha pagado usted. Ergo cuando haya un atasco en la A-6, usted debe exigir alfombra roja para que pase su Bentley, y el tío del Ford Fiesta, a la cuneta para que le deje paso.

Y en la Sanidad, igual. Con los impuestos que usted paga, ¿cómo va a estar en la misma habitación que ese albañil que no contribuye casi nada? ¡Que echen al albañil inmediatamente, que lo devuelvan a la sala de triaje, porque no va a ser igual que yo, que pago tantísimos impuestos y que me merezco una suite! Y en la enseñanza, ni te cuento. ¿Cómo su hijo va a ir a la misma Universidad pública que el hijo de un fontanero, con lo que paga usted? Nada, nada, volvamos al siglo XIX, cuando el primer contribuyente de la provincia tenía sus privilegios. Por falta de imaginación no será. Han inventado los desfasados privilegios del primer contribuyente en forma de territorios insolidarios y desiguales. El Tempranillo, pero al revés: robar a los pobres para dárselo a los ricos.


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