domingo, enero 28, 2007

EL CATOBLEPAS - número 59




Ya está disponible el número 59 (Enero 2007) de EL CATOBLEPAS, revista crítica del presente:






Si no se tiene en cuenta el miedo en el País Vasco, todo lo que se negocie será falso




Raúl Guerra Garrido, escritor y Premio Nacional de Literatura: «Si no se tiene en cuenta el miedo en el País Vasco, todo lo que se negocie será falso»

El escritor, que publicará «La soledad del ángel de la guarda», una novela sobre un escolta, es un testigo de los primeros años de la resistencia civil contra el terrorismo
Manuel Calderón´- La Razón

Madrid- Siento pudor al oír hablar a Raúl Guerra Garrido: es como ver a alguien desnudo, mejor dicho, despojado de su ropa a la fuerza. El dolor, por más sangrante, es íntimo, y la literatura le protege. Hace años que quiere escribir una novela «posterrorista». Cree que no llegará ese momento. Guerra Garrido es un testigo incómodo de una crónica negra de la política: la exclusión de una parte de la sociedad vasca por su desapego inquebrantable al nacionalismo hegemónico. Su testimonio viene de la prehistoria de la resistencia civil al terrorismo. Muy a pesar suyo, fue el primer escritor que trató en una novela el terrorismo vasco en «Lectura insólita de “El capital”». Era 1976 y la lista de este macabro género sigue siendo muy escasa. Estudió la carrera de Farmacia en Madrid, donde nació, y llegó a Guipúzcoa a trabajar en la industria en los primeros años sesenta. «Esa epopeya individual pero a la vez muy colectiva es lo que me sedujo del País Vasco y por lo que probablemente me quedé y es lo que siempre me ha interesado escribir. Pero literariamente, la aparición de la violencia me ató del todo», dice.

-Cuando en 1970 escribió «Cacereño», su primera novela, no podía imaginar que casi cuarenta años después seguiría hablando del País Vasco y no precisamente desde el costumbrismo.

-Nadie imaginó lo que nos esperaba, incluso a pesar de que el atentado de Carrero Blanco me produjo un enorme enfado, porque sabía que se iba a pagar un precio por ese asesinato, porque la izquierda se iba a creer que ETA era de los nuestros.

Hablar para poder vivir

-¿Cómo es posible que en uno de los lugares más desarrollados de Europa y del mundo, impere la irracionalidad política?

-Creo que en todas las sociedades donde existe un diferenciación, de tipo racial, religiosa o lingüística, siempre hay alguien que se aprovecha y levanta la bandera del «nosotros» contra los «otros». Es una maldición. En una sociedad como la vasca, industrializada, muy compleja y con un gran nivel económico, no puedes aspirar a crear un país unívoco, aunque se ha conseguido transmitir esa unidimensionalidad: vasco es igual a nacionalista y esto lo hemos asumido todos. En nuestro Parlamento hay un Grupo Vasco, que es el del Partido Nacionalista Vasco. Y el resto de los vascos que hay en el Parlamento, ¿qué son? Por cierto, hay bastantes más que en el Grupo Vasco. Esa situación podemos trasladarla a todo, así de sencillo, y cuando se produce esa diferencia entre «nosotros» y los «otros» es cuando surge la irracionalidad más terrible.

-¿Cuál es su estado de ánimo después del atentado en el aeropuerto de Barajas y de la ruptura de la tregua?

-Pues el mismo que antes: malo y pesimista. Es un aburrimiento infinito. Alguien dijo que no hay nada más agotador que explicar lo obvio. Si alguien quiere entender la situación vasca sólo tiene que ver la televisión vasca o irse al Goyerri. Nada de eso se entiende si no es a través del miedo. Si eliminas el factor miedo, todo lo que hagas, discutas o negocies estará sobre unas bases falsas. Son terroristas y por lo tanto han impuesto el terror. Si me piden un artículo sobre la situación de hoy, a unas semanas de romper la supuesta tregua de ETA, daría una fotocopia de un artículo de hace diez, veinte, incluso treinta años. Lo que está sucediendo es una repetición «ad nauseam».

-¿No estamos mejor entonces que hace una año, como ha dicho el presidente del Gobierno?

-Yo estoy hablando de decenas de años y llevo mucho escribiendo sobre el terrorismo en mis novelas. A mí me interesan las situaciones individuales, ese miedo que no aparece nunca y que no es objeto de artículos de fondo pero que he visto en amigos, en vecinos, en gente anónima. Un miedo que forma parte de mi próxima novela, «La soledad del ángel de la guarda». Los escoltas existen en el País Vasco y no son seres arcangélicos de los que nadie habla, ni el terrorista es tampoco otro ser arcangélico. Todos hemos nacido en un sitio, de un padre y una madre y la gente te conoce.

-Creo que no le gusta hablar de esto.

-Soy escritor, he escrito libros donde expongo con dureza lo que pienso sobre el terrorismo vasco, en «La carta» o en «La costumbre de morir», incluso en «Lectura insólita de “El capital”», que publiqué en 1976 y donde narraba el secuestro de un industrial y sus lecturas en el zulo del libro de Marx para pasar el tiempo. Con ella gané el Premio Nadal y algunos dijeron que era una novela oportunista... Es decir, me ha tocado hablar cuando he tenido que defender la vida. Soy como aquel chiste sobre la guerra de Vietnam que decía «mi capitán, han llegado los voluntarios; pues que los desaten». Pues algo parecido soy yo. He querido mantener la dignidad, entendiendo por dignidad querer ser uno mismo cuando te ponen muy difícil ser uno mismo.

Cumplir la penitencia

-Nunca se ha querido hablar abiertamente de ETA, como si ocultando su nombre borrásemos su existencia o, lo que es más absurdo, para evitar darle publicidad, y se han escrito pocas novelas y se ha hecho un escasísimo cine. Usted es de los pocos novelistas que lo ha hecho.

-Eso es miedo. La gente tiene miedo a hablar, así de sencillo. Hubo una época tremenda, en los primeros ochenta, cuando asesinaban a gente todos los días, que lo horrendo y lo que te echaban en cara no era el asesinato, sino que hablases de ello. De ahí viene esa desidia. La primera edición de «La carta», la más dura de mis novelas, es de 1990, y no se atrevieron a publicarla y tuve que editarla en otra editorial y acabó descatalogada. Los hermanos Cela, que eran dueños de Alfaguara, no consintieron que en «Cacereños» apareciera la palabra ETA. Habría que preguntar algo básico para comprender este problema y el momento que vivimos: ¿cuántos miembros de tu familia o amigos ha matado ETA? Yo he visto a un amigo íntimo tirado en el suelo con dos tiros en el pecho y dos en la cabeza y luego viene la Policía y te dice que podías haber sido tú. Su delito era haber escrito un artículo. Eso sucedió en este siglo, hace muy poco. Es decir, el miedo está extendido, el terror ha triunfado. Si a uno no le gusta el terrorismo -como, por ejemplo, tampoco que bombardeasen con napalm en Vietnam-, no comprenderá de qué va este problema. Reconozco que sigo impresionado con la muerte de José Luis López de la Calle.

-Antes que miedo, ¿no existe una incomprensión de lo que está sucediendo?

-Me acuerdo de una larga conversación en un curso de verano de El Escorial donde estaba Mario Benedetti. Hubo una charla muy larga sobre el País Vasco y además con gente que se creía esa idea romántica del mundo «abertzal». Al final, Benedetti me dijo: «Te puedes creer que no entiendo nada». Pues vas bien, le dije, si después de dos horas no entiendes nada, vas por el buen camino. ¿Es compatible la extrema izquierda con el nacionalsocialismo? ¿Desde cuándo los oprimidos son los que mandan? ¿Desde cuándo en un Parlamento los que necesitan llevar escolta son la oposición, no el Gobierno?

-¿Usted cree que algún día se podrá llegar a la reconciliación...?

-... nunca me ha gustado la palabra reconciliación.

-La utilizo intencionadamente porque está en la cultura política de la transición española y sabemos lo que quiere decir.

-Yo no me he salido jamás del concilio, quien se haya salido del concilio democrático, que vuelva. Pero ellos, que son muy católicos, saben muy bien cómo la iglesia concede el perdón. Si se lo concede Dios, por qué no se lo vamos a conceder nosotros, pero hay un sistema: propósito de la enmienda, dolor de corazón, decir los pecados al confesor y, lo más interesante, la penitencia.

-¿Cree que puede desarrollarse, como suele decirse en los últimos meses, un «escenario de paz»?

-Se puede convivir con una úlcera de estómago y hay personas que conviven con un cáncer. Es verdad que en la sociedad civil no se da la ferocidad antagónica que existe en el mundo político, pero se han creado dos comunidades. Sólo hace falta ver un par de días ETB para comprender qué quiere decir que hay dos comunidades. Por ejemplo, es una televisión que no puede dar la noticia de un Premio Nacional de Literatura, como fue mi caso, pero que tampoco dio el fallecimiento de Julio Caro Baroja y donde tampoco se hablará de un libro de Savater...

-Precisamente Savater escribía en un reciente artículo después de la bomba de Barajas que este «proceso de paz» se había montado bajo la ilusión de que los perseguidos en el País Vasco habían dejado de serlo.

-Hace tiempo, creo que en 1984, montamos el Colectivo Miguel de Unamuno y una revista, «Cuaderno de Alzate», luego el Foro Ermua, ¡Basta ya! ... El resultado es el mismo: no saben no contestan. Efectivamente, no estábamos tan bien como lo pintaban. Reconozco que soy pesimista porque sólo nosotros estamos dispuestos a buscar un término medio. Defendimos el Estatuto de Autonomía, la universidad vasca y no sé cuántas cosas más y firmé centenares de manifiestos... ¿qué más tengo que firmar ahora? Un nacionalista entiende una negociación sólo dándole la razón, en cuanto no se la das, eres un intolerante.

-¿No cree que la aparición de las víctimas -la parte fundamental en el drama junto al asesino- es el elemento distorsionante, incluso molesto para algunos, en este «proceso»?

-Lo que pasa es que antes el amenazado y el muerto, por definición, eran culpables. Es como el sida: si lo tienes es porque has hecho algo malo y no te queda otra que asumir el castigo. Gracias a los movimientos civiles esto ha cambiado. A mí me dicen: es que te opones a la paz. Sí, radicalmente. Hace años celebramos los 25 años de paz, lo que no querría era morirme celebrando los 75 . En las manifestaciones que hacíamos en el País Vasco no se gritaba paz, sino libertad, porque vivimos en una situación predemocrática. Todavía no han habido unas elecciones donde no haya candidatos, los de PP y los de PSE, que se jueguen la vida.

Cómodamente extranjero en todas partes

«Me siento cómodamente extranjero en todas partes». Lo dice en Madrid, donde nació en 1935. «Jugaba al futbol en el solar de Felipe II, que era mi territorio, en lo que había sido la antigua plaza de toros. Acabada la guerra, los parques de atracciones eran los descampados». Vive en San Sebastián desde los primeros años sesenta. Su farmacia, atacada en numerosas ocasiones por los grupos proetarras, fue destruida en un incendio. Decidió resistir. Ha terminado «La soledad del ángel de la guarda», una novela sobre un guardaespaldas, que no pensaba escribir, pero en la que arroja nuevas preguntas: «¿Quién vigila al vigilante?, y otra que a veces me he hecho: ¿soy todavía de los nuestros?». Es un hombre de ciencia que escribe, lo que acaba destilando un convencimiento poco dogmático, casi escepticismo. «Siempre me ha interesado el ámbito de la industria y el trabajo y creo que en algunos de mis libros queda plasmada esa impronta de la épica industrial, que prolongo en “Castilla en canal”, que es una mirada a la Ilustración, a la razón, a la manera como Goethe definió la Ilustración, la mayoría de edad del hombre donde se impone la razón y se racionaliza el trabajo. Ésa ha sido mi fe, la de un ilustrado, a pesar de que hoy hablar de las virtudes de la razón para solucionar problemas parece retógrado. Eso es lo que nos hace salir de las cuevas, aunque a veces me pregunte por qué salimos».

Llamamiento del Foro de Ermua


Este sábado día 3 de febrero, el Foro de Ermua convoca a todos los españoles a una manifestación en la que, además de homenajear a los fallecidos en el brutal atentado de ETA en Barajas, se reclamará libertad y el fin de la negociación con la banda terrorista.

Para informarse sobre los detalles de la manifestación (recorrido y autobuses) consulte la web del Foro de Ermua: http://www.foroermua.com







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sábado, enero 27, 2007

DISCURSO ÍNTEGRO DE JOSÉ MARÍA AZNAR (En la entrega del premio anual de la Fundación Gregorio Ordoñez)

Creo que no tengo que utilizar muchas palabras para expresar mi agradecimiento por el premio que me habéis concedido. Todos los premios se agradecen. Pero este lo siento con la emoción profunda del recuerdo al amigo, al compañero, al que, como se ha dicho aquí, no quitaron la vida sino que la entregó por la causa de la libertad.

Y en estas primeras palabras quiero dejar constancia de mi admiración a todos los que desde su muerte habéis sido depositarios leales de la memoria de Gregorio a través de ésta esforzada fundación y de vuestro trabajo personal. Mi admiración -que saben que la tienen- para Ana, para Consuelo, para María. Es decir, mi admiración a su familia y a sus amigos, que compartieron su mismo compromiso.

Sabed que la figura de vuestro marido y padre, de vuestro hijo, de vuestro hermano, de vuestro amigo se engrandece y se hace más necesaria. Sabed que su trabajo en esta ciudad sigue dando frutos y que su muerte –ese es el fracaso de sus asesinos- ha hecho de Goyo una figura imborrable a la que rendimos homenaje. Hace doce años que Gregorio fue asesinado. Y doce años después seguimos comprobando hasta qué punto su legado político, la herencia cívica que dejó a la sociedad vasca, sigue vigente, nos compromete y nos inspira.

Goyo no fue un héroe involuntario, lanzado por las circunstancias a un destino con el que no contara. Gregorio Ordóñez fue un hombre que asumió de manera íntegra y consciente un compromiso sin límites, hasta su propia muerte, con el bien de la libertad. Se rebeló contra el terror y contra el miedo no sólo por un sentido de justicia que no admitía transacción.
Se rebeló por dignidad. Su ¡basta ya! -que después fue coreado por tantas voces en las calles de esta ciudad- expresó la decisión firme de no tolerar la humillación ni el sometimiento a los agentes del terror, a sus cómplices y a sus beneficiarios, a quienes lo instigan y lo legitiman.

Gregorio no fue el único, pero si fue quien con más fuerza puso voz y transmitió coraje a los silenciados de esta sociedad. Quiso demostrar que no hay que resignarse, porque la resignación y el silencio no son una forma de vida llevadera, sino el abismo al que los terroristas quisieran precipitarnos. Gregorio fue, en el mejor sentido, el gran elemento subversivo de este régimen de árboles y nueces, de falsos oprimidos, del algo habrá hecho, de verdugos convertidos en víctimas, de exilios interiores.

Este régimen asentado y consentido por el éxito del espejismo nacionalista, alentado una y otra vez por otros no nacionalistas, que prometía paz y pide a cambio el poder. Durante demasiado tiempo se creyó que lo mejor era subcontratar la solución del “problema”. No se cayó en la cuenta de que encomendamos la solución a quien era parte del problema, porque no quería, ni quiere ni querrá la derrota de una banda terrorista a la que adorna y legitima como expresión de un conflicto secular que, por definición, no puede tener solución jamás.

Los asesinos de Gregorio Ordóñez habían elegido su objetivo con precisión. Sabían lo que buscaban con el asesinato de Goyo porque sabían muy bien que por las calles de San Sebastián andaba un tipo que decía la verdad que sufrían cientos de miles de vascos; un tipo contra el que no funcionaban las amenazas y que además no estaba dispuesto a irse. Era insistente, sincero, creíble. Transgredió los límites, reclamó lo que le correspondía en el espacio público, salía a la calle con su denuncia y le resbalaban las descalificaciones con las que sus adversarios pretendían neutralizarle.

Goyo decía la verdad en voz alta y –vosotros lo sabéis mejor que yo- aquí hay muchos que pueden tolerar un murmullo pero nunca una verdad elemental proclamada en la plaza pública. Una verdad que repelía el desaliento y que vio en la aparente soledad de sus posiciones el precio inevitable –pero siempre transitorio- que a veces exige la razón. ¿Os imagináis qué respondería Gregorio si después de las dos nuevas víctimas del atentado de Barajas le dijeran que se había quedado sólo?

Pues bien, Gregorio Ordóñez nos acompaña, en eso que llaman nuestra soledad, a todos los que más allá de las siglas, desde posiciones ideológicamente distantes, con trayectorias políticas y personales muy diversas, creemos que la derrota es el único final aceptable para el terrorismo. No hay un ápice de razón que tengamos que reconocer en la trayectoria, en las motivaciones o en los objetivos de una banda terrorista.

No hay contextos en los que haya que diluir, situar o comprender sus crímenes.


No hay ninguna legitimidad de consolación que debamos reconocer ni explícita ni implícitamente. No hay ningún sistema que debamos tejer a medida de lo que los terroristas y sus cómplices estén dispuestos a hacer, sino asegurar que se someten a la ley, al juicio de los tribunales y al imperativo de reparación de sus víctimas. En todo esto, hasta hace no mucho tiempo había un acuerdo amplio y razonable, bien articulado en un pacto de Estado que yo -que ya se sabe que soy un intransigente- acepté negociar con el entonces líder de oposición.

Firmamos ese Pacto cuando quedó claro que además de estar juntos en el rechazo al terrorismo, íbamos a adoptar medidas concretas y tangibles que pusieran en práctica el compromiso de derrotar la estrategia terrorista, de negar precio político alguno y de asegurar los derechos y libertades de todos en el marco de la Constitución y el Estatuto. Impulsé la ley de Partidos –la ley que puso a Batasuna fuera de la ley- y eso se negoció con la oposición. Impulsé la ley que, por fin, hacía que los terroristas cumplieran íntegras sus condenas. ETA- Batasuna quedo identificada en la Unión Europea y en Estados Unidos como las organizaciones terroristas que son.

Ahora andan algunos rebuscando frases mías pronunciadas tras el final de la tregua de 1999. Creo que dije que “haría todo lo posible para buscar los caminos que nos conduzcan a una paz definitiva”. Y eso es justamente lo que hice. Fue justamente esa política, la de la ilegalización de Batasuna y la del cumplimiento total y efectivo de las penas, la que sabía que nos conduciría a una paz definitiva. Casi llegamos a comprobarlo. Faltó muy poco tiempo.



Hace dos años, en este mismo salón, al cumplirse diez años del asesinato de Gregorio, yo preguntaba por qué se estaba cambiando la política que estaba a punto de acabar con la banda terrorista. ¿Por qué se abandonaba una política que estaba funcionando? Llevamos dos años sin recibir respuesta. El Gobierno que yo presidía tenía mayoría absoluta y una idea clara de lo que teníamos que hacer. Pero también teníamos una idea igualmente precisa de cómo debíamos hacerlo. Y eso incluía al Partido Socialista.

Estaba firmemente convencido de que con ello dábamos credibilidad a la política antiterrorista, mandábamos un mensaje inequívoco a ETA y respondíamos a lo que la sociedad española mayoritariamente nos pedía. Pero cuanto más se defienden los mejores instrumentos de nuestra convivencia, más ciega es la descalificación que se sufre. No es la primera vez que ocurre. Defender la Transición, el pacto constitucional, los Estatutos que operaron la transformación del Estado y ahora defender el pacto antiterrorista es convertirse en objeto de la fobia de todos los que creen que el secreto para continuar en el poder radica en deconstruir, en vaciar, en desarticular el armazón de nuestra convivencia pacífica y en libertad.

Todos esos supuestos que habían quedado incorporados al consenso contra ETA de los dos únicos partidos de gobierno vuelven a enterrarse. Y si, a pesar de todo, esos principios se entierran, se habrá enterrado la esperanza. Repito, si esos principios son enterrados, enterraremos la esperanza. O para ser precisos, enterraremos por mucho tiempo la esperanza de acabar con lo que el terrorismo es y lo que el terrorismo ha sido. Es decir, acabar con la estructura criminal que vuelve a matar y cerrar el paso a cualquier intento de legitimación de su trayectoria criminal.

Todo esto, ¿para qué? ¿Para que el Gobierno y el Partido Socialista vuelvan a entenderse con los que no han querido ni quieren la derrota de ETA?

¿Para volver a entenderse con los que pactaron con ETA en Estella echarles de la vida pública en el País Vasco?

¿Para volver a entenderse con los que se han opuesto y se oponen a todos y cada uno de los instrumentos más eficaces del Estado de Derecho contra el terrorismo?



¿Para volver a entenderse con los que deslegitiman, precisamente, al Estado que tiene que asegurar la libertad de sus ciudadanos?

¿Para volver a entenderse con los que dicen querer la paz pero alimentan su poder y su libertad excluyente con la falta de libertad de sus conciudadanos?

Desgraciadamente, en nuestro país se ha convertido en un principio de gobierno que lo que funciona bien es, cuando menos, sospechoso, y casi siempre prescindible. La levedad y el radicalismo llevados al Boletín Oficial del Estado, primero destruyen acuerdos, instituciones, leyes, y marcos de organización que han demostrado eficacia y capacidad de concitar adhesión; y luego los sustituye por sucedáneos que solo se justifican dentro de un proyecto sectario y excluyente.



Por eso, un pacto de Estado, EL Pacto por las Libertades, un acuerdo de objetivos ambiciosos comprometido con la derrota de ETA, un acuerdo eficaz y comprobado, va a ser sustituido por un supuesto consenso de mínimos. Lo peor de ese consenso de mínimos no es que no vaya a tener ninguna eficacia operativa, que no la va a tener. Lo peor tampoco es que vaya a tener muchísimo menos apoyo que el Pacto por las Libertades. Lo peor es que el objetivo de ese “pacto de mínimos” ya no será la derrota de ETA, sino cómo se mantiene, a prueba de bombas, un proceso que reafirmará a la banda en la idea de que matar y negociar son dos ingredientes que entran en la misma receta. Es sólo cuestión de dosis y de tiempos para que lo que hoy es un crimen pase a ser considerado un mero accidente.

Déjenme que formule algunas preguntas en voz alta:



¿Es razonable a estas alturas un consenso que no apoye la ley de partidos? ¿Se hará ese consenso a costa de la ley que desde el año 2003 asegura que los terroristas cumplen efectivamente sus condenas? ¿Están dispuestos los integrantes de esos acuerdos a activar todos los resortes internacionales contra ETA-Batasuna?

Porque si no es así, ese acuerdo nada suma. Todo lo contrario, resta fuerzas, limita posibilidades legítimas de actuación del Estado de Derecho, desperdicia el esfuerzo acumulado, y nos devuelve a la sórdida rutina de los lugares comunes, las falsas soluciones, y los experimentos de aprendiz de brujo. En fin, la clave es la esperanza. La diferencia entre unos y otros radica en dónde y en qué depositamos nuestra esperanza. Unos depositan sus esperanzas en lo que pueda hacer ETA. En lo que ocurra en eso que llaman “ese mundo”.



Por eso nos exhortan a que prestemos atención a lo que dice este o aquel, o se dedican a fabular con supuestas escisiones, y además se jactan de saberlo de buena tinta. Son los mismos que se entregan a extravagantes ejercicios de ingeniería social con los terroristas, diseñando combinaciones de fuerzas entre blandos y duros, jóvenes y veteranos, políticos y pistoleros, críticos o disciplinados. La realidad es que la política antiterrorista no se puede hacer a base de dibujos tan alejados de la realidad, ni de entretenidos temas de tertulia.

Yo, por mi parte, no espero nada de ETA y no creo que debamos preguntarnos qué es lo que ETA puede hacer por nosotros porque, si pudiera, no haría otra cosa que matarnos. Yo no espero nada de una política en la que el Estado no confirma su fuerza y voluntad de prevalecer sino que manifiesta su debilidad. Menos aun espero que los terroristas retrocedan ante una política de apaciguamiento. Deberíamos reconocer la lógica perversa del apaciguamiento. Es la lógica del chantajista que sigue exigiendo el pago, no porque la víctima no pague sino porque ha empezado a pagar. Es la lógica de Hitler que invade Polonia, no porque Chamberlain no hiciera concesiones, sino precisamente porque las empezó hacer en Munich.

Cuidado, pues, con ciertos razonamientos, sobre todo porque los mismos que los utilizan se escandalizan luego de las consecuencias a que conducen. Mi esperanza está en el Estado de Derecho, en la movilización de la sociedad, en el impulso –como el que hoy experimentamos aquí- que nos ofrece el sacrificio de las víctimas. Mi esperanza está en la fuerza de la libertad, en el amparo de la Constitución, en el vigor de la democracia que, decidida a plantar cara a los terroristas, es capaz de derrotarles.

Como cualquiera de vosotros veo con preocupación las dificultades que está encontrando esta opción que es la de la firmeza, la de la coherencia. Pero seguimos siendo muchos los que la defendemos. Estoy convencido de que nuestra actitud, la solidez de nuestras posiciones, nuestro compromiso con una democracia en riesgo, será determinante para evitar que el aventurerismo arrastre al conjunto de las instituciones del Estado hacia una crisis generalizada en los instrumentos básicos del Estado de Derecho y de la organización territorial.



Soy un español con alguna experiencia. No estoy en el gobierno, ni en la oposición. No estoy en nada más que en la vida particular, que he recuperado, y en el desarrollo de las ideas en las que creo. Voy adonde me llaman mis amigos; estoy donde alguien cree que puedo ser útil. Me siento especialmente cercano a todos mis compatriotas cuya libertad está cercenada, cuya vida se encuentra amenazada y precisamente por ello siguen decididos a no entregarse. Soy, en resumen, un ciudadano normal y en esa condición creo que el Estado democrático tiene que utilizar todas sus posibilidades para asegurar la libertad de quienes luchan por ella.

Creo que ETA puede y debe ser derrotada y que ese objetivo implica desmantelar sus apoyos y hacer efectiva la ecuación que los iguala como terroristas a la propia banda. Creo que no puede haber impunidad jurídica, ni política, ni social para los terroristas y sus cómplices. Creo en la ley como base para la convivencia y como instrumento para que la realidad del Estado de derecho se imponga al delirio de los terroristas. Creo que no se deben negociar treguas con una organización terrorista.

Creo que es preciso quitarle a ETA la llave de la solución dialogada, ese mito probadamente falso que ETA abre y cierra cuando quiere, pretendiendo dictar en cada momento el juego que le interesa. Creo que un Gobierno puede y debe explicar sus actos, pero no reivindicar sus errores como un derecho; y creo que hay errores que cuando se insiste en cometerlos son inexcusables, y son además la expresión del miedo y de la cobardía. Creo que nunca, jamás, se debe unir el final del terrorismo con una negociación política bajo ningún nombre, y que debería quedar claro a los terroristas que no verán otra mesa que aquella en la que depositen sus armas.

Creo que las víctimas, ajenas a la tentación de la venganza, constituyen un ejemplo de confianza en el Estado de Derecho y un imperativo de justicia que nos compromete a todos. Y con estas ideas, que son un bagaje simple pero de convicción sincera, siento la satisfacción y el agradecimiento de volverme a encontrar con todos vosotros bajo el recuerdo doloroso pero querido de mi amigo Goyo.

Muchas gracias.



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NOTA DE PRENSA DEL FORO ERMUA: medidas de seguridad para las autoridades políticas y sociales el 3 de Febrero en Madrid.


Invitación y medidas de seguridad para las autoridades políticas y sociales que deseen asistir a la manifestación contra ETA el 3 de Febrero en Madrid.

Bilbao. Sábado, 27 de enero, 2007. El FORO ERMUA desea informar a los medios de comunicación y a la opinión pública que durante la semana que ahora acaba ha cursado por correo postal invitaciones personales para asistir a la manifestación a la totalidad de los miembros del gobierno de España y de cada una de las Comunidades Autónomas (a excepción de los nacionalistas del gobierno vasco y sus aliados de IU-EB, quienes suscribieron con Batasuna el Pacto de Estella-Lizarra). También han sido invitados personalmente los congresistas, los senadores y los diputados de las Cámaras autonómicas (excepto los de los partidos del tripartito vasco). Por último, han sido invitados asimismo los miembros de las direcciones nacionales del Partido Socialista Obrero Español y del Partido Popular. Todos ellos serán bienvenidos a la manifestación si deciden sumarse a la misma.

Con objeto de facilitar a estas personalidades políticas y a cuantas otras decidan participar en la manifestación condiciones de seguridad apropiadas, el FORO ERMUA les invita a situarse dentro del cordón de seguridad que se formará justo detrás de la pancarta de cabecera; para ello, es preciso que se dirijan a los organizadores para que se les haga llegar la oportuna acreditación. Teléfono de contacto: 616-38-94-99.

Sólo si se actúa de la manera indicada, los organizadores podremos hacernos responsables de las condiciones de seguridad que requieren estas autoridades.


jueves, enero 25, 2007

LA AVT ALERTA SOBRE LA FALTA DE SENTIDO DE ESTADO DEL GOBIERNO Y SUS SOCIOS




Madrid, 25 de enero de 2007. La Asociación Víctimas del Terrorismo quiere salir al paso de las valoraciones que, tanto el Gobierno como sus socios, han realizado en relación a la decisión del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de mantener al sanguinario terrorista Ignacio de Juana Chaos el mismo estatus penitenciario en el que se encuentra hasta el día de hoy. Una decisión que la AVT celebra, no sólo porque haga justicia, sino porque da la razón a las víctimas.

El Gobierno, en vez de apoyar y aplaudir la decisión tomada hoy por la Justicia sobre la situación penitenciaria de De Juana, se ha limitado a “acatar” y “respetar”. Esto supone una cobardía en toda regla, que dice mucho de la pertinaz obcecación del Ejecutivo de favorecer la rendición del Estado de Derecho a través del diálogo. Una vez más se demuestra que Rodríguez Zapatero y su equipo de Gobierno están más por la labor de contentar a los lobos que a sus presas inocentes, que está más por entenderse con los asesinos que por defender a la sociedad española y al Estado de Derecho.

La postura adoptada por el Gobierno vasco, que ha tachado de “despropósito judicial” la decisión de la Sala, no es menos descorazonadora para las víctimas. Es indignante que Ibarreche, que apoya y da sustento económico y político al entorno terrorista, se pronuncie de esta manera al tiempo que recibió ayer, en un acto de absoluto cinismo, a algunas víctimas del terrorismo. Por dignidad, la AVT no podía estar ayer al lado de Ibarreche porque éste estrecha la mano de Otegui, procesado como representante de una organización terrorista ilegalizada, y saca la cara por un asesino como es De Juana Chaos.

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, no ha quedado como farolillo rojo de esta carrera de despropósitos. Ha asegurado que haber optado por la prisión atenuada habría supuesto una decisión que aunaría “justicia, sensibilidad social y humanitarismo”, además de haber dotado al Estado de “más autoridad moral y humanitaria”. La autoridad moral y humanitaria del Estado ha de reflejarse en el apoyo sin traición a las víctimas del terrorismo y no en el respaldo a los terroristas.

Otros representantes políticos, los de Izquierda Republicana de Cataluña, han calificado de “venganza” esta decisión judicial. Valga decir, desde la AVT, que esta calificación se descalifica por sí misma y hace evidente el pacto, aún vigente, de los radicales independentistas catalanes con ETA para que no asesinen en esa parte del territorio nacional.

Por su parte, el BNG ha calificado de “intolerante” esta decisión judicial. La AVT entiende, evidentemente en otro sentido al que quieren darle los nacionalistas gallegos, que es necesario que el Estado de Derecho sea absolutamente intolerante con el terror porque, como es lógico para los ciudadanos de bien, el terror es algo inaceptable.

En última instancia, la AVT quiere recordar al Gobierno que, lejos de las palabras y las valoraciones, sigue teniendo pendiente la captura de los 19 terroristas juveniles huidos de la Justicia tras el fallo que declaraba a SEGI, HAIKA y JARRAI, como organizaciones terroristas vinculadas a ETA BATASUNA.

Un nuevo partido surge en el País Vasco, Innovación Democrática, como alternativa al PP


Una nueva alternativa a los partidos tradicionales ha surgido en el País Vasco. Se trata de Innovación Democrática, que ha sido fundada por el último mohicano de Unidad Alavesa, Ernesto Ladrón de Guevara, el único juntero que quedaba de esta formación fruto de una escisión del PP en ese territorio histórico y que se disolvió en 2005.

Innovación Democrática es una formación que pretende recuperar la soberanía nacional, acabar con la partitocracia y que el representante responda sólo ante los electores y no ante el aparato del partido. Competirá con el PP en la captación del voto de centro-derecha y, sobre todo, de “ese sector de la población que se siente huérfano político y se manifiesta a través de la abstención y del voto útil”, según Ladrón de Guevara.

Innovación Democrática (INNDE) surgió en noviembre (ver noticia), en Madrid, como respuesta de un grupo de personas, la mayoría de corriente liberal, preocupadas por el deterioro del sistema democrático. Su filosofía parte de que los candidatos serán elegidos a través de elecciones primarias, a las que concurrirán con sus propios programas electorales y sólo responderán a sus electores y no ante la cúpula de dirigentes.

La participación del histórico dirigente alavés en la implantación del proyecto de (INNDE) en el País Vasco ha sido fomentada por uno de los fundadores del movimiento político, José Juan Franch, profesor de Economía y Hacienda de la Universidad Autónoma.

Ladrón de Guevara ha decidido impulsar este movimiento en el País Vasco ya que, a su juicio, se trata de un proyecto “innovador” basado en la democracia participativa: se contemplan las listas abiertas, se propondrá en Euskadi el mandato limitado y los elegidos sólo responderán ante su circunscripción electoral y no ante los cuadros del partido.

La nueva formación política celebrará hoy una reunión en Vitoria para decidir si concurre a las elecciones municipales y forales del próximo mayo, algo que es muy probable. No se descarta que sea el propio Ladrón de Guevara quien encabece la lista en Álava, aunque él quisiera dedicarse a la organización del partido. También se decidirá si Innovación Democrática se presentará a las elecciones en los ayuntamientos y juntas forales de Vizcaya y Guipúzcoa.

Entre las personas invitadas a la reunión figuran muchas que pertenecieron a la extinta Unidad Alavesa, así como miembros de Ciudadanía Democrática que participarán a título individual. De los dos impulsores de este último movimiento cívico -Ladrón de Guevara y la concejal del PSE en Getxo (Vizcaya) Gotzone Mora- sólo el primero ha optado por dar el salto a la política a través de Innovación Democrática. En cambio, Mora se inclina por una coalición entre PP y PSE, en lugar de por dividir el voto no nacionalista.

Derechos fundamentales limitados

La participación de INNDE en Vizcaya y, sobre todo, en Guipúzcoa dependerá de las personas que se involucren en el partido de reciente creación. Ladrón de Guevara, doctor en Filosofía que se autodefine como "vasco en la resistencia", reconoce que en Guipúzcoa la libertad está más mermada –“allí hay más miedo”-, por lo que será más difícil encontrar candidatos para este proyecto de militancia cívica.

No en vano en el País Vasco están limitados los derechos fundamentales, en especial de la parte no nacionalista de la sociedad. Además de las amenazas directas, allí también se ve afectada la representación democrática hasta el punto de que el PSE-EE y el PP han reconocido que no pueden completar sus listas electorales para los comicios municipales y forales de mayo.

http://www.elconfidencial.com/

LA AVT CONSIDERA CLAVE QUE EL ESTADO DE DERECHO NO HAYA CEDIDO AL CHANTAJE DEL ASESINO DE JUANA CHAOS




Madrid, 25 de enero de 2007.- La Asociación de Víctimas del Terrorista considera que la decisión de la Audiencia Nacional de no variar la situación penitenciaria del etarra De Juana es muy importante porque supone que el Estado de Derecho no cede al chantaje de un asesino, que ha matado a 25 personas y ha provocado decenas de heridos, y a los objetivos que persigue la banda terrorista ETA. Una decisión distinta a la tomada hoy podía haber supuesto una provocación sin precedentes a las víctimas del terrorismo y a la mayoría de la sociedad española ya que hubiera amordazado la libertad que todas las personas de bien llevan exigiendo durante más de treinta años.

La AVT considera preocupante las declaraciones hechas durante estos días por parte de aquellas personas, partidos políticos y medios de comunicación que han presionado para que el Estado de Derecho cediera ante el chantaje del terrorista y de ETA.

La AVT también comparte la decisión de hoy porque evita abrir las heridas, muchas de ellas de muerte, de las víctimas del terrorismo. Se ha evitado que aumente ese dolor y sufrimiento. Hoy, gracias a la Justicia, el sentimiento de orfandad de las víctimas ante el Estado de Derecho es menor a pesar de que el Gobierno sigue apartándolas, poniendo por delante los intereses de los terroristas.

Para la AVT, el Gobierno de Rodríguez Zapatero ignora a las victimas, ignora el atentado mortal de Barajas, y está dispuesto a seguir dialogando con ETA, dando continuidad al proceso de rendición del Estado de Derecho ante los terroristas. Al Gobierno de Zapatero, que tiene miedo de poner a los terroristas a disposición de la Justicia, ya no le importan la memoria y la dignidad de las víctimas del terrorismo, que son garantes fundamentales de la libertad y la democracia que hoy disfrutamos en nuestro país.

Por todo esto, la AVT hace un llamamiento urgente a toda la sociedad española para que acudan a la manifestación que se celebrará en Madrid el sábado 3 de febrero bajo el lema “Por la libertad. Derrotemos juntos a ETA. No a la Negociación”.

Un suboficial del GAR cesado por haber retirado una pancarta con el lema ‘La Guardia Civil tortura y asesina’


Según publica El Confidencial Digital un sargento del cuartel de Intxaurrondo cinco veces condecorado por su trabajo ha sido cesado en su destino tras un incidente ocurrido el pasado octubre con una pancarta que imputaba a la Benemérita posibles actos de tortura y asesinatos.

Un suboficial cinco veces condecorado, por servicios y méritos, ha sido cesado en su destino por sorpresa a causa de un extraño incidente acaecido en octubre del pasado año. Este sargento, que trabajaba hasta la fecha en el Cuartel de Intxaurrondo, tiene entre sus honores la medalla al mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo, que se concede cuando el agente es herido o arriesga su vida.

Tal y como contó en su día El Confidencial Digital, los hechos que han desembocado en esta sanción son los siguientes. El pasado 12 de octubre con motivo de la celebración de la Virgen del Pilar, patrona de España y del Instituto Armado, numerosos familiares de los agentes acudieron al acuartelamiento de Intxaurrondo, sede de la Comandancia de Guipúzcoa.

Finalizados todos los actos oficiales, y pasada la medianoche de ese día, personal de la 3ª S.A.R. del Grupo de Acción Rápida (GAR) que, fuera de servicio, paseaban por el casco Viejo de San Sebastián acompañados de familiares, observaron una pancarta con el siguiente lema: "La Guardia Civil tortura y asesina". El cartel estaba colgado junto a una bandera de España tachada.

Los agentes procedieron a retirar la citada pancarta, la trasladaronal Acuartelamiento de Intxaurrondo y fue arrojada a un contenedor de basura. Sin embargo, a las dos de la madrugada de ese día de celebración, personal recién incorporado (bisoño) de la 2ª S.A.R. del GAR, que no había participado en la retirada de la pancarta, la encontraron en el contenedor. Los familiares de los Guardias Civiles que se encontraban en las inmediaciones, al ver la proclama, aplaudieron que hubiera sido requisada y dieron vivas a España y la Guardia Civil. En total podrían fueron 300 las personas que adoptaron esta actitud al ver el cartel.

En ese preciso instante, apareció en el lugar el Comandante Jefe de la Comandancia, que se sintió incomodado al ver algunos familiares haciéndose fotos con la pancarta y dando vivas al Cuerpo. Por este motivo, llamó la atención a las personas que la portaban en ese momento, así como a quienes los rodeaban.

Por estos hechos, el citado mando ordenó realizar una 'información reservada' como ya desveló meses atrás ECD, que derivó en la sanción a un sargento del GAR que, en ese momento, se encontraba de responsable de la Sección. La sanción consistió en una falta leve por "negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones profesionales".

Los motivos de esa primera sanción fueron que se trataba del agente de mayor empleo del GAR presente en la retirada de la pancarta, así como en la carpa. Otro de los motivos fue "no haber custodiado" la pancarta. Hasta aquí parecía haber llegado la actuación del mando de la Comandancia.

Pasados dos meses desde aquel incidente, en la Comandancia de Guipúzcoa y la Unidad de Acción Rural (U.A.R) se ha conocido el reciente cese en destino del citado sargento del G.A.R., puesto que venía ocupando desde finales del año 2003. El suboficial queda en activo y sin destino en la Comandancia de Logroño, donde tiene su base central el GAR. El cese ha sido motivado por la "perdida de confianza en él por su Mando", una medida que está regulada por el artículo 76 de la Ley 42/1999 de 25 de noviembre sobre el Régimen de Personal de la Guardia Civil.
Fuentes oficiosas de la Benemérita califican este cambio de destino de una "sanción encubierta" al sargento, que esta casado y tiene dos hijos pequeños. En Intxaurrondo se escuchan quejas que apuntan: "resulta increíble que un hecho merecedor de alabanza y admiración en otra época, sea hoy la causa de una sanción camuflada".

Al Sr. D. Javier Marías

Sr. Marías:

Supongo que conoce usted más o menos algo de la vida de un ciudadano de los Estados Unidos de América llamado Peter Fonda. Hace mucho que no sé nada de él, pero desde luego su existencia no ha sido sino un contínuo arrastrarse intentando sobrevivir al peso aplastante de la sombra de su padre Henry. No es un caso aislado. Suele ocurrir con cierta frecuencia que algunos hijos de personajes muy destacados por las razones que sean experimentan como una losa frustrante para su propio devenir existencial esa “grandeza” paterna. En los casos más graves este proceso puede generar una espiral autodestructiva, como es el caso de Peter. En otros, parece darse una especie de resentimiento general hacia todo, que suele buscar víctimas propiciatorias sobre las cuales descargarse.

No tengo tiempo ni ganas de pasarle a usted por la lupa analítica de Max Scheler ni por la psicoanalítica de, por ejemplo, Lacan. No me interesa su caso. Los hay incluso mucho más graves, pues responden a traumas generados en torno a figuras semilegendarias y mitificadas de algún abuelo, al que se sienten obligados a otorgar reparación no se sabe muy bién porqué. Pero cuando se trata de personas que tienen una repercusión importante en el espacio público, entonces los traumas personales revierten sobre ese espacio, generando un daño social que debe evitarse por razón de salud pública. Y usted forma parte de ese grupo de personajes públicos generadores de opinión. Por eso lo menos que cabe exigirle, en base a esa responsabilidad contraída con la comunidad política en la que vive, es que intente no contaminarla con expresiones que proceden de sus hipotéticas frustraciones personales que a ninguno nos incumben.

Y en ese marco hay que situar su artículo del pasado domingo en una publicación impresa. Denuncia usted con mucha razón ciertas actitudes agresivas de algunos individuos anónimos que tuvieron lugar el pasado 31 de Diciembre en una concentración convocada por la AVT en la Puerta del Sol. Individuos que estaban muy irritados, pues el día anterior se había perpetrado un atentado. Quiero recordarle que ese ”estado de irritación” ha sido esgrimido judicialmente y ha sentado, por tanto, jurisprudencia, cuando los acusados de asaltar, insultar y agredir a miembros y sedes del Partido Popular durante el 13 de Marzo de 2004 fueron absueltos con el argumento de que “los ánimos estaban muy calientes”. ¡Ja!.

Ahora bien, lo que usted se saca tranquilamente de la manga es que esos individuos fueran miembros de la AVT o fueran víctimas del terrorismo. Y todo su artículo es una larga letanía de acusaciones y descalificaciones tanto a las víctimas como a esa Asociación. Y esta muestra de resentimiento traducido en manipulación es lo que no se puede arrojar sobre el espacio público. Con esta actitud, su hipotética frustración personal se convierte en arma contra un colectivo al que se pretende criminalizar institucionalmente. Conozco personalmente al Sr. Alcaraz, y he visto en su rostro el sufrimiento tan inmenso que le produce toda la campaña que tipos de su calaña han emprendido contra su persona y su colectivo. El daño personal que se les está infringiendo es tan inmenso que si usted tuvera el más mínimo atisbo de él no dudaría en publicar una rectificación a su anterior artículo. Pero no caerá esa breva. Forma usted parte de un engranaje que le supera, y que ya vimos en acción en la Alemania de los años treinta del pasado siglo.

Forma usted parte del equipo de opinión del actual Volkischer Beobacher, antaño máximo órgano de difusión de las doctrinas antisemitas, lugar donde se realizaba de un modo privilegiado esa operación de ingeniería social consistente en proporcionar a las masas un chivo expiatorio de la agresividad generada, precisamentre, por una frustración colectiva. Y vea que aún le sitúo entre la élite de esa herramienta modificadora de la opinión pública. Leyendo su artículo, lo que he sentido ha sido el deseo de homologarle con el difunto Julius Streicher y su periódico Der Strummer. Quizás sea ese el lugar que realmente le corresponde. Hágaselo mirar, Sr. Marías.

Alejandro Campoy

miércoles, enero 24, 2007

Resistencia - Carta de Fco. José Alcaraz, Presidente de la Asociación de Victimas del Terrorismo.




ETA asesinó a mi hermano cuando yo tenía 17 años y a mis sobrinas gemelas, que contaban con poco más de 3 años. El dolor y vacío que te deja es algo que no quisiera que nadie de los que me calumnian y sirven de propaganda de la mentira pudiera sufrirlo. ETA mata y otros rematan. Estos últimos son quienes, amparándose en la mentira, la calumnia y la difamación constante contra mi persona y contra el colectivo que represento, intentan provocar nuestra muerte civil, nuestra muerte como ciudadanos.

Nunca he militado en ningún partido, y creo que nunca lo haré. Es triste que quienes no tenemos un carné político seamos perseguidos de forma constante y acusados vilmente para poder deslegitimar nuestra voz. Conozco a víctimas con carné y militancia activa en partidos políticos y, curiosamente, a ellos nunca se les acusa de partidismo, defiendan una postura u otra.

La cuestión es derribar a Alcaraz y a la AVT. Sin Alcaraz y la AVT el proceso de rendición es mucho más fácil. He podido ver manifestaciones en las que, amparándose en la solidaridad con las víctimas del terrorismo, se han portado pancartas contra la AVT y Alcaraz, comparándonos con los terroristas. He podido leer en distintos medios de comunicación calumnias y mentiras contra la AVT, contra sus trabajadores, contra mi familia y contra mi persona. Mentiras que después se difunden como la pólvora en foros y en blogs. Incluso mentiras que son realizadas por alguna víctima del terrorismo.

Es indignante. Llevo muchos años leyendo el periódico portavoz de ETA, el diario «Gara», y nunca he visto tantos insultos y desprecio contra las víctimas como los que algunos medios, que dicen llamarse progresistas, hacen contra la AVT y mi persona. Algunos de ellos incluso mienten descaradamente, hasta tal punto que publican sueldos falsos de nuestros trabajadores, adjudican falsas responsabilidades en la AVT a mi esposa y me atribuyen sueldos y dietas inexistentes. Y la realidad es que ningún miembro de la Junta Directiva y de las delegaciones cobra nada, absolutamente nada, por la labor que hacemos. Vivo de mi trabajo, de mi empresa. Pero claro, a quienes mienten y calumnian les cuesta creer todo esto porque son incapaces de hacer algo de forma altruista y no conciben que, por encima del dinero, está la defensa de la dignidad de nuestra familia asesinada.

Algunos diputados socialistas, incluso, han llegado a acusarnos de gastar el dinero en manifestaciones y no atender a las víctimas. Cuántas mentiras y calumnias escupen quienes quieren a toda costa hundir a la AVT. Otros, más cobardes si cabe, ocultos detrás de seudónimos, han llegado a decirme que «me tocó la lotería el día que asesinaron a mi hermano». Otros piden que me asesinen, que soy un terrorista, y todo esto con el beneplácito y la cobertura de los responsables de sus webs. Qué indecentes. Se esconden como lo hacen los etarras cada vez que cometen un atentado, a sabiendas del delito que están llevando a cabo.

Pues, a pesar de todo esto, quiero decir alto y claro a todos los que nos atacan cobardemente que no van a conseguir que, como víctima del terrorismo y como ciudadano, abandone las reivindicaciones de memoria, dignidad y justicia, pese a quien pese. Estos cobardes pueden y están haciendo mucho daño al colectivo que represento y a mi persona, pero hay algo que no tienen en cuenta: quienes más daño nos han hecho han sido los terroristas y, a pesar de ello, no han conseguido acallar nuestra voz. Por ello, quiero que sepan que sus insultos, mentiras, amenazas y calumnias caerán en saco roto, pues la verdad y la razón se imponen con el tiempo. Quienes han iniciado esta campaña contra la AVT y contra mi persona deben saber que nunca nos rendiremos.

Seguiremos exigiendo justicia, sin tomarla por nuestra mano porque, para eso, ya esta nuestro Gobierno. Él es responsable de hacer cumplir la leyes y perseguir a los asesinos y sus cómplices, que arrebataron la vida de nuestras familias. Por este motivo, cuando un Gobierno asume esa responsabilidad en nuestro nombre, tenemos todo el derecho de exigir el cumplimiento de las leyes y que se luche contra ETA o cualquier organización terrorista. Si este o cualquier Gobierno no lo hace, tenemos el derecho y el deber moral de exigirlo. Y si molesta porque no quiere o no puede hacer cumplir las leyes vigentes, o prefiere estrechar las manos ensangrentadas de los asesinos de nuestras familias, que sean valientes y que no nos traicionen. Que no nos engañen diciendo que mantendrán las leyes vigentes. Que tengan la valentía de decirnos a las víctimas, a la cara, que van a negociar con nuestros asesinos, que van a decir que Otegui es un hombre que lucha por la paz o que somos víctimas de accidentes.

El titulo de esta carta es «Resistencia», en honor al mejor discurso que he escuchado en un acto de la AVT. El homenajeado sólo pronunció esta palabra y se le entendió a la perfección. Eso es lo que pido a todas las personas de bien que no están dispuestas a claudicar a los intereses de ETA y sus compañeros de viaje. El que tenga oídos, que oiga.

Francisco José Alcaraz, presidente de la Asociación Víctimas del Terrorismo

La AVT pide el retraso del juicio del 11M




La Asociación de Víctimas del Terrorismo cree que es muy precipitado que el borrador de las nuevas pruebas sobre los explosivos esté listo sólo dos días antes de comenzar el juicio.

Madrid, 23 de enero de 2007.- La Asociación de Víctimas del Terrorismo valora de manera muy positiva que la Audiencia Nacional haya ordenado practicar nuevas pruebas sobre los explosivos que estallaron en los trenes del brutal atentado del 11 M. Tras las informaciones que han salido a luz en los últimos días, la AVT confía en que la Justicia siga recabando toda la información necesaria para que se sepa toda la verdad sobre aquel fatídico día.

Por este motivo y porque la AVT piensa que es muy precipitado que el borrador de las nuevas pruebas sobre los explosivos esté listo sólo dos días antes de comenzar el juicio, es necesario que este se retrase el tiempo que sea necesario. Sólo de esta manera se hará realmente justicia. Por otra parte, la AVT considera que la presencia de peritos por cada parte en esta prueba es beneficiosa para el desarrollo del juicio.

La AVT también valora de forma positiva que la Audiencia Nacional haya citado como testigos del juicio a Henri Parot y a los dos terroristas que fueron detenidos en Cañaveras con la furgoneta llena de dinamita, conocida como la “caravana de la muerte”. A pesar de ello, a la AVT le sorprende que la Audiencia Nacional haya admitido la presencia de estos tres terroristas sólo a petición de la defensa, denegando explícitamente la misma petición a la AVT.

Estos hechos dan la razón a la AVT, que siempre exigió que no se cerrara la Comisión de Investigación sobre el 11M hasta no tener toda la información necesaria sobre el atentado, y dejan en evidencia a aquellos que quisieron y quieren pasar página, de manera irresponsable y sospechosa, sobre el mayor atentado terrorista de la historia de Europa.

Por otro lado, la AVT llevará una vez más a los tribunales a Arnaldo Otegui, por haber realizado, como representante de un partido político ilegalizado, una nueva rueda de prensa, esta vez en apoyo de los terroristas juveniles de Jarrai, Segi y Haika y a las jornadas de movilización convocadas por Askatasuna para el próximo día 25. Para la AVT es indignante que el Gobierno y el Fiscal General del Estado sigan sin poner todos los mecanismos que tienen a su disposición para aplicar la Ley de Partidos.

¿Alto el fuego de ETA? Informe de verificación de la violencia terrorista a 31 de diciembre de 2006


23 de enero de 2007


Estimados amigos del FORO ERMUA, os adjuntamos el Quinto Informe de Verificación del “alto el fuego” de ETA durante el mal llamado “proceso de paz” a 31 de diciembre de 2006.

Un cordial saludo.

prensa@foroermua.com

lunes, enero 22, 2007

"Perdonaré a Zapatero, aunque me ha hecho más daño que los terroristas que me mutilaron"

M.ª Jesús González / madre de Irene Villa

-¿Qué le dice la fecha 30 de diciembre de 2006?
-Mucha tristeza. Fue doloroso y terrible para mí. Ese día estaba en Madrid, escuché por la radio que había habido una explosión en el aeropuerto, en la T-4. Me marcó mucho porque pienso que realmente este atentado se podría haber evitado fácilmente si el Gobierno hubiera seguido con el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Si no ha sido así es porque no han querido evitarlo. Sencillamente pensé, nos han ganado, pero no cuando pusieron la bomba, sino cuando escuché al presidente del Gobierno decir vagamente que este proceso de paz, que para mí es de rendición, quedaba en suspenso, no terminado definitivamente. En cuanto lo oí, dije: hemos perdido, el Gobierno está aliado con los terroristas, no tenemos nada que hacer la gente decente.

-¿Le está afectando anímicamente esta situación?
-Me siento impotente. Me está afectando psicológicamente porque yo he sido toda mi vida una persona muy alegre y positiva y esto me está minando. Físicamente me están saliendo alergias, urticarias provocadas por el estrés continuo. Nunca jamás las había padecido y los médicos me dicen que es psicosomático. Es por toda la tensión provocada por esta situación y estoy en tratamiento desde antes del atentado para superar las reacciones alérgicas. Todo esto se veía venir y el estrés acumulado pasa factura.

-¿Desde cuándo se encuentra así?
-Cuando comencé con las alergias, hará mes y medio más o menos, José Alcaraz ya había dado una conferencia en el CEU en la que adelantó que iba a producirse un gran atentado en Madrid. El Gobierno dijo entonces que no tenía información de nada y, mira por dónde, el ministro del Interior francés, el señor Sarkozy, lo había anunciado y advertido por activa y por pasiva. El Gobierno francés lleva una investigación exhaustiva de ETA, no como nosotros, que estamos de brazos cruzados. Nos estuvieron avisando continuamente, ¡eh chicos! tener en cuenta que éstos se están rearmando, que nos han robado 350 pistolas, que han robado explosivos, que han robado troqueladoras, que tienen un montón de matrículas y placas robadas de coches. Todo eso nos lo estaban diciendo y el comentario del señor Rubalcaba era: ¡mira hombre, que es que los franceses son muy exagerados y no será para tanto! Eso que se los diga a los familiares de las dos últimas víctimas. No creo al Gobierno cuando dice que no sabía nada, y si no lo sabían todavía es peor. Si es así, es que son unos ineptos y deberían dimitir todos.

-¿Cree a Batasuna cuando asegura que no esperaba un atentado de esta magnitud?
-Me da igual lo que diga Batasuna. A mí lo que me afecta es lo que haga mi Gobierno, y todos somos testigos de lo que está sucediendo. Pienso que los terroristas, los asesinos hacen lo que saben hacer, matar. Lo que me afecta es que el Gobierno que me tiene que cuidar, proteger y ocuparse de mí le dé la mano a los terroristas, y a las víctimas de ETA nos esté demonizando. Puso a Peces Barba para crear malestar y lo consiguió. Por ahí empezó todo y yo estoy muy dolida.

-Lo mejor y lo peor que le han dicho por la calle.
-Lo peor fue escuchar a una señora diciéndome literalmente: ¡hay que ver cómo eres, Mª Jesús! Desde luego es que hay que saber perdonar, porque parece que esto que os pasó a Irene y a ti queréis que les pase a los demás.¿Por qué no queréis negociar? Imagínate, alguien que piensa que yo no quiero que se negocie con ETA porque quiero que haya más atentados y más víctimas o más mutilados como Irene y yo. Hace falta ser perverso y mala persona. Desde el primer día, además, perdoné a los terroristas y tanto Irene como yo lo hemos dicho infinidad de veces públicamente. A los terroristas no los odio porque pienso que las primeras víctimas son ellos, víctimas de esa educación sesgada y equivocada que han recibido. Piensan que todos los que no somos vascos tenemos la culpa de sus problemas, se lo han inculcado generacionalmente desde pequeños. Son víctimas de su entorno, me dan hasta pena..
Lo mejor… que estarán conmigo hasta la muerte, eso hace mucha ilusión después de estos días que he estado bastante regular. La gente me anima mucho, dicen que me quiere y hasta que incluso me comprenden. Eso es importante, porque hay muchas personas que no entienden mi decisión de abandonar este país.

-¿Es cierto entonces que se va a vivir fuera de España?
-Sí, me voy a vivir fuera de España, pero exiliada. No me voy por gusto, me iré en el momento que legalicen a Batasuna. Me tengo que ir por dignidad. Si ellos llegan al Gobierno Vasco después de lo que hemos pasado, no podría permanecer por más tiempo en un país donde no existe la dignidad ni la justicia. En esas condiciones no quiero estar aquí. Me voy a Canadá, que es un país maravilloso y con una naturaleza desbordante. Tengo una amiga residiendo en la zona de Quebec que siempre estuvo diciéndome lo estupendo que era aquello hasta que lo he comprobado por mí misma. Fui y me pareció tan maravilloso que al final me compré una casa. Es el refugio que he elegido para cuando pase la tragedia. Ojalá no suceda porque no quiero abandonar España, pero si ocurriese, desde luego me voy seguro.
No hace mucho escuché una entrevista en Radio Nacional a Rubalcaba en la que más o menos decía que para él una de las mayores satisfacciones que le podrían dar es que Batasuna se presentara a las elecciones. Como comprenderás, con un comentario así del ministro del Interior, qué quieres que te diga, o caben ellos o yo. Rubalcaba ya les ha preferido a ellos, yo sobro, está clarísimo.

-Pero en Quebec son separatistas, independentistas a la francesa…
-A mí no me importa que sean o no separatistas. Yo no he visto a ningún canadiense que haya matado por ser separatista, con lo cual cada uno puede pensar lo que quiera y ser lo que quiera, separatista, nacionalista, siempre y cuando sus pensamientos y sus deseos lo hagan por la vía pacífica que debe ser, el Parlamento y los instrumentos del Estado de Derecho, no por la vía de matar. Yo no estoy en contra de los pensamientos que tengan las personas, yo estoy en contra de cómo se quieren conseguir algunas cosas y, en fin, gracias a este gobierno ETA va a conseguir lo que quiere matando, y esto me parece una vergüenza. No quiero vivir en un país donde no hay Justicia. Me voy, me iré cuando legalicen Batasuna. Me iré cuando estos asesinos lleguen al Parlamento Vasco porque me repugna y no quiero verlo.

-¿Qué tendría que suceder para que no se fuera?
-Que no legalizaran a Batasuna y que se reuniesen de nuevo los dos grandes partidos, PP y PSOE, en el Pacto por lasLibertades y contra el Terrorismo. Es lo único que en toda la historia de España ha dado resultado efectivo contra ETA. Es lo único que ha servido eficazmente para decir a los terroristas: hasta aquí habéis llegado. La violencia callejera dejó de existir, se detenía a los etarras con facilidad cayendo los comandos como nunca, Batasuna se ilegalizó, y ya no había muertos. Es paradójico que esto lo propusieran los socialistas con muy buen criterio y que ahora, cuando son Gobierno, lo detesten.
Llegó Zapatero, y todo se vino abajo. No echo la culpa al Partido Socialista, por favor, que nadie me malinterprete. De hecho, tengo muchos amigos socialistas que están completamente de acuerdo con lo que estoy diciendo. Le echo la culpa de todo esto explícitamente al señor Zapatero y a su entornito. ¿A que no se pone a trabajar con Rosa Díez?, ¿por qué? Porque Rosa lleva diciendo lo mismo desde hace 25 años y es él quien ha cambiado de opinión. Él proclamaba unas cosas estando en la oposición y ahora dice otras. Nos engañó a todos y ahora su discurso es diferente.

-¿Siente que le están echando de tu país?
-Sí. Me están diciendo vete, que van a entrar los asesinos, los terroristas. Es verdad, es lo que siento.

-¿No cree que marcharse es una victoria para los terroristas?
-No, porque hay mucha gente que se queda. Gente anónima que está aquí luchando y que además son los más importantes. Hay mucha gente en el País Vasco, «la resistencia», que están sufriendo cada día las amenazas, los insultos, las provocaciones de estos abertzales radicales y ellos siguen trabajando, dando el callo y luchando cada día. A estos habría que hacerles un gran homenaje. Son personas valientes que quizás no hayan sufrido un atentado directo pero que están sufriendo cada día, poquito a poquito, esto que te va minando y ellos aguantando como ninguno. Esas personas se lo merecen todo y mientras haya gente como ellos, no habrá ganado esa gentuza.
Yo en este momento puedo sentirme vencida, pero eso no significa que no haya ahí muchísima gente valiosa trabajando al pie del cañón, dando lo mejor de ellos y de sus vidas sin abandonar nunca. Igual es que yo soy más cobarde, no lo sé, pero esto es superior a mí. Por dignidad no quiero estar viviendo con ellos, pudiéndose pasear por la calle impunemente igual que yo, no, no quiero.

-¿Cuál cree que va a ser la política del Gobierno con respecto a ETA?
-Tengo la impresión de que van a volver a negociar y que vamos a darle a ETA/Batasuna lo que quieren. Estoy convencida no por mí, sino por lo que se les oye hablar a ellos. A mí me hubiera encantado que hubiera salido en televisión el presidente del Gobierno diciendo que rompen relaciones, negociaciones o lo que sea y que se acabó, que volvemos al Pacto Antiterrorista. Hubiera sido la mujer más feliz del mundo, pero resulta que no. Ahora quieren negociar con el PNV para derogar la Ley de Partidos, que los presos vuelvan al País Vasco y un montón de cosas que son contrarias a todo lo que yo pienso. Tras el comportamiento que hemos visto de la banda terrorista y la respuesta del Gobierno, lo único que se puede esperar es que ahora venga otra mafia de donde sea y chantajee al Gobierno de la misma manera que lo hace ETA. Este Gobierno da ejemplo de lo que jamás se debe hacer, inclinarse ante los asesinos. Es así de fácil.
Mi actitud en todo esto, el hecho de marcharme es mi particular ¡Basta Ya! con todo lo que está sucediendo.

-¿Hay algo importante que quiera añadir?
-Sí. Estoy dispuesta a perdonar a Zapatero. El no podrá entenderlo y pensará con soberbia que quien soy yo para tener que perdonarle, pero tiene que saber que me ha hecho más daño que los terroristas que me mutilaron, a los que desde hace muchos años, he perdonado.


Marta Gómez de Castro - La Razón

LA AVT SE QUERELLA CONTRA EL PAÍS




Madrid, 22 de enero de 2007.- La Asociación de Víctimas del Terrorismo presentará una querella contra el diario El País y Javier Marías Franco por información falsa y un presunto delito de injurias.

En la edición de ayer, domingo 21 de enero, Javier Marías calificaba en un artículo a las personas de la AVT como "energúmenos". Además, este señor acusa a las víctimas del terrorismo, gratuitamente y sin ningún tipo de prueba, de haber insultado a personas que se encontraban en los alrededores de las convocatorias que condenaron el brutal atentado de Barajas. Marías también se atreve a acusar, de manera indignante, a las víctimas del terrorismo y a la AVT de provocar "víctimas" en esas concentraciones.

Javier Marías mezcla la actitud cívica que siempre ha tenido y tiene la AVT con la de otras personas que nada tienen que ver con nuestra asociación. Mezcla los improperios de esas personas, absolutamente rechazables y no demostrados, con las exigencias de la AVT. Unas exigencias que siempre se han ceñido a defender la memoria, la dignidad y la justicia que reclaman las víctimas del terrorismo.

Para la AVT, este artículo de El País, absolutamente demagogo e injusto, falta a la verdad y expresa una serie de injurias contra las víctimas del terrorismo que no pueden ser consentidas. Es más, son tan graves que nuestro Estado de Derecho y la Justicia tienen que actuar de manera inmediata contra este diario y Javier Marías por dañar y provocar más sufrimiento a aquellas personas que llevan más de 30 años defendiendo la Libertad y la Democracia en nuestro país.

La AVT aprovecha este comunicado para expresar al diario El País y a Javier Marías que, en lugar de sembrar más dolor a las víctimas y dividir a los demócratas, ayuden desde los medios de comunicación afines al Gobierno para que el Estado de Derecho no se rinda ante los asesinos de ETA. Esto es lo realmente importante, porque cuando el Gobierno utilice todos los recursos que tiene a su alcance se comenzará a hacer justicia con las víctimas y con toda la sociedad española. Por lo tanto, la AVT exige que se esfuercen más en esto último y no en confundir la libertad de expresión con la difamación y la demagogia.

Por último, la AVT invita a este diario a que denuncie en sus páginas un hecho probado, injusto, lleno de odio, y que pudo ver toda España. En la manifestación celebrada en Madrid el 13 de enero se portaban pancartas con insultos a las víctimas del terrorismo y asociando a la AVT con ETA. Además, en una de ellas, se llamaba terrorista al presidente de nuestra asociación. Algunos aún no saben que los asesinos de ETA mataron a un hermano y dos sobrinas del señor Alcaraz. El que este diario no se halla hecho eco de esta tropelía demuestra, una vez más, la doble vara de medir que utiliza a la hora de informar a sus lectores.



Este es el articulo que ha motivado que la AVT se querelle contra eEl Pais y contra Javier Marias:

Un país demasiado anómalo
Javier Marías Franco 21/01/2007


En verdad este país es anómalo. ¿Qué ha pasado en él para que hasta el colectivo de personas que merecía –y tenía– toda nuestra compasión, nuestro respeto y nuestro apoyo se esté convirtiendo en uno de los grupos sociales más antipáticos, irrazonables, verbalmente agresivos y –lo que es peor– temibles? Desde que el señor Alcaraz se puso al frente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, ésta ha pasado a ser, para gran parte de la población, algo con lo que más vale no cruzarse ni encontrarse en la calle, y yo no sé hasta qué punto sus miembros más sensatos, menos manipulados y envenenados –aún habrá muchos, espero–, se dan cuenta del flaco favor, incluso del enorme daño, que ese dirigente les está haciendo al utilizarlos principalmente como “brazo manifestante” de la extrema derecha mediática, encabezada por la emisora radiofónica de los obispos siembracizañas.

El día del primer atentado mortal de ETA tras su larga tregua tácita o declarada, una buena amiga mía, que vive cerca de Sol, se acercó tranquilamente a uno de los quioscos de esa plaza para comprar el periódico. Se encontró allí con verdaderas masas, lo cual no tiene mucho de particular en las desaforadas y estiradísimas fechas navideñas (solían iniciarse el 22 de diciembre, ahora los comercios y los alcaldes las adelantan un mes, cosa demencial e insoportable, y más o menos equivalen al Ramadán, en lo que se refiere a paralización de la vida activa). Pero le llamó la atención la proliferación de banderas españolas, y se puso alerta. Al contármelo hizo hincapié en lo que todos los moderados de este país sabemos, con tristeza: ¿qué clase de lugar es este en el que todavía nos sobresalta y alarma la abundancia de enseñas del país nuestro? (No sé si quienes abusan de ellas para sus fines particulares son conscientes de cuánto las ensucian, a ojos de la mayoría.) Allí estaban congregados los miembros de la AVT, con pancartas llenas de insultos y de disparates, pidiendo, a estas alturas, “la verdad sobre el 11-M”, y acusando no tanto a ETA, que acababa de dinamitar Barajas, cuanto al Gobierno socialista. Mi amiga compró EL PAÍS, como suele, y el quiosquero le dijo: “Este sí me queda. Hoy aquí se ha agotado La Razón y se está agotando ya El Mundo, mira cómo está la plaza”. Ella no sólo miró, sino que oyó. Algunos manifestantes, muy cerca de ella, gritaban: “¡Hay que fusilar a Zapatero! ¡Hay que fusilarlos a todos con una Parabellum!” No pudo reprimirse y los miró, como diciendo: “Miren, aquí ya no se fusila a nadie”. Ni siquiera llegó a decirlo, no le dieron tiempo, así que los miró con reprobación tan sólo. Pero eso bastó, y que llevara EL PAÍS bajo el brazo, para que los energúmenos de la AVT (cuesta escribirlo: ¡energúmenos en la AVT, merecedora hasta hace no mucho de toda nuestra simpatía!) se pusieran a seguirla en su recorrido y a llenarla de improperios. Esos individuos eran guerracivilistas. No sólo por los insultos que escogieron (“¡Perra, roja, miliciana, guarra!”; en el 2007, parece increíble), sino por montar en cólera al ver el diario que ella leía. Mi amiga siguió adelante, sin ya volverse, pero al comprobar que la retahíla de injurias no era cosa momentánea y no amainaba, dio media vuelta y, como me dijo con gracia, entró a “pedir asilo político” en la Librería Méndez de la calle Mayor, cuyos dueños no se sorprendieron y le confesaron que no era la primera vez que tenían noticia de escenas parecidas. Tres días más tarde mi amiga fue a su banco, y allí le contó el cajero que, sólo por llevar este periódico –sin que en su caso mediara ni mirada–, miembros de la AVT, el mismo día del atentado, lo habían seguido llamándolo “¡Hijo de puta!” durante un buen trecho. Mi amiga, así pues, no fue la única víctima de las Víctimas, o de sus jaleadores.

Yo he oído contar muchas veces a mis padres que durante la Guerra Civil los motivos para sacar a alguien de su casa y darle el paseo eran a menudo proporcionados por los porteros o los vecinos: “El del segundo leía El Socialista”, se chivaba el portero a los falangistas sevillanos, y eso bastaba para que éstos subieran por él y se lo cargaran. “El del tercero iba a misa”, acusaba un vecino ante los milicianos madrileños, y éstos ya veían razón suficiente para borrarlo del mapa. Esto se parece demasiado a la actitud observada el 30 de diciembre por algunos miembros de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Hay que decirlo una vez más: a las víctimas de ETA hay que compadecerlas, alentarlas, ayudarlas, procurar que reciban justicia y resarcirlas en la medida de lo posible, porque han pagado y sufrido en nombre de todos. Pero ser víctima no da la razón, ni hace más sabio, ni convierte a nadie en santo, ni lo exime de su obligación de respeto hacia los demás ciudadanos. Si una víctima delinque, no por eso deja de ser víctima, pero pasa a ser también un delincuente. Y si una víctima persigue e insulta a quien le lanza una mirada o lee el diario que le apetece, tampoco dejará de ser víctima, pero además se habrá convertido en un energúmeno, un intolerante, un enemigo de la libertad y un miserable. Que el señor Alcaraz, de quien las Víctimas están siendo víctimas en los últimos tiempos, se pare a pensarlo un minuto, y se aplique el cuento.

viernes, enero 19, 2007

Comunicado de convocatoria de la manifestación en Madrid el 3 de febrero

Madrid. 19 de enero, 2007. En la reunión de asociaciones cívicas enumeradas al final de este comunicado, celebrada hoy en Madrid con objeto de organizar la manifestación del próximo día 3 de febrero, se han alcanzado los siguientes acuerdos:

1º Convocar de manera abierta y sin reservas a todos los ciudadanos demócratas que quieran solidarizarse con las dos últimas víctimas de ETA, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, defiendan la libertad, confíen en el Estado de Derecho, deseen la derrota de ETA y que se opongan a la negociación con los asesinos.

2º Nuestra convocatoria no pretende recriminar o reprochar los errores del pasado, sino mirar al futuro.

3º La hora del comienzo de la manifestación serán las 17:00h. El itinerario será anunciado en breve, tras los contactos con la Delegación del Gobierno.

4º El lema de la manifestación, que aparecerá en la pancarta, será: “POR LA LIBERTAD. DERROTEMOS JUNTOS A ETA. NO A LA NEGOCIACIÓN”

5º En el acto final de la manifestación leerán el manifiesto Conchita Martín (víctima del terrorismo) y Antonio Aguirre (militante y ex-dirigente del PSE). Intervendrán los siguientes oradores: un representante de la comunidad ecuatoriana de Madrid; José Alcaráz, presidente de la AVT y Mikel Buesa, presidente del Foro Ermua.

6º El manifiesto, que se va a consensuar durante los próximos días a partir de un borrador repartido a los asistentes por el Foro Ermua, se hará público el lunes día 29 de enero.

7º Llamamos a todos los ciudadanos y a las fuerzas políticas a que, siguiendo el espíritu de rebeldía cívica de Ermua nacido tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, acudan por encima de las diferencias partidistas a manifestarse contra ETA y a mostrar de manera unitaria el rechazo a toda negociación con la banda terrorista.

ASISTENTES A LA REUNIÓN:

Foro Ermua
Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M
Federación de Ecuatorianos de Madrid
Fundación en Defensa de la Nación Española (DENAE)
Convivencia Cívica Catalana
Plataforma Peones Negros
Círculo de Opinión Pública
Sindicato de Funcionarios Manos Límpias
Hazte Oir
Rosas Blancas por la Dignidad
Fundación Unidad + Diversidad
Sindicato Unificado de Policía (SUP)
Confederación Española de Policía (CEP)

SE HAN ADHERIDO TAMBIÉN A LA MANIFESTACIÓN:

Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)
Asociación Independiente de la Guardia Civil (ASIGC)
Asociación por la Tolerancia (Barcelona)
Asociación Profesional de Guardias Civiles (APGC)
Asociación toledana Iniciativa Ciudadana de Apoyo a los Constitucionalistas Vascos (ICACVA)
Asociación Víctimas del Terrorismo Verde Esperanza
Asociación Vivir Sin Miedo
Cordobeses por la Libertad
Coruña Liberal
Familia Jiménez Becerril
Federación Española de Inmigrantes (FEIN)
Foro Aragón Liberal
Fundación Miguel Ángel Blanco
Fundación Unidad + Diversidad
La resistencia a ETA
Partido Popular
Plataforma Cívica “Por una Comisión de Investigación del 11-M abierta”
Plataforma España y Libertad
Rebelión Digital
Unión Cívica (Ibiza)
Unión Democrática de Estudiantes (UCE)
Vecinos de Paz de Berriozar (Navarra)

miércoles, enero 17, 2007

Una marcha triunfal: Zapatero y ETA por Mikuel Buesa


Ya lo sabemos. Creer, un día antes del atentado de Barajas, que los españoles estábamos mejor que hace un año y que, dentro de otro, esa mejoría sería aún mayor, fue un error, el único error cometido por Rodríguez Zapatero con relación a la cuestión del terrorismo nacionalista vasco a lo largo de su mandato.

No podía ser menos, pero sí más. El presidente se enfrentó el 30 de diciembre a la cruel evidencia de que su euforia carecía de cualquier fundamento; pero después, pasadas dos largas semanas desde aquel acontecimiento, ha sido incapaz de extraer de él sus lecciones.

La máquina trituradora de la propaganda ha convertido el fruto de la destrucción en un polvo gris donde nada es reconocible, del que nada puede aprenderse, porque aparentemente nada ha sucedido. Y así, el líder, el timonel iluminado que nos reclama nuestra confianza en él, puede reemprender su marcha triunfal.

Era previsible. Primero fueron las frases evasivas de significado difuso; luego el silencio. ¿Implicaría el atentado la ruptura de cualquier relación entre el Gobierno y ETA? Ahora sabemos que ETA puso fin al «proceso de paz» y rompió el «diálogo». Pero no sabemos si Rodríguez Zapatero ha renunciado a cualquier pretensión negociadora con ETA. Mientras tanto, en una ceremonia de confusión destinada a eliminar cualquier atisbo de crítica y deslegitimar a quienes la ejercemos, se iba preparando la transferencia de la responsabilidad del fracaso de la política antiterrorista a los oponentes del Gobierno. No otro sentido tuvo la llamada del presidente a Mariano Rajoy para que acudiera al Palacio de la Moncloa e, inmediatamente, con cargo a la vicepresidenta, lanzar un libelo que le atribuía la imposibilidad de llegar a un acuerdo con ETA y, con ello, de lograr el final del terrorismo. Y lo mismo cabe decir del montaje de unas manifestaciones en Bilbao y Madrid en las que, con el énfasis puesto en los conceptos de «diálogo» y de «paz», se avaló el horizonte conceptual de la política sostenida por Rodríguez Zapatero y se excluyó a la mayoría social a la que, en España, le repugna la negociación con ETA de sus reclamaciones políticas y de impunidad frente a los tribunales de justicia.

El debate celebrado ayer en el Congreso de los Diputados ha puesto el colofón a todo esto. El presidente ha repetido de nuevo que él tenía legitimidad para intentar una vez más el «final dialogado de la violencia» con la única justificación política de que otros presidentes también lo hicieron, aunque tales empeños resultaron frustrados. Curiosa justificación ésta que apela a la experiencia del fracaso para sostener la idoneidad de una política. Aún más, nos ha dicho que considera compatibles la lucha policial contra ETA y el mantenimiento de conversaciones con ella, como si no fuera una regularidad empírica, constatada en España y en los demás países que afrontan un problema de terrorismo, que el segundo de esos elementos resta efectividad al primero. Y así ha ocurrido con su «proceso de paz», de modo que, dentro de la actual legislatura, si con anterioridad a la resolución de mayo de 2005 que lo avaló, la policía española practicó casi ocho detenciones mensuales de terroristas encuadrados en ETA, después de ella la media se ha reducido a menos de dos arrestos por mes.

Rodríguez Zapatero también ha afirmado que, en todo su mandato, se ha mantenido plenamente en vigor la política antiterrorista que se diseñó a raíz de la firma del Pacto por las Libertades, que nada ha cambiado y que, en su relación con ETA, se ha limitado a cumplir escrupulosamente el mandato aprobado por el Congreso de los Diputados en mayo de 2005.

Miente o se autoengaña. O ambas cosas a la vez. En su marcha triunfal no cabe el menor resquicio de autocrítica en esa materia: todo lo hecho con respecto a ETA, no sólo es lo correcto sino que también está amparado en los acuerdos de Estado. De nada vale recordarle que, por ejemplo, esos acuerdos propugnaban el diagnóstico común entre los dos partidos que los suscribieron; que dentro de ellos de ningún modo se avala su política de marginación de las víctimas del terrorismo; que en su seno no cabe ningún intento de insuflar un aliento político a Batasuna para que, una vez lograda, acabe siendo el actor estelar de la «paz».

Y de nada vale tampoco señalarle los datos que hacen meridiana la falsedad de su pretensión de que, en los nueve últimos meses, ha desarrollado la relación con ETA en ausencia de violencia: seis oleadas de cartas de extorsión a empresarios vascos y navarros; recaudación bajo coacción de «donativos para los presos» entre los comerciantes; desobediencia civil plasmada en nuevas campañas de emisión del «DNI vasco»; doscientos cincuenta y nueve atentados de terrorismo callejero con al menos diez víctimas heridas y con unos daños cercanos a los dos millones y medio de euros; robo de armas, explosivos, vehículos, placas de matrícula y material para la falsificación de documentos; y presos que, ante los tribunales, han alardeado de su militancia en ETA y han proferido todo tipo de amenazas e insultos a los magistrados de la Audiencia Nacional.

El presidente del Gobierno no ha querido tampoco aclarar ningún aspecto del diálogo sostenido con ETA. Mientras esta organización terrorista hacía pública en Gara la existencia de reuniones antes y después de la declaración de «alto el fuego» y afirmaba haber suscrito compromisos referentes a un eventual «reconocimiento de Euskal Herria» por el Estado, al «respeto a las decisiones de los ciudadanos vascos» sin que éstas se sometan a ningún límite jurídico, al establecimiento negociado de un futuro común para el País Vasco y Navarra, y a que no se practicarán detenciones, Rodríguez Zapatero se ha limitado a no darse por aludido, despreciando el interés que la mayoría de los ciudadanos tenemos en saber la verdad sobre estos asuntos.

Por tanto, resumamos: ETA ha roto el «diálogo» y el Gobierno dice que no tiene ninguna responsabilidad política en ello. Todo lo realizado en los últimos meses ha sido acertado. No hay resquicio para la menor crítica. Y si las cosas no han ido como cabía esperar de una política basada en las «inmensas ansias de paz» de los españoles, con su presidente a la cabeza, ello sin duda hay que achacarlo a la presión ejercida por el PP y sus corifeos.

Este es el mensaje que nos ha transmitido Rodríguez Zapatero; y por ello reclama ahora, para seguir su marcha triunfal en pos de la «paz definitiva», de un final para el terrorismo, la unidad con los partidos políticos que le han dado y le dan la razón a ETA, y que tratan de obtener algún rédito de su historia de tragedia y destrucción.

El escritor libanés Amin Maaluf, indagando en sus Orígenes, observó que «la Historia se equivoca con frecuencia» y que es la cobardía de los hombres la que «lleva a explicar doctamente por qué fueron atinadas sus decisiones, por qué fue inevitable lo sucedido y por qué nuestros nobles sueños merecían irse al infierno».

Confiemos en que todavía quede un rastro de lucidez y estemos a tiempo de evitar el desastre que, súbita y sorpresivamente, acabará por arrebatarnos.

MIKEL BUESA
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid