M.ª Jesús González / madre de Irene Villa
-¿Qué le dice la fecha 30 de diciembre de 2006?
-Mucha tristeza. Fue doloroso y terrible para mí. Ese día estaba en Madrid, escuché por la radio que había habido una explosión en el aeropuerto, en la T-4. Me marcó mucho porque pienso que realmente este atentado se podría haber evitado fácilmente si el Gobierno hubiera seguido con el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Si no ha sido así es porque no han querido evitarlo. Sencillamente pensé, nos han ganado, pero no cuando pusieron la bomba, sino cuando escuché al presidente del Gobierno decir vagamente que este proceso de paz, que para mí es de rendición, quedaba en suspenso, no terminado definitivamente. En cuanto lo oí, dije: hemos perdido, el Gobierno está aliado con los terroristas, no tenemos nada que hacer la gente decente.
-¿Le está afectando anímicamente esta situación?
-Me siento impotente. Me está afectando psicológicamente porque yo he sido toda mi vida una persona muy alegre y positiva y esto me está minando. Físicamente me están saliendo alergias, urticarias provocadas por el estrés continuo. Nunca jamás las había padecido y los médicos me dicen que es psicosomático. Es por toda la tensión provocada por esta situación y estoy en tratamiento desde antes del atentado para superar las reacciones alérgicas. Todo esto se veía venir y el estrés acumulado pasa factura.
-¿Desde cuándo se encuentra así?
-Cuando comencé con las alergias, hará mes y medio más o menos, José Alcaraz ya había dado una conferencia en el CEU en la que adelantó que iba a producirse un gran atentado en Madrid. El Gobierno dijo entonces que no tenía información de nada y, mira por dónde, el ministro del Interior francés, el señor Sarkozy, lo había anunciado y advertido por activa y por pasiva. El Gobierno francés lleva una investigación exhaustiva de ETA, no como nosotros, que estamos de brazos cruzados. Nos estuvieron avisando continuamente, ¡eh chicos! tener en cuenta que éstos se están rearmando, que nos han robado 350 pistolas, que han robado explosivos, que han robado troqueladoras, que tienen un montón de matrículas y placas robadas de coches. Todo eso nos lo estaban diciendo y el comentario del señor Rubalcaba era: ¡mira hombre, que es que los franceses son muy exagerados y no será para tanto! Eso que se los diga a los familiares de las dos últimas víctimas. No creo al Gobierno cuando dice que no sabía nada, y si no lo sabían todavía es peor. Si es así, es que son unos ineptos y deberían dimitir todos.
-¿Cree a Batasuna cuando asegura que no esperaba un atentado de esta magnitud?
-Me da igual lo que diga Batasuna. A mí lo que me afecta es lo que haga mi Gobierno, y todos somos testigos de lo que está sucediendo. Pienso que los terroristas, los asesinos hacen lo que saben hacer, matar. Lo que me afecta es que el Gobierno que me tiene que cuidar, proteger y ocuparse de mí le dé la mano a los terroristas, y a las víctimas de ETA nos esté demonizando. Puso a Peces Barba para crear malestar y lo consiguió. Por ahí empezó todo y yo estoy muy dolida.
-Lo mejor y lo peor que le han dicho por la calle.
-Lo peor fue escuchar a una señora diciéndome literalmente: ¡hay que ver cómo eres, Mª Jesús! Desde luego es que hay que saber perdonar, porque parece que esto que os pasó a Irene y a ti queréis que les pase a los demás.¿Por qué no queréis negociar? Imagínate, alguien que piensa que yo no quiero que se negocie con ETA porque quiero que haya más atentados y más víctimas o más mutilados como Irene y yo. Hace falta ser perverso y mala persona. Desde el primer día, además, perdoné a los terroristas y tanto Irene como yo lo hemos dicho infinidad de veces públicamente. A los terroristas no los odio porque pienso que las primeras víctimas son ellos, víctimas de esa educación sesgada y equivocada que han recibido. Piensan que todos los que no somos vascos tenemos la culpa de sus problemas, se lo han inculcado generacionalmente desde pequeños. Son víctimas de su entorno, me dan hasta pena..
Lo mejor… que estarán conmigo hasta la muerte, eso hace mucha ilusión después de estos días que he estado bastante regular. La gente me anima mucho, dicen que me quiere y hasta que incluso me comprenden. Eso es importante, porque hay muchas personas que no entienden mi decisión de abandonar este país.
-¿Es cierto entonces que se va a vivir fuera de España?
-Sí, me voy a vivir fuera de España, pero exiliada. No me voy por gusto, me iré en el momento que legalicen a Batasuna. Me tengo que ir por dignidad. Si ellos llegan al Gobierno Vasco después de lo que hemos pasado, no podría permanecer por más tiempo en un país donde no existe la dignidad ni la justicia. En esas condiciones no quiero estar aquí. Me voy a Canadá, que es un país maravilloso y con una naturaleza desbordante. Tengo una amiga residiendo en la zona de Quebec que siempre estuvo diciéndome lo estupendo que era aquello hasta que lo he comprobado por mí misma. Fui y me pareció tan maravilloso que al final me compré una casa. Es el refugio que he elegido para cuando pase la tragedia. Ojalá no suceda porque no quiero abandonar España, pero si ocurriese, desde luego me voy seguro.
No hace mucho escuché una entrevista en Radio Nacional a Rubalcaba en la que más o menos decía que para él una de las mayores satisfacciones que le podrían dar es que Batasuna se presentara a las elecciones. Como comprenderás, con un comentario así del ministro del Interior, qué quieres que te diga, o caben ellos o yo. Rubalcaba ya les ha preferido a ellos, yo sobro, está clarísimo.
-Pero en Quebec son separatistas, independentistas a la francesa…
-A mí no me importa que sean o no separatistas. Yo no he visto a ningún canadiense que haya matado por ser separatista, con lo cual cada uno puede pensar lo que quiera y ser lo que quiera, separatista, nacionalista, siempre y cuando sus pensamientos y sus deseos lo hagan por la vía pacífica que debe ser, el Parlamento y los instrumentos del Estado de Derecho, no por la vía de matar. Yo no estoy en contra de los pensamientos que tengan las personas, yo estoy en contra de cómo se quieren conseguir algunas cosas y, en fin, gracias a este gobierno ETA va a conseguir lo que quiere matando, y esto me parece una vergüenza. No quiero vivir en un país donde no hay Justicia. Me voy, me iré cuando legalicen Batasuna. Me iré cuando estos asesinos lleguen al Parlamento Vasco porque me repugna y no quiero verlo.
-¿Qué tendría que suceder para que no se fuera?
-Que no legalizaran a Batasuna y que se reuniesen de nuevo los dos grandes partidos, PP y PSOE, en el Pacto por lasLibertades y contra el Terrorismo. Es lo único que en toda la historia de España ha dado resultado efectivo contra ETA. Es lo único que ha servido eficazmente para decir a los terroristas: hasta aquí habéis llegado. La violencia callejera dejó de existir, se detenía a los etarras con facilidad cayendo los comandos como nunca, Batasuna se ilegalizó, y ya no había muertos. Es paradójico que esto lo propusieran los socialistas con muy buen criterio y que ahora, cuando son Gobierno, lo detesten.
Llegó Zapatero, y todo se vino abajo. No echo la culpa al Partido Socialista, por favor, que nadie me malinterprete. De hecho, tengo muchos amigos socialistas que están completamente de acuerdo con lo que estoy diciendo. Le echo la culpa de todo esto explícitamente al señor Zapatero y a su entornito. ¿A que no se pone a trabajar con Rosa Díez?, ¿por qué? Porque Rosa lleva diciendo lo mismo desde hace 25 años y es él quien ha cambiado de opinión. Él proclamaba unas cosas estando en la oposición y ahora dice otras. Nos engañó a todos y ahora su discurso es diferente.
-¿Siente que le están echando de tu país?
-Sí. Me están diciendo vete, que van a entrar los asesinos, los terroristas. Es verdad, es lo que siento.
-¿No cree que marcharse es una victoria para los terroristas?
-No, porque hay mucha gente que se queda. Gente anónima que está aquí luchando y que además son los más importantes. Hay mucha gente en el País Vasco, «la resistencia», que están sufriendo cada día las amenazas, los insultos, las provocaciones de estos abertzales radicales y ellos siguen trabajando, dando el callo y luchando cada día. A estos habría que hacerles un gran homenaje. Son personas valientes que quizás no hayan sufrido un atentado directo pero que están sufriendo cada día, poquito a poquito, esto que te va minando y ellos aguantando como ninguno. Esas personas se lo merecen todo y mientras haya gente como ellos, no habrá ganado esa gentuza.
Yo en este momento puedo sentirme vencida, pero eso no significa que no haya ahí muchísima gente valiosa trabajando al pie del cañón, dando lo mejor de ellos y de sus vidas sin abandonar nunca. Igual es que yo soy más cobarde, no lo sé, pero esto es superior a mí. Por dignidad no quiero estar viviendo con ellos, pudiéndose pasear por la calle impunemente igual que yo, no, no quiero.
-¿Cuál cree que va a ser la política del Gobierno con respecto a ETA?
-Tengo la impresión de que van a volver a negociar y que vamos a darle a ETA/Batasuna lo que quieren. Estoy convencida no por mí, sino por lo que se les oye hablar a ellos. A mí me hubiera encantado que hubiera salido en televisión el presidente del Gobierno diciendo que rompen relaciones, negociaciones o lo que sea y que se acabó, que volvemos al Pacto Antiterrorista. Hubiera sido la mujer más feliz del mundo, pero resulta que no. Ahora quieren negociar con el PNV para derogar la Ley de Partidos, que los presos vuelvan al País Vasco y un montón de cosas que son contrarias a todo lo que yo pienso. Tras el comportamiento que hemos visto de la banda terrorista y la respuesta del Gobierno, lo único que se puede esperar es que ahora venga otra mafia de donde sea y chantajee al Gobierno de la misma manera que lo hace ETA. Este Gobierno da ejemplo de lo que jamás se debe hacer, inclinarse ante los asesinos. Es así de fácil.
Mi actitud en todo esto, el hecho de marcharme es mi particular ¡Basta Ya! con todo lo que está sucediendo.
-¿Hay algo importante que quiera añadir?
-Sí. Estoy dispuesta a perdonar a Zapatero. El no podrá entenderlo y pensará con soberbia que quien soy yo para tener que perdonarle, pero tiene que saber que me ha hecho más daño que los terroristas que me mutilaron, a los que desde hace muchos años, he perdonado.
Marta Gómez de Castro - La Razón
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