martes, enero 31, 2006

MODELO DE ESTADO


CARMEN REMIREZ DE GANUZA
El Mundo
29-01-06

El Consejo de Estado rechaza el blindaje de competencias recogido en el proyecto de Estatuto de Cataluña, y que reproduce en lo sustancial el pacto alcanzado entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas. El máximo órgano consultivo del Estado, si bien no analiza el texto estatutario y dirige sus recomendaciones a la pretendida reforma constitucional, especifica en su informe como «parte de ese núcleo duro intangible» de las «facultades que en ningún caso pueden ser transferidas», la «competencia para dictar las bases o la legislación básica», del artículo 149.1 de la Constitución. Una competencia que «en buena lógica», según advierte, «no puede ser cedida a una comunidad autónoma».

El artículo 111 del proyecto, pactado entre el presidente del Gobierno y el presidente de CiU, coincide literalmente con el que antes, el 13 de enero, acordó el PSOE con todos los partidos que promueven el Estatuto, incluido ERC, en la maratoniana serie de reuniones que mantuvieron sus portavoces en el Congreso.

El texto, particularmente farragoso, asegura a la Generalitat la «potestad legislativa y reglamentaria» y la «función ejecutiva» en las «materias que el Estatuto atribuye a la Generalitat de forma compartida con el Estado». Y lo hace «en el marco de las bases que fija el Estado», entendidas éstas como meros «principios o mínimo común normativo, en normas de rango de ley». Además, el mismo artículo 111 del proyecto, tal como ha quedado pactado, confiere al propio Estatuto de Autonomía la facultad de participar en las excepciones de este principio. Así lo establece para los «supuestos que se determinen, de acuerdo con la Constitución y el presente Estatuto».

La contundencia del Consejo de Estado frente a un blindaje competencial como el que se deriva de este texto coincide, en todo caso, con la denuncia explicitada por el PP, que hace dos semanas anunció un recurso ante el Tribunal Constitucional contra este apartado del Estatuto si finalmente es aprobado en los términos pactados.Fuentes autorizadas del partido calificaron de «varapalo al Gobierno» esta parte del dictamen del órgano asesor del Estado.

Según la formación liderada por Mariano Rajoy, lo pactado supone que el Estatuto interfiere en la capacidad del Estado para dictar legislación básica, siendo la Constitución o, en su caso, el Tribunal Constitucional los únicos capacitados para hacerlo.

Las objeciones de los populares al blindaje consagrado por Zapatero y Mas en este artículo se dirigen también a la «merma de la capacidad del Estado para garantizar la igualdad de los ciudadanos, porque el objeto esencial de la legislación básica es dictar normas que aseguran la homogeneidad en el cumplimiento de derechos y deberes».

Es el caso, por ejemplo, de la función pública. El Estado, según el criterio del PP y del Consejo de Estado, no podría nunca renunciar a dictar las retribuciones básicas de los funcionarios.

Otra de las pegas a lo pactado semanas atrás por socialistas, convergentes y republicanos, y ahora rubricado por La Moncloa, es que el artículo 111 «reduce a meros principios inspiradores lo que son normas de exigible cumplimiento». Para los populares es indudable que las leyes de bases dictadas por el Estado no sólo son indelegables, tal como establece el Consejo de Estado, sino que obligan literalmente a las comunidades autónomas.

Esta potestad del Estado alcanza, además, y según subrayan en el PP, no sólo a las leyes de bases sino a los reglamentos, por más que el proyecto de Estatuto catalán confiera a la Generalitat la pretendida «potestad reglamentaria», tanto en las competencias compartidas (artículo 111), como también en las exclusivas de Cataluña, que en el artículo 110 hace del «derecho catalán» el «aplicable en su territorio con preferencia sobre cualquier otro».

El informe del Consejo de Estado desmiente también, según el PP, buena parte de lo pactado por socialistas y convergentes en su recomendación de blindar las competencias del Estado frente a las comunidades autónomas.

Dice el órgano asesor que entre las «facultades indelegables» del Estado, están «las que no pongan en peligro la capacidad del Gobierno de la Nación para diseñar y aplicar su propia política en aquellos ámbitos que la Constitución le ha reservado en exclusiva» y que se citan en el artículo 97 de la Carta Magna, referido a la «política exterior e interior».

Para los populares, esta recomendación tan explícita desautoriza toda una serie de artículos del proyecto estatutario -vigentes en el último texto pactado- que garantizan la «participación» de la Generalitat en la planificación de las políticas hidrológica, energética, migratoria o en la de las infraestructuras de titularidad estatal. Incluso, según su artículo 187.2.b, la Generalitat participa en la «programación de la política económica general».

Además, el articulado asegura la intervención de la Generalitat en los procesos de designación de miembros de instituciones estatales como el Banco de España, la CNMV, la CMT, el Tribunal de Cuentas, el Consejo Económico y Social, la Agencia Tributaria, la CNE, la Agencia de Protección de Datos y el Consejo de RTVE, entre otros.

En rueda de prensa, el secretario ejecutivo de Comunicación del partido, Gabriel Elorriaga, emplazó al presidente del Gobierno a asumir el informe del Consejo de Estado que, dijo, «debe ser atendido, valorado y discutido entre los dos grandes partidos nacionales, tal como aconseja el órgano asesor». Elorriaga reaccionó a la reducción que la vicepresidenta del Gobierno hizo de las recomendaciones del Consejo de Estado a meras «reflexiones» acusando a Zapatero de hacer un «desprecio constante a las instituciones, sean cuales sean». Calificó de «ilegítimo» el proceso emprendido a la luz del informe y, en referencia al referéndum promovido por el PP, pidió a Zapatero que «si no respeta a las instituciones, al menos, consulte a los ciudadanos».

Un blindaje de competencias que debe ser eliminado del Estatuto


EDITORIAL, EL MUNDO
29/1/2006

El nuevo Estatuto pactado entre el PSOE y CiU corrige algunos de los aspectos más polémicos del texto aprobado por el Parlamento catalán en septiembre. Pero hay un apartado en el que los nacionalistas han conseguido imponer sus planteamientos: el blindaje de competencias.

La redacción de los artículos 110 y 111 choca con el informe del Consejo de Estado que señala textualmente que «la competencia atribuida al Estado en el artículo 149.1 de la Constitución para dictar bases o legislación básica» forma parte del «núcleo duro intangible» del Estado.

Dicho de otra manera, el Congreso no puede renunciar a su capacidad de legislar en una serie de materias en caso de ser cedidas a las comunidades autonómas, como, por ejemplo, Sanidad, régimen de Seguridad Social, aguas, medio ambiente y medios de comunicación. Así lo indica expresamente el artículo 149.

En la última redacción del Estatuto, pactada con CiU, el artículo 110 dice que la potestad legislativa en materia de competencias exclusivas «corresponde únicamente a la Generalidad». Y que el derecho catalán «es el aplicable en su territorio con preferencia sobre cualquier otro». Ello vulnera frontalmente varios artículos de la Constitución, entre ellos, el 150, que reserva al Estado la prerrogativa de dictar leyes «para armonizar las disposiciones normativas de las comunidades». Según la Carta Magna, el derecho catalán jamás puede tener primacía sobre las leyes aprobadas en el Congreso.

El artículo 111 del Estatuto reserva ahora a la Generalidad la potestad legislativa de las competencias compartidas «en el marco de las bases que fije el Estado como principios» pero exceptúa «los supuestos que se determinen de acuerdo con la Constitución y el Estatuto». La Constitución no hace expresamente excepción alguna. Pero la trampa de este artículo está en limitar la acción legislativa del Estado a «los principios» como si el Congreso no pudiera ir más allá de meros enunciados teóricos.

El Consejo de Estado afirma que la legislación básica (o sea, la capacidad de hacer leyes orgánicas) forma parte del «núcleo duro» del Estado. Y esa legislación puede regular tanto rincipios como derechos, limitaciones y obligaciones. Los autores del Estatuto han optado por una redacción ambigua, que les permita blindar las competencias compartidas. Pero ello es totalmente inconstitucional, ya que ni las competencias exclusivas ni las compartidas pueden estar al margen de las leyes generales del Parlamento español.

El informe del Consejo de Estado alerta también de la inconstitucionalidad de la cesión de competencias «que pongan en peligro la capacidad del Gobierno de diseñar y aplicar su propia
política en los ámbitos que la Constitución le reserva en exclusiva», una línea roja que probablemente se ha traspasado ya al ceder competencias de órden público o ciertas prestaciones de
carácter social.

La tramitación parlamentaria del Estatuto debería servir para modificar los artículos 110 y 111, que, de no ser cambiados, permitirían que Cataluña tuviera leyes distintas a las del resto del Estado.

Blogging en Arabia Saudí: minando a los wahabíes, mensaje a mensaje



Por Stephen Schwartz
en GEES

El 21 de octubre salía un nuevo mensaje de Arabia Saudí, la tierra del islam wahabí, con su compromiso de financiar la jihad, sus decapitaciones públicas y su total subordinación de la mujer. Pero en lugar de la predicación extremista usual, la promoción de los sangrientos actos terroristas de Abú Musab al-Zarqawi en Irak o la incitación al odio contra musulmanes no wahabíes, judíos, cristianos, y demás en todo el mundo, el mensaje era una convocatoria, en inglés incorrecto, para “la primera reunión informal de bloggers saudíes”. Y con él, Arabia Saudí daba un paso de gigante.

El anuncio en la página web “Saudi Blogs” llegaba de “Ahmed”, y no sin contradicciones. Observaba obtusamente que “según el estilo saudí, [la reunión] será sólo para hombres”.

En el plazo de cuatro horas, la primera contestación a Ahmed afirmaba, “ambos sexos tienen que involucrarse en esto” -- a saber, la mejora del blogging saudí. Confusamente sin embargo, el autor de ese comentario, “Super MO”, admitía que el blogging coeducacional se limitase a la red. En cuestión de horas, sin embargo, una blogger decía que a ella le encantaría asistir a la reunión propuesta.

Hombres y mujeres bloggeando juntos, por supuesto, representa una total burla a las leyes saudíes que imponen la segregación de sexos. Y no puede haber vuelta atrás. Las autoridades saudíes no pueden requisar todos los ordenadores, las Blackberrys y los teléfonos móviles del reino. Tampoco pueden prohibir el uso del inglés.

Saudi Blogs recoge más de 80 páginas activas, 67 de ellas en inglés o en inglés y árabe. Las mujeres saudíes generan algunas de las páginas más interesantes. Son tan atrevidas en su libertad de expresión que un miembro del personal del congreso que las lee regularmente expresaba total desconcierto, “¿cómo puede suceder esto?”. La globalización de la cultura americana tiene obviamente mucho que ver, puesto que muchas entradas del blog están escritas en el lenguaje hip-hop de los mensajes de texto de los adolescentes occidentales.

El blog saudí más llamativo y que más da que pensar es “Farah's Sowalif”, sowalif significa “chismorreo”. La página se anuncia como “El palique cotidiano de una chica 'saudí' [comillas de la autora] cansada, reprimida, y aburrida”. Redactado en una mezcla de inglés legible en general y árabe ocasional, la autora, Farah Aziz, alias “Faruha”, se describe como una estudiante de la “KSU” -- Universidad Rey Saud (no la Kansas State), la universidad más antigua del reino. Faruha es una “jingoísta decepcionada” residente de la capital, Riyadh, así como de Najd, la provincia desértica de donde emergió el fundamentalismo wahabí y la casa real de Saud.

Faruha tiene un montón de lo que quejarse, y no tiene miedo a hacerlo. Cuando quiere, su inglés es perfecto. También coloca en su blog fotografías en color, tomadas obviamente con un móvil. Algunas de las imágenes son banales en extremo - montañas de caramelos en la ciudad al final del mes del ayuno musulmán del Ramadán, por ejemplo -- pero una, en la entrada con fecha 26 de octubre, parece insalvable en su expresión de la patología del régimen saudí.

La foto muestra un panel interactivo instalado en una pared de la KSU, donde se pide a las estudiantes que indiquen su opción de destino tras la muerte. A la izquierda se muestra una mujer vestida con un velo de cabeza y cuello, un hijab de cuerpo entero que parece un impermeable, y un vestido hasta los pies. Lleva un bolso. Al lado de ella hay una representación de unas llamas. Esta mujer, a pesar de su vestimenta extremadamente casta, se dirige a las llamas del infierno. A la derecha se muestra una mujer equipada con la vestimenta femenina recomendada: una abaya negra, que cubre la cabeza, la cara, y el cuerpo entero, cuyo contorno no se puede distinguir. La mujer que viste de esta manera se dirige al paraíso, representado como un parque en el que, extrañamente, sólo se reúnen las mujeres vestidas con abaya negra.

El mensaje es imposible de creer: la condena eterna espera a la mujer saudí que lleve bolso, muestre los ojos, o permita que su silueta femenina sea vagamente discernible. Para las que lleven obedientemente la abaya, la recompensa de Alá en el paraíso incluirá la continuación de taparse y la segregación de sexos.

Este golpe interactivo de efecto es wahabismo puro y sin adulterar. Faruha comenta, “los tablones de anuncios de las universidades se ponen generalmente para propósitos académicos... esto es lo que esperaba encontrar en la KSU”.

La entrada del blog de Faruha del 13 de octubre incluye su traducción al inglés de un ensayo titulado “Imagine ser mujer”, redactado y colocado por una escritora saudí, Badria al-Bisher. El artículo es un manifiesto por un movimiento de protesta de las mujeres saudíes. “Imagine ser mujer”, escribe al-Bisher, “y que este guardián tuyo sea tu hijo de 15 años”. Sin excepciones, bajo las estrictas leyes del wahabismo saudí, una mujer no puede tomar decisión propia ninguna, y tiene que acudir a su hijo adolescente si carece de pariente varón mayor alguno. Tiene que obtener su permiso para recibir una educación o tener un empleo.

El texto continúa, “imagine ser mujer y necesitar hacer viajes de taxi constantes para hacer tus diligencias cotidianas [porque no se permite conducir a las mujeres]. Imagine tener que ser paciente con un conductor que no te entiende y tener que soportar las diferencias culturales, sólo para llegar a donde quieres ir. Imagine tener que esperar a tu hermano menor a diario, sólo para que te lleve al trabajo [porque no se permite que las mujeres salgan ala calle sin acompañante masculino]. Imagine contratar a incontables conductores que aprenden a conducir utilizando tu propio coche, que practican a tus expensas, y a quienes entrenas durante meses y meses hasta que suspiras exhausta '¿¿¿qué clase de vida es esta???' Todo porque eres una mujer, y por tanto no se te permite conducir. “

El mismo artículo condena la incitación saudí-wahabí a violar a las mujeres no-wahabíes: “Imagine que mujeres del siglo XXI siguen fatwas de eruditos que en un momento concreto empiezan a debatir la viabilidad de capturar a las mujeres del enemigo, y después de tener relaciones sexuales con ellas. Algunos incluso van más allá, para discutir capturar a las mujeres de este enemigo en tiempos de paz también; y en ningún momento sabes siquiera quién es el enemigo en cuestión”.

El blogging también se ha convertido en un fenómeno importante en el teocrático Irán. Pero en Arabia Saudí, la repentina explosión del blogging coincide con la evidencia de un movimiento muy real hacia la apertura en el pensamiento religioso dirigida por el nuevo rey, el octogenario Abdaláh. En una cumbre islámica global a finales del 2005, Abdaláh proclamaba la necesidad de “moderación que incorpore el concepto islámico de tolerancia”, agregando, “apelo a los inventores y a los industriales musulmanes, a una tecnología musulmana avanzada, y a los jóvenes musulmanes que trabajan para vivir lo mismo que trabajan para su vida del más allá, sin exceso o negligencia, sin ninguna clase de fundamentalismo”.

Esa visión está en conflicto frontal con las obsesiones de al Qaeda y Hamas, que exaltan la muerte sobre la vida. La misma cumbre escuchó un mensaje del rey Abdaláh II de Jordania pidiendo el final del takfir, la práctica de que un musulmán acusa de infidelidad a otros musulmanes sobre la única base de sus opiniones. Prohibido por el profeta, el takfir se ha hecho común desde la llegada del wahabismo. Mohammed Ibn Abd al-Wahhab, fundador de la secta, declaró infieles a todos los chi'íes y sufíes - a esos efectos, a todo aquel que no profesara su interpretación de la fe. Todos los que han sido excomulgados así son objeto de asesinato y saqueo. El takfir respalda la perniciosa ideología de que sólo los musulmanes radicales son verdaderos musulmanes, y atrae a los terroristas jóvenes confiriéndoles una falsa posición de élite en lo que realmente es una conspiración criminal. La denuncia del takfir por parte del rey jordano reconoce a los chi'íes como musulmanes, negando específicamente el argumento religioso de los terroristas sunníes de Irak - por no mencionar a los sunníes wahabíes de Arabia Saudí o Pakistán - que describe a los chi'íes como herejes.

Los residentes del reino saudí confirman a los amigos americanos que desde que Abdaláh subió al trono se ha hecho perceptible una nueva atmósfera. Fatima al-Hejazi, una joven investigadora saudí, observa que en un Foro de Diálogo Nacional en la ciudad de Abha en diciembre del 2005, un representante de la minoría grotescamente oprimida de los chi'íes en Arabia Saudí pidió la igualdad de derechos religiosos. Al-Hejazi sugiere que esta acción fue inspirada por la declaración anti-takfir de Jordania.

En otro suceso importante, cuatro mujeres saudíes han sido ascendidas a la junta directiva de la cámara de comercio de Jeddah, la capital comercial del país. En cualquier otra parte tal acto podría parecer trivial; en Arabia Saudí es revolucionario - y especialmente significativo, porque implica a la clase empresarial, los probables líderes de una transición saudí a la normalidad.

“Saudi Blogs”: con toda su simplicidad, la frase tiene un aura revolucionaria, como “congreso continental” o “solidaridad polaca”. Polonia y las demás dictaduras comunistas del bloque soviético fueron liberadas con la ayuda del mimeógrafo y las máquinas de Xerox. Arabia Saudí e Irán pueden ser liberadas mediante blogs y teléfonos con cámara, dando quizá al rey saudí Abdaláh más de lo que estipulaba con “una tecnología musulmana avanzada”. Por ahora, las autoridades saudíes continúan bloqueando las páginas web convencionales mantenidas por reformistas, como tuwaa.com, al tiempo que permiten operar a páginas wahabíes de odio infame como alsaha.com. Pero los tiranos se están quedando atrás y están perdiendo el control de los acontecimientos. Los espíritus del Benjamin Franklin impresor y del gran comunicador Ronald Reagan deben de estar encantados.



Stephen Schwartz (Suleiman Ahmed Schwartz) es musulmán sufí y director y fundador del Centro para el Pluralismo Islámico de Washington, la principal institución islámica moderada del mundo. Formado como periodista y escritor, es autor de “Las dos caras del islam“ y columnista regular de la revista The Weekly Standard, el Globe & Mail canadiense y el diario mexicano La Reforma.

¿SE HA ATREVIDO… O LE HAN DEJADO?


Cesáreo Jarabo Jordán
pensamientohispanico.com

Estamos de enhorabuena, y es que el señor José Luis Rodríguez Zapatareo, presidente del gobierno que malbarata lo que queda de España ha tenido todo un detallazo: Ha visitado Ceuta y Melilla. Detalle que reedita las múltiples visitas realizadas por D. Juan Carlos de Borbón (y van…) y por los anteriores presidentes de gobiernos que también malbarataban España.

No sabemos si es que el tirano de Marruecos le ha permitido realizar la visita, aunque personalmente supongo que sin su anuencia nunca hubiese osado visitar esa tierra española. Y es que la libertad que goza el pueblo español no es del todo ajena a sus tiranos. Ellos también están tiranizados.¿Y a qué ha ido el vice-malbaratador de España a Melilla?, ¿acaso a proclamar su españolidad?; ¿acaso a fomentar la unidad nacional? ¡qué disparate!.

El vice-malbaratador de España ha ido a Ceuta y a Melilla a hacerse la foto, lo que lleva por delante a otros (¿Alguien se siente aludido?), y es digno de encomio, pero no ha ido a nada más, en unos momentos que están tramando, dentro de la destrucción general de España, la venta de soberanía de éstas plazas al enemigo marroquí.

De vergüenza es el pase del señor Zapatero por las plazas españolas de África por lo que ha callado, pero de infinita más vergüenza es para otros el no haber hecho tan siquiera acto de presencia en esas mismas plazas, cuando por su cargo debían verse más que forzados a hacer de éstas ciudades su segunda residencia. Pero en fin, España está en liquidación, y no hay hombres que la defiendan.

EL PRESIDENTE Y LAS LEYES


Cesáreo Jarabo Jordán
pensamientohispanico.com

Una de las últimas cacicadas con que el tirano ha obsequiado al pueblo español es la ley anti-tabaco. Lo que resulta curioso es que, quién pretende imponer tal cacicada hace caso omiso a su misma imposición, y declara que ha fumado como un carretero mientras pactaba la mutilación de España.

¿No se habrá enterado el señor Rodríguez Zapatero de la citada ley?, ¿o pensará que él está sobre ella?

Me congratularía sobremanera que la segunda suposición fuese la correcta, porque en tal caso seríamos dos los que pensamos lo mismo, pero honestamente no estoy del todo convencido, y apuesto más por el primer supuesto.

Sea como fuere, no es admisible tal actitud por parte de quién debe ser guardián de las leyes, aunque en su caso sean permanentemente injustas, pero es que en España todo lo que pasa es raro y contrario a naturaleza. Tenemos un Jefe de Estado que no va a ciudades españolas como Ceuta y Melilla, y eso no es normal. Tenemos unos políticos que se dedican, en vez de al bien de España, a desmembrarla, y eso no es normal; tenemos unos medios de comunicación que sólo sirven para cantar las excelencias del sistema y para acallar al pueblo español… y eso no es normal.

Pero volviendo a la ley antitabaco y a la actitud del señor Rodríguez Zapatero. Su actuación, ¿puede considerarse desobediencia civil?, ¿podemos promover la desobediencia civil quienes nos encontramos oprimidos por un sistema y unas leyes que acogotan al ser humano y al ser y la esencia de España en beneficio de sus enemigos?

Me parece muy correcto. Gracias, señor Rodríguez, tomo nota y proclamo, para las leyes que nos están imponiendo, lo que usted proclama con su actitud personal ante la ley del tabaco. ¿O acaso yo no tengo derecho y usted sí?

lunes, enero 30, 2006

Desertores de la guerra por las ideas


Clifford D. May
en GEES

Una cosa es decir la verdad hasta cuando hace daño a tus amigos. Otra muy distinta es decir mentiras para no ofender a tus enemigos. Una cosa es ser justo hasta con el diablo y otra muy distinta es hacer de relacionista público del diablo.

¿De qué otra manera se puede explicar el despacho de la Associated Press, refiriéndose a Osama bin Laden como “un exiliado saudita disidente”? Semejante sesgo puede que no sea inexacto pero es como llamar al caníbal Jeffrey Dahmer “un gourmet excéntrico”. Como que no encaja, ¿no cree Ud.?

De forma similar, un informe reciente en la Radio Pública Nacional de Estados Unidos hablaba de lo peligroso que Irak es para los periodistas. La culpa se la ponían a la “naturaleza de esta guerra” y a la “situación de seguridad”. No se oyó ninguna crítica contra los degolladores islamistas militantes y los suicidas que colocan bombas en los coches.

Y por supuesto tenemos a Reuters, la agencia de noticias británica, que ha decretado que “lo que para uno es un terrorista, para otro es un luchador por la libertad”. En los ojos corporativos de Reuters, hasta los ataques contra el World Trade Center no pueden ser llamados terrorismo.

Semejante relativismo es común en los círculos de la intelectualidad así como en el periodismo. El otro día, en un show de la BBC, estuve debatiendo con el Dr. Hooshang Amirahmadi, catedrático de la Rutgers University. Su argumento: La forma de acabar con el conflicto de Irán es que Estados Unidos restablezca por completo sus relaciones diplomáticas. Si sólo el Presidente Bush tendiese una mano al régimen de Teherán, vería que ha habido malentendidos, que ambas partes han cometido errores y que hay un amplio margen para el acuerdo.

En respuesta, empecé a leer textualmente citas del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad y otros gobernantes iraníes sobre sus letales intenciones contra Estados Unidos, sus planes genocidas para con Israel, su hostilidad hacia la “civilización anglosajona”.

El catedrático Amirahmadi se oponía a que académicos y periodistas se tomaran en serio esos comentarios. Sugería que era poco sofisticado o injusto de mi parte (quizá ambas cosas) que repitiese semejantes declaraciones en antena.

Es tentador descartar semejantes actitudes simplemente como la tontería de las clases charlatanas. Pero es que Occidente está en medio de una guerra mundial por las ideas, un conflicto de tantas consecuencias como una guerra con armas. El repliegue mental modelo suizo de los intelectuales tendrá sus consecuencias. Y su declaración de neutralidad llega en el momento que los enemigos del Mundo Libre están sacando la artillería pesada.

Tomemos como ejemplo a al-Manar, elaborada emisora de televisión por satélite situada en el Líbano, propiedad de Hizbolá (la segunda organización terrorista después de al-Qaeda en el número de americanos que ha asesinado) y financiada por los militantes islamistas de Irán. Todos los días, al-Manar incita impúnemente al terrorismo contra americanos, israelíes y judíos.

Un funcionario de al-Manar fue lo suficientemente cándido como para decirle al experto en terrorismo, Avi Jorisch, que la emisora de televisión intentaba “ayudar a la gente a perpetrar eso que ustedes llaman en Occidente atentado suicida”.

Un esfuerzo concertado de la Coalición contra los medios de comunicación terroristas (CATM), asociación de musulmanes, cristianos, judíos y grupos laicos trabajando en sociedad con los gobiernos europeos y de Estados Unidos, lograron quitar a al-Manar de 8 proveedores de satélite, acabando así con su emisión en América del Norte, América del Sur, Asia, Australia y partes de África, regiones todas donde se sabe que las células del terror de Hizbolá tienen una fuerte presencia.

Pero dos proveedores de satélite siguen emitiendo al-Manar para Europa y para mucho de Medio Oriente y el Norte del África. Uno es propiedad del gobierno egipcio, receptor de miles de millones de dólares en ayuda americana. La segunda compañía de satélite tiene como socio mayoritario al gobierno saudita, que gasta millones de dólares en anuncios televisivos dentro de Estados Unidos proclamándose “el aliado de Estados Unidos contra el terrorismo”.

Hamás, el grupo terrorista palestino apoyado por Irán también está lanzando su propia emisora de televisión, una que está destinada finalmente para alcanzar audiencias alrededor del mundo. Y al-Yazira, situada en Qatar – moderada en comparación con al-Manar pero siempre la primera en emitir los mensajes de al-Qaeda – ahora está usando a estrellas mediáticas como Dave Marash, hasta hace poco se presentaba en Nightline de la cadena ABC americana y al veterano periodista David Frost. Marash y Frost están prestando su credibilidad a favor de la causa del islamismo militante, sea que lo admitan o no, sea que lo entiendan o no.

“Si obstaculizas el esfuerzo de un bando en la guerra, automáticamente estás ayudando al otro bando. Tampoco hay ninguna forma real de permanecer fuera de una guerra como la actual. En la práctica “el que no está conmigo, está en contra mí”.

No fue George Bush quien dijo eso. Fue George Orwell.

Clifford D. May, antiguo corresponsal extranjero del New York Times, es el presidente de la Fundación por la Defensa de las Democracias. También preside el Subcomité del Committee on the Present Danger.

MIENTE, SEÑOR RUBALCABA


Cesáreo Jarabo Jordán
pensamientohispanico.com


No descubrimos el Mediterráneo si afirmamos que un político miente, por lo que lo declarado por el señor Pérez Rubalcaba en la mañana del día 30 de Enero entra dentro de lo normal.

Ha estado el señor Pérez Rubalcaba, como una serpiente, intentando embaucar al respetable con el cuento del estatuto separatista con que tienen previsto iniciar el definitivo cuarteamiento de España, si es que acaso a los españoles no nos surge de una vez la virilidad y cortamos tanto escarnio.

En su permanente mentira, el señor Pérez Rubalcaba dice que, en definitiva, lo que ahora pretenden imponer como ley no es algo nuevo, y en ese extremo tiene razón.

Desde el advenimiento de la democracia, en Cataluña, los gobernantes se han distinguido por una persecución manifiesta de todo lo español; lo que resulta curioso es que el señor Pérez Rubalcaba asegura que eso no ha ocasionado ninguna fricción ni ninguna reclamación.

Obviamente, el señor Pérez Rubalcaba hace gala de su cualidad innata para mentir, porque sin ir más lejos, el que suscribe elevó reclamaciones a una institución que me parece creada para contentar a los idiotas y que se denomina “defensor del pueblo”, con los resultados que todos podemos suponer.

Ni entonces ni hoy en Cataluña; ni entonces ni hoy en el resto de España ha existido ni existe libertad más que para jalear las ocurrencias del tirano, que sin rubor pasa de una posición a su contraria… y siempre con la anuencia de las urnas.

En Cataluña, con las cuestiones del idioma, como en toda España con todo lo tendente a la destrucción de los valores hispánicos y cristianos, todos los políticos democráticos han remado en la misma dirección; han puesto mordaza a la disidencia y han proclamado que su tiranía está impuesta por la voluntad popular.

Y quién no esté de acuerdo, que se pudra. Puede marcharse. Ésa es la libertad que nos han impuesto en España con la constitución de 1978. Personalmente hice por marcharme de las garras de los tiranos. Sólo conseguí liberarme de las más fétidas garras de la tiranía democrática y separatista catalana.

Sí, acabé exiliado de Cataluña, aunque seguía y sigo viviendo en tiranía. El aire de la Comunidad Valenciana estaba menos viciado; los estamentos públicos atendían en español; la bandera nacional veía ondear en los edificios públicos; en las fiestas se inundaban las calles de banderas nacionales; la enseñanza era en español…Pretérito. Hablo en pretérito. También en Cataluña se vivía honestamente antes de 1980.

La persecución a todo lo español, no nos engañemos, no se circunscribe a Cataluña y a Vascongadas; el enemigo va extendiéndose como mancha de aceite. Ya ha empezado a atacar por Galicia, pero en breve lo hará por Valencia, donde se lleva la misma evolución que conoció Cataluña hace décadas; por Asturias, por Canarias o por Andalucía, y el señor Pérez Rubalcaba dirá que no debemos alarmarnos porque no es nada nuevo, y tendrá razón el señor Pérez Rubalcaba.

Lo que sí debe ser nuevo es la reacción que el adormilado pueblo español debe hacer en defensa de la Patria y al margen de todos los partidos políticos, culpables, todos, de ésta situación. Todos a una y contra esos mentirosos criminales que están desmembrando España.

El boicot sobre La Caixa fracasó. La entidad catalana capta depósitos y clientes al mismo ritmo que antes de la Opa


HISPANIDAD
30-01-2006

Aclaremos algo : las cifras que ahora publica Hispanidad y que justifican el fracaso absoluto del boicot financiero sobre La Caixa, a raíz de la campaña contra los productos catalanes provocada por Gas Natural han sido facilitadas a Hispanidad por el equipo directivo de la propia entidad.

Como se sabe, la OPA de Gas Natural sobre Endesa ha creado una campaña de anticatalanismo, expresada, especialmente a través de Internet, aunque La Caixa no habla de la WWW, sino de “la campaña de la COPE”. La OPA se anunció el 5 de septiembre del pasado año. Desde entonces, han sido muchas las especulaciones sobre la retirada de depósitos de La Caixa, principal accionista de Gas Natural y clave de la operación. El pasado viernes, durante la presentación de resultados, el presidente de La Caixa, Ricardo Fornesa y el director general, Isidro Fainé, afirmaron que el tal boicot no había tenido efecto sobre los depósitos (sobre los créditos es difícil que los tenga) de la entidad fuera de su zona tradicional de cobertura (Cataluña y Baleares) aunque sí había surgido supuesto un sobreesfuerzo a la hora de explicar a los clientes la situación.

Eso sí, los rectores de La Caixa se circunscribieron a hablar de las cifras del año, sin especificar las cantidades por trimestres Pues bien, aquí las tienen. Por lo que respecta al incremento de clientes netos (los que llegan menos los que se van) la Caixa aumentó su número de clientes de pasivo en 116.000 durante el cuarto trimestre de 2005. De ellos, 79.000 correspondieron a la llamada zona de expansión (como hemos dicho, toda la geografía española menos Cataluña y Baleares). De esos 79.000, cerca de 25.000 corresponden de la zona centro -principalmente Madrid-, 20.500 en la zona sur, 18.000 en el norte, 13.999 en Valencia, 2.500 en Canarias... Si suman obtendrán los 79.000, casi un 70% del total, proporción habitual en La Caixa.

Y si comparan esos 116.000 con el saldo neto de nuevos clientes totales (esta cifra sí fue facilidad públicamente por La Caixa) durante todo el ejercicio 2005, que se elevaron a 452.000, nos encontramos con que durante el último trimestre, la entidad catalana consiguió aumentar sus clientes un 26% del total, es decir, que el boicot fracasó. El cuarto trimestre incluso superó su cuota parte, es decir, el 25%.

¿Podría haber aumentado el número de clientes al ritmo habitual pero con peores clientes, es decir, haberse reducido la cuantía de los depósitos? ¿Más clientes pero menos dinero? Pues tampoco. Durante el cuarto trimestre los recursos totales de clientes –incluyendo, por tanto, fondos de inversión, seguros y otros recursos fuera de balance- crecieron en 6.672 millones de euros, de los cuales sólo 941 correspondieron a Cataluña y Baleares. En el conjunto del ejercicio 2005, La Caixa había conseguido un incremento de depósitos y recursos ajenos por valor de 25.283 millones de euros, según balance. Es decir, que durante la última cuarta parte del año consiguió el 26% del incremento total anual.

No, el anticatalanismo ha fracasado, si no como sentimiento social, sí como boicot a una empresa determinada.


Locos peligrosos


Aleix VIDALQUADRAS
Madrid 30 de enero de 2006

He podido ver y escuchar en la Red las declaraciones de Pepe Rubianes en el programa «El Club» de TV3 en las que profiere expresiones soeces sobre su propio país y sobre sus compatriotas. Las palabras del actor gallego afincado en Cataluña han causado el esperado escándalo, especialmente por haber sido pronunciadas en una etapa de nuestra vida pública en la que la carrera hacia la disgregación ha adquirido en España una velocidad de vértigo. Sin embargo, más que condenar el léxico tabernario de su intervención, que sin duda provoca náuseas a cualquier persona mínimamente civilizada, me interesa llamar la atención sobre el fondo de este episodio repulsivo. La tesis de Rubianes es básicamente que la transición fue un fraude en el que «a la izquierda se le dio por...», en fin, ya me entienden.

Hay que señalar que en este punto de su exposición,la denuncia del gran pacto civil de 1978 como una estafa y una traición, su anfitrión, Albert Om, le jaleaba con sonrisa cómplice y gestos de aquiescencia, lo que indica el carácter conciliador y responsable de la línea editorial de la televisión pública catalana. Otro elemento a destacar de las tesis del lenguaraz cómico es la peregrina afirmación de que «media Extremadura come de Cataluña» y que «hasta los perros rabiosos lamen la mano que los alimenta». Veamos adónde conducen estas dos corrosivas mentiras. Si la transición fue un gran engaño, una trampa tendida por la reacción a las fuerzas de progreso, procede revisarla y darla por no realizada, regresar a los días siguientes a la muerte del general Franco y optar por la ruptura violenta en vez de por la reforma ordenada.

En cuanto a la idea de que Cataluña alimenta a Extremadura, lleva a la conclusión de que lo correcto es acabar con semejante timo y liquidar la solidaridad entre españoles. Por supuesto, el modélico acuerdo que nos devolvió la democracia no sólo no constituyó una argucia de la derecha malévola en la que cayó una izquierda ingenua, sino que ha sido reconocido por todo el mundo como un ejemplo a seguir en situaciones de cambio expuestas a la inestabilidad y al enfrentamiento. Por otra parte, la que ha recibido un mayor beneficio objetivo de las oleadas de inmigrantes que llegaron a su territorio a lo largo del siglo XX procedentes de otras partes de España ha sido Cataluña, porque gracias a este esforzado capital humano ha podido crecer y desarrollarse y salvar hasta su lengua, que sin este aporte demográfico indispensable hoy estaría próxima a la extinción. Las idioteces salpicadas de groserías de Pepe Rubianes no serían más que una anécdota grotesca a cargo de un perturbado, pero la hora elegida para emitirlas, la complacencia del entrevistador y los aplausos inducidos de las personas presentes en el plató denotan una maniobra de profundo calado, perfectamente pensada y organizada para conducirnos al desastre.

domingo, enero 29, 2006

EL TIPO PSICOLÓGICO ESPAÑOL


PÍO BAROJA

Cuando el español marcha al extranjero, casi siempre tiene que soportar algún desdén y, lo que es más desagradable, alguna explicación acerca de la psicología española. Es ciertamente molesto oir á un francés ó á un inglés culto en cuestiones generales que, sin saber nuestro idioma ni conocer nuestro país, nos describe como un naturalista puede describir un coleóptero, con todas sus particularidades; pero es todavía mucho más desagradable oir á un americanito, que apenas sabe firmar y que lleva las plumas en la maleta, definirnos con lugares comunes cogidos de un libro francés.

Yo, siempre que he hablado con extranjeros, he tratado de convencerles de que la psicología española, que pasa como verdadera é indudable, es un lugar común un tanto problemático. El español, según la distribución de papeles que han hecho Fouillee y otros escritores, es hidalgo, fanático, puntilloso, imaginativo, etc., etc.; lo ha sido siempre y lo sigue siendo.

¿Qué hay de cierto en todo esto? Yo creo que muy poca cosa. Primeramente, no sabemos qué es lo permanente en España, y si desde un punto de vista espiritual hay una ó varias Españas, uno ó varios tipos de españoles.

Los que creen en la unidad se basan en la antropología, en la literatura y en la historia; los que creen en la variedad se basan también en la antropología, en la literatura y en la historia.

La antropología dice muy poco, por ahora: señala en la Península una gran variedad étnica; pero una variedad de tipos tan próximos, que no se puede deducir de ella consecuencia alguna. Se necesitará mucho tiempo para que la ciencia de las razas (la fantasía de las razas, según algunos) pueda obtener conclusiones, y es posible que cuando las obtenga no aclaren nada en la práctica; tal será con el tiempo la mezcla étnica en todos los pueblos.

La base de los que creen que hay una psicología única en el español la encuentran en la literatura, y sobre todo en la literatura del siglo XVII.

Yo creo que examinando esta tesis del tipo único del español se advierte que no ofrece gran consistencia. La literatura española, como todas, tiene el sello de la cultura y de la ideología de la época; nuestra literatura toma de fuera y presta también á fuera sus productos. Así, el Poema del Cid se forma, al parecer de algunos eruditos, por influencia de la canción de Rolando; el Cid, tan español, tiene en su gestación, según estos investigadores, algo de francés, y después vuelve á tener una nueva personalidad francesa en Corneille. Estos préstamos son constantes en las literaturas. Moliere imita á Alarcón y á Tirso; después Moratín imitará a Moliere.

¿En qué literatura no pasará esto? ¿Cuál de ellas no estará hendida, atravesada por la influencia de las otras? Se podría decir que hay algo peculiar en cada literatura; quizá es cierto; ¿pero qué es lo peculiar en nuestra literatura? ¿Cuál es su característica? ¿Es el énfasis? ¿Es la exageración? Entonces Corneille y Víctor Hugo son más españoles que los españoles mismos. ¿Es el conceptismo? ¿Hay conceptistas en todas partes?

El que busque razonamientos ó datos en la historia para orientarse y ver si hay unidad ó variedad en el tipo español á través del tiempo, se encontrará con que la historia de España está por hacer. Se conoce, sí, una narración anecdótica de los Reyes y de sus familias; pero la vida de los pueblos y de las comarcas está en la obscuridad.

No sólo los detalles, sino lo más fundamental queda sin aclaración. Así, por ejemplo, un proceso tan importante como el de la supuesta decadencia de España está sin resolver.

Corre desde hace tiempo como una verdad inconcusa que España, en tiempo de los Reyes Católicos, tenía 25 ó 30 millones de habitantes.

Esta afirmación, que se repite y parece cierta a fuerza de ser repetida, no está basada en nada. Confrontando datos de aquí y de allí se llegaría á creer que España nunca tuvo en el siglo XVI una población superior á cinco ó seis millones de habitantes.

Otra manifestación de la misma idea es la decadencia de la cultura. Se supone gratuitamente que España en los siglos XVI y XVII fue un gran centro de cultura, que decayó por completo. Para hacer destacar más esta idea se ha intentado dar un aire de esplendor a los siglos XVI y XVII, y hundir en la sombra el XVIII, cosa que no es la realidad, ni mucho menos. El siglo XVIII español no es un siglo vacío de cultura. Tiene, es cierto, una inferioridad artística con relación al anterior pero nada más. España, probablemente, nunca ha sido un centro de cultura: nuestro país ha estado siempre en la frontera de la civilización. El fruto artístico y literario de España es un fruto periférico, de una zona donde la cultura se mezcla con la naturaleza.

Los que quieren afirmar á España como foco de cultura en el siglo XVI suelen citar á Luis Vives, á Miguel Servet, á Loyola y á otros que no tenían de español más que el nacimiento. ¿Se explica que estos hombres hubiesen salido definitivamente de España si en su país hubiesen tenido un foco intenso de cultura? España no ha poseído nunca grandes medios materiales, no ha contado con emporios de civilización. Además de esto, su economía pobre fué perturbada por el descubrimiento de América. Han faltado en nuestro territorio las ciudades ricas, comerciales, populosas.

Hombres cumbres repletos de sentido pedagógico, como los del centro de Europa, no los ha tenido España, no por falta de genio, sino por falta de ambiente y de riqueza: así no ha habido entre nosotros humanista del tipo de Erasmo, de Voltaire, de Diderot, de Goethe, como no hemos tenido sabios del estilo de Lavoissier ú Hoerschel, ni pintores á lo Leonardo de Vinci.

Los grandes hombres de España parecen nacidos solos y desnudos en medio de la Naturaleza; así son Calderón, Velázquez, Goya. Son los tipos de la cultura periférica, como esos pioneer que edifican su granja en los últimos linderos del mundo civilizado.

La creencia de que España no ha entrado definitivamente todavía en la zona central de la civilización hace pensar en una posible transformación de España; hace pénsar también en que el tipo del español, hoy obscuro para nosotros, llegue á aclararse, á decantarse y á verse en él de una manera precisa sus aptitudes.

Ha de llegar un día, relativamente próximo, en que la población de España se haga densa, en que las ciudades estén rebosando, en que la paz esté segura y no haya peligro de algaradas ni de motines. Al mismo tiempo, el norte de África se habrá civilizado, y la Península será un paso de un continente a otro.

Entonces España será una nación de cultura central, tendrá una política seria, sus estadísticas serán irreprochables, sus escuelas estarán perfectamente organizadas, producirá su ciencia en sus laboratorios y su arte en sus talleres.

Quizá entonces algún español recalcitrante se queje y diga: «¡Cuánto mejor se debía vivir en la España desorganizada de antes!». Pero esta queja podría repetirla un descontento en el paraíso de Mahoma ó en la Nirvana de Buda.

El gran árbol de la cultura vasca se ha escrito con la savia del idioma español


ANTONIO ASTORGA

Las Juntas Generales de Guipúzcoa han ninguneado los 50 años de la muerte de Pío Baroja, colaborador ilustre de ABC. Él y otros grandes nombres han enriquecido desde el castellano la cultura vasca


MADRID. «Yo soy, por mis antecedentes, una mezcla de vasco y de lombardo: siete octavos de vasco por uno de lombardo». Pío Baroja -dionisiaco y sabio pesimista, vasco universal y gran paisajista de la literatura española- se consideraba antihistórico, antirretórico y antitradicionalista. Confesaba que el fuste vasco había influido en él, esculpiendo un fondo espiritual, inquieto y turbulento, pero su vitalísima prosa castellana tuvo, tiene y tendrá un peso mayor en la literatura vasca pese a quien pese.

El autor de «El árbol de la ciencia» sentía una fuerte aspiración ética y era enemigo fanático del pasado porque todos los pasados, y en particular el español, le parecían negros, sombríos, poco humanos... Pues bien, a este creador genial y atrabiliario le acaba de ningunear el nacionalismo excluyente, que no quiere conmemorar el medio siglo de su muerte porque escribía en español. Lo cual -escribir en español- conculca la triada Territorio, Historia y Lengua sobre la que se pretende la Construcción Nacional Vasca. ¿Se ningunea a Baroja por un despiste? En absoluto. Allá por 1918 decía Baroja en «Las horas solitarias»: «Yo no sólo soy enemigo del nacionalismo, sino de la idea misma de patria. «El mundo para todos los hombres», ése sería mi lema, y si éste pareciese demasiado amplio, me contentaría con este otro: «Europa para los europeos»». Cuando hoy se abaten las fronteras en Europa, algunos quieren levantarlas en España.

En fin, Baroja también era el 98, generación que tuvo una gran impronta vasca. Así, Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936), filósofo y creador en verso y en prosa, vasco de origen y castellano de vocación, quien sostenía que la modernización del País Vasco pasaba por el uso del español. Su concepción de la lengua como «sangre del alma y espíritu» residía ineludiblemente en el cultivo del castellano, quedebía ser la lengua de la modernización de su tierra vasca. Alguien le llamó «excitator hispaniae» y en excitar, estimular e incitar se le pasó la vida.

En cuanto a Ramiro de Maeztu (Vitoria, 1875-Aravaca, 1936), hijo de padre vasco, veló sus primeras armas periodísticas en Bilbao, a los 18 años. El gobierno de Primo de Rivera le nombró en 1928 embajador de España en Argentina. Allí tuvo ocasión de tratar con Zacarías de Vizcarra, el introductor en 1926 de la idea de la «hispanidad», de la que se dice que Maeztu fue apóstol.

Ya en medio del siglo XX otro Baroja fue no menos puntal de la cultura vasca por mucho que naciera y muriera en Madrid: el antropólogo Julio Caro (1914-1995), quien dominaba el euskera pero escribía en español y mantenía una relación no menos tensa con los actuales nacionalistas. En poesía, Gabriel Celaya (Hernani, 1911-Madrid, 1991), militante comunista, fue un altísimo representante de la gran poesía social y optó por el castellano como arma de combate. También el fuego poético del bilbaíno Blas de Otero ha avivado la poesía española del último medio siglo. Lírico «fieramente humano», en «Pido la paz y la palabra» y «En castellano» aborda al hombre español y su circunstancia. El escultor Jorge Oteiza (Orio, 1908-San Sebastián, 2003) creador de una obra indisoluble de la cultura y el paisaje vasco, asimismo escribía poesía en castellano como su «Androcanto» (1956). Esa generación también tuvo grandes narradores como Luis Martín Santos (1924-1964) quien nació en Larache pero vivió en San Sebastián a partir de los cinco años; e Ignacio Aldecoa (Vitoria, 1925-Madrid, 1969).

«Verdes valles, colinas rojas»

Ya entre los vivos, el novelista Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) ha recreado la saga de un pueblo vasco en «Verdes valles, colinas rojas». Por su parte, el historiador Miguel Artola (San Sebastián, 1923), que ha dedicado su vida al estudio de la transición desde el Antiguo Regimen a la modernidad, también ha recreado la historia de su San Sebastián natal. Otros vascos destacan con el maestro en el estudio de la historia propia y española como Juan Pablo Fusi (San Sebastián, 1945), autor de «Política obrera en el País Vasco 1880-1923», «El problema vasco en la Segunda República» y «El País Vasco»); y Fernando García de Cortázar (Bilbao, 1942), el más importante divulgador de la historia de España en nuestros días. Y hay vascos que piensan en español como el filósofo Fernando Savater (San Sebastián, 1947), explorador de las obras de Cioran y Nietzsche, especialista en ética, hombre de saberes dieciochescos y activísimo miembro del Foro de Ermua; o el ensayista Jon Juaristi (Bilbao, 1951), quien pudo despertar del fanatismo de la identidad vasca y desentrañar las claves del victimismo nacionalista en «El bucle melancólico» y «La némesis sagrada». También hay vascos periodistas que brillan y viajan en castellano como Manu Leguineche (Arrazua, 1941).

Y, para terminar, una gavilla de vascos de las últimas hornadas que narran en español como la popularísima Lucía Etxebarría (Bermeo, 1964); el espléndido autor de «Fuegos con limón» Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959); y Pedro Ugarte (Bilbao, 1963), finalista del premio Herralde en 1996 con «Los cuerpos de las nadadores», con quien ponemos fin a una relación que podría continuar en un largo suma y sigue.

Cataluña escrita en castellano: la posibilidad de dos cánones y de dos categorías del gusto


SERGI DORIA

El propio «Diccionario de la Literatura Catalana» advierte que negar el bilingüismo en esa cultura comportaría el riesgo de perder las claves de fenómenos decisivos

BARCELONA. Resulta fatigoso reiterar lo obvio, pero en esas andamos en el año de gracia de 2006. Literatura catalana en castellano. Fuente: «Nou Diccionari 62 de la Literatura Catalana» (2000). La entrada «Literatura en castellà» ocupa cinco páginas. El redactor aduce que el franquismo y el peligro de diglosia explican una actitud bastante generalizada que cuestiona el bilingüismo en la cultura catalana: «Posición polémica que llevada al extremo comportaría perder la clave de muchos fenómenos decisivos -movimientos, tendencias y reacciones- de esta cultura. Ya que si por literatura entendemos la manifestación escrita de una civilización, que permite una lectura de los hechos más diversos de la sociedad y la cultura de una época, de un pueblo, no hace falta hurgar demasiado para darse cuenta de cómo en los países catalanes esta lectura requiere más de una lengua». Y remacha: «Hay que decir que, en lo tocante a la escritura, nuestro legado cultural no es tanto el objeto de una literatura en catalán -o no lo es solamente- como de la historia literaria de un pueblo, expresada en más de una lengua. Y lo es, por supuesto, la castellana».

El liberalismo catalán se escribió en castellano... A pocos días de la ejecución de Riego, Buenaventura Carlos Aribau y Ramón López Soler difunden en «El Europeo» a Scott y Byron... El manresano López Soler escribe «Los bandos de Castilla», novela-manifiesto del romanticismo español. Siglo XX. El periodismo de referencia lo rubrica en castellano Joan Maragall, secretario del «Diario de Barcelona». Antoni López, editor de Rusiñol, regenta en la Rambla la «Llibreria Espanyola». Barcelona es la capital de la edición española: Montaner & Simon, Gallach, Espasa, Salvat, Seix, Gili...

En los años veinte, el catalán recupera protagonismo, pero al castellano le va la literatura de consumo; D´Ors se lleva el glosario a Madrid, pero las vanguardias son vasos comunicantes: Gasch, Dalí y Montanyà lanzan el «Manifest Groc» y Giménez Caballero recoge el testigo en «La Gaceta Literaria». Los intelectuales españoles elogian la Barcelona del 29. La Guerra Civil y el franquismo son una losa, pero una larga lista de creadores transmiten una cosmovisión catalana en castellano. En «Destino», Josep Pla compone su «Calendario sin fechas». Ignacio Agustí escribe «Mariona Rebull». Advierte Sebastián Juan Arbó: «Nuestros escritores, nuestros poetas más grandes han usado indistintamente las dos lenguas; han escrito en castellano y en catalán, casi todos, y sobre todo, los buenos, los mejores». La conjunción editorial-literaria alumbra el Nadal.

«¿Éramos morenos u oscuros?»

Carmen Laforet pergeña «Nada»; la nómina de escritores catalanes en castellano prosigue: José María Gironella, Ana María Matute, Luis Romero, Carmen Kurtz, Mercedes Salisachs... Más editores: Vergés, Janés, Caralt... Allá por los 50 departen Gil de Biedma, Carlos Barral, Enrique Badosa, Alfonso Costrafreda, José Agustín Goytisolo, Corredor Matheos: sus versos brotan en castellano. Como los de Lorenzo Gomis, Cirlot o Lentini. Sigue el recuento: Luis y Juan Goytisolo, Juan Marsé, Félix de Azúa, Terenci y Ana María Moix; «savoltas» de Eduardo Mendoza y «bartlebys» de Vila-Matas...Barcelona activa el «boom» hispanoamericano. En el Barrio Chino, Vázquez Montalbán dibuja Carvalho y el mestizaje. «¿Eramos morenos u oscuros? Me lo pregunto cada vez que repaso las escasas fotografías que conservo, llenas de muertos que no siempre recuerdo, que han muerto definitivamente con mis padres o mis tíos, con aquella memoria la suya llena de parientes con nombres, apellidos, árbol genealógico incluido, un bosque de ramas entrelazadas que crecía desde raíces murcianas, andaluzas, gallegas...» Así, hasta ahora, con «La sombra del viento», de Ruiz Zafón, los «soldados» de Cercas, El Acantilado, del editor Vallcorba y la escudería Herralde. «La coexistencia de dos tradiciones literarias -en catalán y en castellano- no tiene naturaleza de prótesis o de una falla histórica, sino de posibilidad de dos cánones y de dos categorías del gusto», apunta Valentí Puig. ¿A quién molesta esa bidimensionalidad?

El Tempranillo al revés


ANTONIO BURGOS
ABC / 29-01-06

NO, imaginación sí le están echando: cambiar la Constitución por medio de un Estatuto; acabar con la igualdad entre las regiones y con el principio de solidaridad. Dicen que es lo más progresista que hay, pero en los dineros me parece que se han pasado de imaginación. Han inventado a José María el Tempranillo, pero al revés: «El que a los ricos socorre / y a los pobres avasalla». No, como paradoja no deja de ser insólito. Será histórico. Un Gobierno socialista, en una nación europea, bien entradito el siglo XXI, consigue que los ricos como Cataluña reciban más, justamente por ser más ricos, y a los pobres, que les vayan dando por debajo del PIB. Es como la pregunta que acerca de las diferencias sociales y económicas me hacía un amigo a la vuelta de Estados Unidos:

-Los negros, ¿son negros porque son pobres, o son pobres porque son negros?

Y con respecto a los territorios patrios y al nuevo método de meter la cuchara en el perol común que consagrará el Estatuto catalán, lo mismo:

-Los catalanes, ¿son catalanes porque son ricos o son ricos porque son catalanes?

Un poco de memoria histórica. Se silencia que Cataluña fue la gran beneficiaria de los privilegios del desarrollismo franquista. Cuando en Andalucía teníamos carreteras de macadán, en Cataluña ya había autopistas. Franco lavó su mala conciencia de vencedor beneficiando a las regiones derrotadas en la guerra civil. Se le fue la mano ayudando a la que había sido la España republicana: a Cataluña, a las Vascongadas. Incluso en Andalucía la máxima beneficiaria del desarrollismo franquista fue la republicana Málaga, a la que se le dio el «boom» de la Costa del Sol: o el republicano Jaén, al que Franco le hizo un Plan especial; no la fiel Sevilla de Queipo. ¿Por qué Franco puso la Seat en Barcelona y los andaluces tuvieron que emigrar allí buscando trabajo?

Y como desde el proteccionismo arancelario y desde el desarrollismo franquista son tan ricos, no se van a conformar ahora con el café para todos de las autonomías. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Si pagan más impuestos, ¿cómo van a recibir menos? Yo también me apunto a eso: que me den servicios públicos según mi IRPF. Pues si se rompe el principio de igualdad entre territorios, ¿por qué no entre individuos? Todo el mundo querrá ser como los catalanes: que le apliquen el mismo criterio fiscal y de acceso a los bienes públicos. Usted, rico potrico por su casa, que gana un fortunón y paga una burrada de impuestos, ¿cómo va a tener la misma carretera que ese tío que va ahí con un Ford Fiesta de segunda mano, que apenas paga los impuestos del salario mínimo? Usted no puede padecer el mismo embotellamiento en la misma carretera, puesto que usted paga muchos más impuestos. Y como la letra del hombre del 600: la carretera nacional es suya, porque casi la ha pagado usted. Ergo cuando haya un atasco en la A-6, usted debe exigir alfombra roja para que pase su Bentley, y el tío del Ford Fiesta, a la cuneta para que le deje paso.

Y en la Sanidad, igual. Con los impuestos que usted paga, ¿cómo va a estar en la misma habitación que ese albañil que no contribuye casi nada? ¡Que echen al albañil inmediatamente, que lo devuelvan a la sala de triaje, porque no va a ser igual que yo, que pago tantísimos impuestos y que me merezco una suite! Y en la enseñanza, ni te cuento. ¿Cómo su hijo va a ir a la misma Universidad pública que el hijo de un fontanero, con lo que paga usted? Nada, nada, volvamos al siglo XIX, cuando el primer contribuyente de la provincia tenía sus privilegios. Por falta de imaginación no será. Han inventado los desfasados privilegios del primer contribuyente en forma de territorios insolidarios y desiguales. El Tempranillo, pero al revés: robar a los pobres para dárselo a los ricos.


Archivada la denuncia de Bono contra 'Avui' por un artículo


LA VANGUARDIA
29/01/2006
Redacción. BARCELONA

El juez de instrucción número 30 de Barcelona decretó anteayer el archivo de la denuncia interpuesta por el ministro de Defensa, José Bono, contra el periodista delAvuiIu Forn por el artículo que publicó el pasado 12 de enero bajo el título Manual del buen golpista, en el que aconsejaba a los golpistas que si visitaban Barcelona lo hicieran sin sus madres, porque la prostitución está prohibida en la Ciudad Condal. El magistrado no ha apreciado delito de injurias a las fuerzas armadas dado el "tono irónico o sarcástico" que se emplea en dicho artículo.

Según el juez, las expresiones injuriosas "han de afectar a la totalidad de la institución (...), siendo evidente que lo que pretende proteger el artículo 504.2 del Código Penal es la honorabilidad del ejército en su conjunto y fundamentalmente como institución del Estado". "Resulta claro que el artículo en modo alguno alude a los ejércitos en su conjunto sino que hace referencias, en un tono irónico o sarcástico, a presuntos militares ´golpistas´, es decir, contrarios al orden democrático y constitucional, a los cuales, en un tono más o menos afortunado, se les dan unos consejos sobre cómo deberían actuar en el caso de levantarse contra el poder legítimamente constituido y cómo deberían realizar su entrada en Barcelona". El autor del artículo y Avui fueron objeto de una campaña en contra por parte de Bono, sectores militares y algunos medios de comunicación.

Cómo combatir (con eficacia) un peligroso disparate


CARTA DEL DIRECTOR
PEDRO J. RAMIREZ

El martes por la tarde Zapatero estuvo a punto de consumar esa carambola perfecta con la que sueña todo espabilado truhán de garito. Un diestro golpe con el taco había pegado la bola del PSOE a la de Convergència i Unió y rodando juntas habían dejado atrás, al anunciar su pacto sobre el Estatuto, al fastidioso PSC de Maragall, repeliendo hacia el margen del tapete a la antipática Esquerra Republicana de Carod. Todo eso era lo previsto. Con lo que no contaba el presidente era con que, además, la bola del PP se encabriolaría sobre el borde de la mesa, paseándose peligrosamente por el marco de madera, apenas a un centímetro de caer en el abismo de la crisis y partirse en varios trozos o como mínimo quedar gravemente mellada y fuera de combate.

Por un instante el camino hacia la embocadura de una mayoría absoluta como las del 82 y el 86 pareció despejarse, injustamente, ante la mirada burlona del zapatero prodigioso.

Para él hubiera sido el pleno al 15, pero para los defensores del modelo constitucional de la Transición, el colmo de los desastres.Ese desenlace hubiera supuesto que a 10 minutos del punto álgido de la discusión del Estatuto catalán en la Comisión Constitucional no sólo no estaría consumándose la disidencia de aquellos «50 diputados socialistas en busca de un jefe dispuesto a inmolarse», pues hasta el que hizo tal profecía ante Raúl del Pozo y otros colegas daba a regañadientes su nihil obstat, sino que quien habría quedado tambaleándose por la amputación de uno de sus principales dirigentes habría sido el PP.

Nunca la cínica máxima andreottiana de que la oposición desgasta infinitamente más que el poder habría podido visualizarse de forma tan lamentable y a costa, en definitiva, de la credibilidad del liderazgo de Rajoy: a la hora de la verdad hubiera resultado que Zapatero era capaz de hacer remar juntos a Ibarra y a Maragall y el aspirante a sucederle no lograba mantener en el mismo barco a dos ex compañeros de gabinete, infinitamente menos alejados en su visión del Estado, como Acebes y Piqué.

Lo de menos era quién hubiera tenido la culpa -el uno en la indelicadeza de los modos, el otro en la falta de matices al expresar algún concepto- porque al final el parte médico habría sido el mismo: automutilación por atolondramiento. Y el castigo, para los empeñados en aferrarnos al único marco legal que ha garantizado la igualdad y libertad de los españoles, una insoportable albarda sobre albarda: si desde el domingo estábamos más cerca de que un proyecto muy nocivo se convirtiera en ley, el martes pudimos habernos quedado sin el único instrumento adecuado para oponerse a ello o al menos conseguir que la irresponsabilidad política no quede impune.

Acostumbrado a un hábitat de sangre caliente como la redacción de un periódico, entiendo que en el PP y sus alrededores haya quienes sientan el morboso vértigo de la llamada de la tierra, pero si de lo que hablamos es de política, la experiencia nos indica que cuando un partido estalla en banderías muchos ciudadanos le dan la espalda sin atender ya a las razones de ninguna de sus voces.

Si Zapatero se empecina en el camino que ha emprendido, el interés general y un elemental sentido de los castigos y las penas requerirán que pierda las próximas elecciones, pero para ello es imprescindible que el PP sobreviva antes a los impulsos suicidas que, acunados por autogratificantes cantos de sirena, se engendran en su seno.Cuidado con La pureté dangereuse, contra la que nos prevenía Bernard-Henri Lévy en uno de sus libros. A veces, cuanto más insistentemente se invocan los principios, más estrepitosamente se precipitan los finales y no hay proyecto de oposición que resista la pérdida de un horizonte verosímil de recuperar el poder.

Rajoy reaccionó bien al parar la dimisión de Piqué, aunque luego le faltó ese punto de malicia que sirve para convertir un problema en oportunidad: una foto de ambos con Zaplana y Acebes presentando una declaración conjunta sobre el Estatuto habría zanjado mejor la crisis sin vencedores ni vencidos, reflejando además la verdad de la posición de fondo de todos ellos, tirrias personales al margen. Una misma canción puede interpretarse de muchas maneras, siempre y cuando los derechos de autor se devenguen en la caja del partido. Sus votantes no pueden exigirles que sean amigos, pero sí que se comporten con un cierto sentido de la profesionalidad, ese territorio intermedio entre la disposición a tragar con lo que sea que acaba de volver a manifestarse en el PSOE y la tendencia al encastillamiento en la propia interpretación de las cosas tan característica del centroderecha.

Lo que importa en todo caso es lo que ocurra a partir de ahora porque, como digo, el PP es -por mor del empobrecimiento del abanico parlamentario- el único abrelatas que nos resta a españoles de muy diversas ideologías que no queremos que las respuestas a los problemas de todos queden precocinados en un envase herméticamente cerrado durante el encuentro de dos oportunistas para pactar embarulladamente el futuro de una única comunidad autónoma.

Necesitamos que el PP acierte tanto en su estrategia de fondo como en su sentido de los tiempos y hay que reconocer que esa es una disciplina que Zapatero domina como pocos. Su engreimiento de esta semana tiene fundamento. Sólo la ofuscación de quienes le detestan puede impedir reconocer la brillantez de su jugada en el plano de la política de partido, pues aprovechando las negociaciones sobre el Estatuto ha consumado un ejercicio de prestidigitación consistente en sustituir a la mujer barbuda por una escultural modelo como pareja de baile. El novio de la Barbie entraba por una puerta y el interlocutor de la ETA salía por la ventana.

Todavía perdura el impacto visual de tal metamorfosis. Hombre, si al final con quien pacta Zapatero no es con Carod sino con Artur Mas y con ese señor de calva reluciente al que Aznar ya ofreció hace 10 años ser ministro de Asuntos Exteriores, esto tampoco tiene que ser tan diferente de los acuerdos del Majestic Y si a la fuerza de la imagen se le une el hecho objetivo de que lo que anuncian es mucho menos terrible que lo aprobado por el Parlament, el linchamiento mediático de un PP que no matizara su discurso de oposición para adaptarlo al nuevo escenario estaba servido. En ese contexto la dimisión de Piqué habría sido letal para la percepción pública del posicionamiento del partido.

¿Pero qué es en realidad lo que han pactado el Gobierno y esta especie de versión corporativa de Fouché -lo digo por su capacidad de entenderse siempre con cualquier régimen, no por su carácter tenebroso- que es Convergència i Unió? Pues seis días después de la foto de los tres mosqueteros han sido incapaces de presentarlo en sociedad y esa debería ser la primera denuncia y exigencia de un PP sereno y moderado, empeñado en plantear las cosas por su orden.

Si debemos fiarnos del texto entregado al diario que se ha convertido en órgano de la deconstrucción de España, estamos básicamente ante un ejercicio de poda y camuflaje, desigualmente conseguido, de la retahíla de inconstitucionalidades que trufaba la interminable y disparatada suma de ocurrencias varias aprobada en Cataluña.

En lo único que los nuevos coponentes han hecho hasta ahora algún énfasis es en la definición de Cataluña y en el sistema de financiación.Lo primero es un enrevesado galimatías en el que las partes contratantes se permiten la osadía de reinterpretar el artículo 2 de la Constitución -probablemente vulnerándolo-, pero en el que la definición encubierta de Cataluña como nación se convierte más en una referencia simbólica para el futuro que en una afirmación con efectos jurídicos en el presente. En cuanto a lo segundo, la transferencia de la mayoría de los tributos a las comunidades es en sí mismo un mecanismo insolidario y por lo tanto repudiable, pero puede quedar en gran medida paliado por la reforma del Fondo de Suficiencia y, como alegaba en su perceptivo y ponderado artículo del viernes la catedrática Montserrat Nebreda, no es imaginable que el PSOE vaya a disparar contra algunos de sus principales graneros electorales.Al final será el déficit público el que lo pague, pero los efectos de esa involución tardarán en notarse años.

Tan falso es decir, pues, que nada ha cambiado en el Estatuto como que las correcciones en estos capítulos lo han hecho ya aceptable. Para fijar un criterio definitivo que siempre irá de lo malo a lo pésimo, es decir, de lo enmendable a lo irremediable, es preciso diseccionar con todo detalle aspectos como el encuadre constitucional de los derechos específicos que se pretenden autoatribuir los catalanes, la enrevesada fórmula de blindaje de competencias, antitética de las recomendaciones del Consejo de Estado o los artículos que pretenden dar carta de naturaleza legal a una política lingüística basada en la marginación y/o represión del castellano.

Está llegando ya el momento de hacer un gran esfuerzo divulgativo para dar a conocer a los 45 millones de españoles las previsibles consecuencias de toda índole que la aprobación del texto desencadenaría en el corto y sobre todo en el medio y largo plazo. Cuanto menos catastrofismo emplee el PP en esta fase, mejor. España no se va a romper de la noche a la mañana, pero sí que son perfectamente deducibles tendencias declinantes en materia de cohesión territorial, planificación de infraestructuras, eficiencia en determinados servicios básicos, seguridad jurídica o derechos individuales.

A veces un ejemplo tiene más fuerza que todas las disquisiciones teóricas: de ahí que haya sido tan oportuna la iniciativa de Zaplana de plantarse el jueves en Barcelona para conocer al padre que en marzo hará huelga de hambre si no escolarizan a su hija en castellano, pues todo el mundo entenderá que si se aprueba este Estatuto se estará convalidando la intolerable discriminación de la que es víctima. Y encima resulta que este Carmelo González al que el presidente encasilló desdeñosamente durante su entrevista televisiva del jueves en la categoría de «caso aislado» que aflora sospechosamente ahora, siempre ha sido votante de partidos de izquierda y ha nacido el mismo día, del mismo mes y del mismo año que el propio Zapatero. Sí: el 4 de agosto de 1960.

En paralelo a esa labor pedagógica en la que el PP debería poner término a actitudes de prima donna ofendida que acaban volviéndose en su contra -y me refiero, por ejemplo al pueril boicot a 59 segundos, un programa plural en el que el guión es cosa de los productores, pero en la práctica cada uno habla de lo que quiere-, Rajoy y su equipo están obligados a dejar constancia hasta la extenuación de su voluntad negociadora. Es decir, deben convencer a esos ciudadanos indecisos que terminarán inclinando la balanza en un sentido o en otro de que si no hay ni diálogo ni acuerdo no será por su culpa, sino porque Zapatero ha hecho de la exclusión de media España la esencia de su proyecto.

El dictamen del Consejo de Estado sobre la reforma constitucional se ha convertido en el mejor punto de apoyo imaginable para esa pauta de conducta y justo es decir que Rajoy y Acebes -reivindicados en lo esencial de sus planteamientos de estos dos años por su coincidencia con los del máximo órgano consultivo de la Nación- han sabido cazar al vuelo su trascendencia. Nadie podrá discutir ya que la reforma constitucional y la del Estatuto de Cataluña son vasos comunicantes que deben abordarse de forma coordinada.Invocar una cuestión de plazos o procedimientos como coartada para eludir esa conexidad no es sino una excusa de mal pagador que se vuelve delatoramente mezquina cuando están en juego los intereses esenciales del Estado.

Zapatero podrá seguir pavoneándose de sus habilidades tácticas, de su sangre fría o de sus conquistas como atractivo galanteador de políticos, empresarios y periodistas, pero quedará marcado para siempre por el estigma de la irresponsabilidad si se empeña en soslayar las recomendaciones con las que el Consejo de Estado va a contestar a sus propias preguntas. Estaríamos, de hecho, ante uno de los contadísimos supuestos en los que cualquier demócrata entendería que quien encarna la máxima institución del Estado ejerciera su poder moderador, subrayando ante el presidente las implicaciones de toda índole que tendría desatender un dictamen requerido por él mismo en una materia tan trascendental. Si sus doctos asesores le instan a cerrar el modelo constitucional protegiendo las competencias exclusivas del Estado y reforzando las exigencias de solidaridad entre las comunidades, él no puede hacer como aperitivo lo contrario y luego pretender que le sirvan el plato principal.

Zapatero debe tener claro que consumar la exclusión del PP del acuerdo sobre el Estatuto catalán, empeñarse en su chapucero propósito de construir un tejado que sólo un 5% de catalanes demandaba hace seis meses sin tan siquiera diseñar antes -o al menos simultáneamente- los cimientos del renovado edificio, significa abortar toda expectativa de reforma constitucional y por lo tanto admitir el fracaso del principal objetivo de su discurso de investidura.También, bloquear la propia reforma del orden sucesorio, a menos que se quiera someter aisladamente a referéndum lo que enseguida se transformaría en un plebiscito sobre la Monarquía.

Sería tan grave todo ello que pronto empezaríamos muchos a preguntarnos si no estaríamos asistiendo al levantamiento del velo de una especie de agenda oculta presidencial para ir alterando de facto a través de las reformas estatutarias y la escalada de la tensión -negociación con ETA incluida- los mimbres esenciales del Estado del 78. Ya no tendríamos delante los estropicios de un frívolo aprendiz de brujo sino algo muchísimo más peligroso.

Comprendo la zozobra que yo mismo puedo suscitar con este diagnóstico, pero mi recomendación al PP es que antes de insistir en una vía tan incierta y arriesgada como la de la recolección de firmas para un referéndum del que nada bueno podría salir -de la confrontación entre partidos pasaríamos a la confrontación plebiscitaria entre los catalanes y los demás españoles-, toda su estrategia se base en cargarse de razón ante los ciudadanos, rehuir el toma y daca de las descalificaciones y la bronca en la que siempre llevará las de perder, reclamar en todo caso unas elecciones anticipadas y aguardar con serenidad la hora de las urnas, mientras Zapatero sigue enredándose en su propia telaraña. Antes o después su taco temerario rasgará el tapete verde y los españoles buscarán alrededor alguien que les remiende el siete.

pedroj.ramirez@el-mundo.es

Parábola sobre el General Mena


Gustavo Bueno
La Razón
Madrid 16 de enero de 2006, página 24

«Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.» Constitución Española de 1978, Artículo 8.1.

1. Mi parábola arranca de la vieja analogía entre una sociedad política (una Ciudad, un Reino, un Estado, una Nación política) y un barco. Sobre todo, un barco que se viera obligado a navegar continuamente en un Océano del que tuviese que extraer alimento y energía.

La analogía tradicional es tan profunda que el propio nombre, es decir, el mismo concepto de algunos de los órganos vitales del Estado, ha sido tomado del nombre, es decir, del concepto, de ciertas partes esenciales del barco: Gobierno procede de kybérnesis, eos = gobierno de la nave por medio del timón; el mismo término griego dará lugar a nuestra cibernética. Y la analogía, desde la época platónica, ha permanecido activa hasta nuestro presente, en el que millones de personas han llamado gran timonel al presidente Mao, y pequeño timonel a Deng Xiaoping, el renovador de ese gigantesco barco que llamamos China.

Reforzaré la analogía tradicional mediante la suposición de que nuestro barco es un «barco de Teseo», es decir, un barco al que hubiera que irle sustituyendo continuamente sus piezas deterioradas o envejecidas por otras nuevas. De este modo, cuando el recambio de piezas cumpliera íntegramente su ciclo, el barco resultante sería ya otro materialmente, pero conservando intactas su unidad y su identidad: sería el mismo barco, identificable en el conjunto de los barcos que navegan en el mismo Océano. Y el reforzamiento de la analogía platónica, cuando la aplicamos a un barco de Teseo, nos pone delante de la distinción fundamental entre el Pueblo y la Nación. También la Nación política, como el barco de Teseo, tiene que ir sustituyendo continuamente a los ciudadanos mortales que la componen, y cuando el recambio sea total, en cada siglo, la Nación política, aunque distinta de la Nación del siglo anterior (porque el Pueblo ya será distinto) mantendrá sin embargo su unidad y su identidad en relación con las otras Naciones de la Tierra.

2. En la nave –una ciudad flotante, que suponemos regida por una Constitución democrática– viajan algunos miles de personas, que trabajan en tareas cotidianas. También hay una relativamente importante fuerza de seguridad, cuya misión, por mandato constitucional, es «garantizar la soberanía e independencia del barco, defendiendo su integridad y el ordenamiento constitucional». (El barco puede ser atacado desde el exterior, y en su interior pueden formarse grupos levantiscos o elitistas, dispuestos a abandonar el barco si no logran del Capitán una distribución de la carga que favorezca sus intereses particulares, aunque ponga en peligro su estabilidad.)

El Gobierno de la nave –el Capitán, el Consejo Ejecutivo, la Asamblea de Representantes, el Consejo de Oficiales Letrados– dirige el barco, su rumbo, su economía, su justicia. El Gobierno no puede olvidar el carácter fáctico de sus tareas, pues facticias son las eventualidades con las que diariamente tendrá que enfrentarse en su navegación.

Ante estas eventualidades la Fuerza Armada deberá algunas veces intervenir, una vez que el Gobierno de la nave haya determinado, en nombre de la prudencia política, el momento y el lugar oportunos de la intervención.

3. Todo transcurre «normalmente», incluso cuando los eventuales ataques, externos o internos, que ponen en peligro el buen orden o eutaxia de la nave, hayan tenido que ser reprimidos victoriosamente por las Fuerzas Armadas, una vez que el Gobierno haya decretado su intervención.

Pero, ¿qué ocurre cuando sea el Gobierno mismo, a juicio de las Fuerzas Armadas (o de una representación significativa de ellas) quien pone en peligro la eutaxia del barco, imprimiéndole rumbos erráticos, redistribuyendo «asimétricamente» de modo imprudente las cargas internas de la nave?

Se dirá que esta hipótesis es absurda, porque si un Gobierno actúa de este modo, «poniendo en peligro de estrellar la nave contra los acantilados» (como observa Trasímaco en la República platónica), entonces no se le podrá llamar siquiera Gobierno. Sin embargo, esta hipótesis sólo es absurda en el terreno de los conceptos puros; pero en el terreno de los hechos nadie puede asegurar (salvo que considere al Gobierno, al modo hegeliano, como dotado de una inerrancia e infalibilidad casi divina) que un Gobierno, incluso una Asamblea, no puedan ser afectados en algún momento dado por un grave eclipse de sindéresis.

¿A quién corresponderá, en esta hipótesis, intervenir para evitar un deterioro irreversible, o incluso un naufragio?

Y es aquí donde nos sale al paso la cuestión central: la del nexo interno que media entre las Fuerzas Armadas (cuyo finis operis se define en función de la defensa de la integridad territorial y de la Constitución) y el mecanismo legal, el decreto del Gobierno, a través del cual debe poder comenzar el ejercicio de su finalidad esencial.

¿O acaso habrá que decir que el mecanismo legal para desencadenar el fin objetivo de las Fuerzas Armadas es tan esencial como este mismo fin objetivo?

Los formalistas legalistas estimarán que lo esencial en la democracia es el mecanismo legal, la «lealtad» y la «obediencia debida». Pero una estimación semejante equivale a desvincular el fin objetivo esencial, constitucionalmente otorgado a las Fuerzas Armadas, del mecanismo de su puesta en acción; desvinculación que no tiene efectos mayores cuando el Gobierno y la Asamblea gobiernan con prudencia, porque entonces, tanto si el Gobierno da la orden de intervención, como si no la da, la finalidad de estas Fuerzas queda plenamente a salvo. Pero lo que el formalista legalista demócrata fundamentalista hace es pedir el principio de la inerrancia del Gobierno. Con ello deja fuera de su campo visual las situaciones en las cuales el Gobierno ordena imprudentemente intervenir a las Fuerzas Armadas, o bien impide imprudentemente su intervención; con ello el formalista convierte a las Fuerzas Armadas en instrumento ciego del Gobierno, como si fueran mercenarias y no parte interna de la propia Democracia.

Y si un Gobierno decide, en nombre de un pánfilo pacifismo, no apelar jamás a las Fuerzas Armadas, pensando que en el Estado de derecho las leyes se cumplirán por virtud de su propio prestigio, será porque ignora del modo más imprudente que la fuerza de obligar de las Leyes procede en última instancia de las Armas. Y en este sentido dice Don Quijote: «Quítenseme delante los que dijeren que las Letras [es decir, las Leyes] hacen ventaja a las Armas, que les diré, y sean quien se fueren, que no saben lo que dicen.»

4. ¿Quién tiene la razón, en estos asuntos, el formalista o el materialista? El formalista, que parece creer que la historia política acaba con la Democracia, tendrá razón en el plano abstracto burocrático, desde su propio principio: Fiat legalitas, pereat mundus, y se rasgará las vestiduras cuando escuche un lejano ruido de sables, en el momento en el que cruje el barco. El materialista, que no cree en el fin de la historia, lleva la razón histórica y patriótica cuando se atiene a su principio: Fiat mundus, pereat legalitas.

En la Historia de España, ¿fueron formalistas o materialistas los amotinados en Aranjuez contra el Gobierno de Carlos IV?, ¿fueron formalistas o materialistas los Generales que en la Gloriosa se levantaron contra Isabel II y abrieron paso a la Primera República?, ¿fueron materialistas o formalistas quienes en 1934 se alzaron contra el Gobierno de la Segunda República, que había sido democráticamente elegido en las elecciones de 1933?

5. En cualquier caso, el General Mena ni siquiera hizo ruido con su sable. Simplemente advirtió, recogiendo un estado de ánimo muy extendido entre las Fuerzas Armadas, que éste ruido de sables podría producirse si el Gobierno no pusiera freno a los proyectos asimétricos del Estatuto catalán o de otros proyectos alentados por el Gobierno de Zapatero. El General Mena se jugó su carrera, como buen seguidor de Don Quijote; pero acaso con ello contribuyó al notorio repliegue del Gobierno sobre sus pasos iniciales. Repliegue escandaloso, aunque favorable a la eutaxia, por más que se intente disimular y maquillar para evitar la dimisión, de otro modo obligada por decoro, del Gobierno que puso en grave peligro la nave.

Delación lingüística en Barcelona : LOS CUERVOS HABLAN CATALÁN


Frédéric Hermel,
"Télérama", Paris
29/01/2006

"Mi pescadero se llama González y habla español en su tienda…" "Mi peluquera no es una buena catalana, me dice por favor, y no sisplau." En Barcelona, y en toda Cataluña, denunciar al vecino se ha convertido en una conducta cívica alentada por las autoridades.

En su propósito de "catalanización" de la sociedad, el gobierno regional hace funcionar a toda máquina la Oficina de Garantías Lingüísticas, organismo en el que debe señalarse a los comerciantes que se obstinen en hablar la lengua castellana -el español- y no el catalán. Las inspecciones han aumentado un 400 % en el 2005 y los buenos ciudadanos no se andan con chiquitas ya que las cinco oficinas de esta "policía lingüística" reciben todos los días decenas de denuncias por fax, correos vía e.mail…. Por supuesto, "la confidencialidad está garantizada".

Ciertamente, el catalán no tiene más que el rango de "lengua cooficial" y el español no ha sido desterrado de los carteles. Pero, en la realidad, el objetivo de promover el catalán obedece a la erradicación de la lengua nacional. En este terreno, los socialistas locales lo hacen mucho mejor que la derecha nacionalista de Jordi Pujol. ¡Sisplau!