CARMELO LEZANA
c.lezana@diario-elcorreo.com
Juan Velarde ve con gran pesimismo el futuro de España. El economista y consejero del Tribunal de Cuentas, que ayer participó en Logroño en el 'II Foro Internacional de Economía Regional', mantiene que, pese a su fuerte ritmo de crecimiento, el país está abocado a una grave crisis. Una situación que , según advierte, incluso podría provocar su salida de la zona euro.
- La economía española crece a fuerte ritmo y sus indicadores apuntan a que goza de una buena salud. Con todo, existen cada vez más voces que advierten de nubarrones en el futuro. ¿Comparte esa opinión?
- España presenta un crecimiento importante. También tiene la mayor convergencia económica de su historia con la UE y en la evolución personal de la renta estamos en el entorno de la media comunitaria. Como consecuencia de todo ello da la impresión de que la economía española marcha bien. El problema es el modelo en el que se está basando este crecimiento.
- ¿A qué se refiere?
- Es un modelo de incremento de la demanda interna como consecuencia de bajos tipos de interés y una política fiscal más bien expansiva. El problema es que hemos pasado a tener unos índices de precios que están en el doble de la media de la zona euro, y también tenemos una cifras precios industriales terriblemente altas. Todo eso provoca una fuerte pérdida de competitividad. Actualmete el déficit exterior representa el 7% del PIB, que es una cifra aterradora.
- En ese contexto, ¿qué cabe esperar?
- Para financiar la actual situación, recurrimos a préstamos a corto plazo que vienen de países vecinos; fundamentalmente, Alemania y también Francia. Tenemos un gran endeudamiento a corto plazo que se va acumulando. Y ese pago va a ser muy duro. Cuando ocurra va a provocar un hundimiento de la construcción, que es unos de los principales motores de la economía española. Que eso se pueda venir abajo hace que la crisis aparezca. Y será muy dura.
- Entonces, ¿cree que la economía española atraviesa un espejismo y está abocada a una grave crisis? ¿Es algo inevitable?
- Creo que sí. La crisis es inevitable porque todas estas circunstancias conducen inevitablemente a ella. Además, nadie está haciendo nada para evitarlo.
Riesgos
- El hecho de estar en la Unión Europea podría hacer más llevadera esa crisis que usted aventura.
- Hay países que van muy mal, como Italia o Portugal, y otros que van regular, como Grecia. Como consecuencia de nuestro gran endeudamiento, España también puede verse condenada. Estos cuatro países corren un riesgo grande de que les saquen de la zona euro.
- ¿Se refiere a abandonar el euro?
- Claro, lo que obligaría a que aparezca la 'neo-peseta'.
-Eso supondría toda una hecatombe para España
- Sin duda. Ya se aprecia la caída de los precios de los bonos públicos españoles respecto a bonos extranjeros. No hay quien aguante esta situación. Hará peligrar el equilibrio de la zona euro.
- A su juicio, ¿cómo se produciría la salida del euro?
- En este momento, la situación española es un elemento perturbardor máximo y los socios dirán a España que se salga. Es un riesgo real. España acumula una situación económica muy grave y da la impresión de que nadie quiere verla. Los políticos parecen que no quieren tomar medidas.
- El encarecimiento del petróleo es otros elemento peligroso. España parece uno de los países más vulnerables por esa situación
- El tema de la energía es muy serio para España. Nuestra economía tiene dos características. Por un lado, somos auténticos devoradores de energía. Además, España es el país de toda la UE que necesita importar más porcentaje de la energía primaria que requiere para funcionar. En 2005 pasamos del 80%.
- Recientemente, el Gobierno y los agentes sociales han firmado la reforma laboral. ¿Qué opinión le merece el pacto logrado?
- La reforma es minúscula. La flexibilidad del mundo laboral, que es el un gran problema, no se ha resuelto. De momento, esta reforma es un pequeño complemento positivo para que algunas personas pasen de la situación de contratado temporal a contratado permanente, pero en el conjunto del panorama no creo que aporte ninguna solución.
http://www.elcorreodigital.com/
Spain has more reason to quit the euro than Italy
By Wolfgang Munchau (Financial Times) Published: February 20 2006
There was a revealing incident at the World Economic Forum in Davos this year. Nouriel Roubini, the New York-based international economist, took part in a panel discussion during which he raised questions about Italy's future in the eurozone. A fellow panellist was Giulio Tremonti, the Italian finance minister. Professor Roubini wrote in his web log* that his presentation "caused a stir with Minister Tremonti who interrupted me in the middle of my remarks, went into a temper tantrum and shouted: 'Go back to Turkey!' I happen to have been born in Istanbul."
Perhaps one should not conclude too much from this incident, but it does show one thing: European officials are getting nervous about the future of the euro. A few years ago, no one would have raised an eyebrow.
Italy is often mentioned as the country most likely to leave the euro. I disagree. Leaving the euro would not solve any of Italy's problems. Since Italy's debt is mostly euro-denominated, Italy would be facing an Argentinian-style debt crisis. A wise Italian politician told me recently that Italy was more likely to disintegrate as a nation state than to leave the euro.
If any country ever decided to quit, unlikely as this may be, that country would be Spain, not Italy. Over the past seven years, Spain has lost even more competitiveness against the eurozone than Italy. At the same time, Spain is also in a better position to quit. With a debt-to-gross-domestic- product ratio of just over 40 per cent, Spain would have no problem servicing its debts.
Unlike Italy, Spain enjoys the reputation of a European success story. But its economic success rests on shaky ground. It was driven by a housing bubble, during which average property prices have increased almost threefold since 1997. The US and UK housing markets have been well behaved by comparison.
The Spanish housing bubble was caused by a combination of financial deregulation, rising domestic incomes and strong demand from foreign investors. Deregulation has a one-off effect. The contribution of the other two will fade over time. Spain is no doubt an attractive country to live in. But northern Europeans will not continue to invest in a skyrocketing Spanish property market for ever. There is a lot of cheap real estate around the Mediterranean, for example, in Croatia and Turkey.
The house-price bubble has kept the Spanish economy ticking over - and overshadowed Spain's underlying problem of falling competitiveness. Successive Spanish governments have failed to put in place the one condition essential for a country to prosper in the eurozone in the long run - a sufficient degree of wage and price flexibility. Since the beginning of monetary union in 1999, Spain gradually lost competitiveness against the rest of the eurozone, as its inflation rate exceeded the eurozone's by an average of more than 1 percentage point each year. Last year, the gap widened to 1.5 percentage points. If this were to go on for another seven years, there would hardly be a Spanish export industry left.
The country's current account deficit for the first 11 months of 2005 reached 7.3 per cent of GDP. In its latest autumn forecast, the European Commission put the current account deficit at 8.3 per cent this year, and 9.1 per cent in 2007. These are unsustainable levels.
There are some parallels - and one fundamental difference - between Spain and the US. Both countries have a housing bubble - and plenty of economists in denial over it. In both countries, consumers are spending as if there is no tomorrow. And both have lost global competitiveness.
The difference is that Spain is a member of a monetary union. The only way for Spain to regain lost competitiveness is through a long period of wage moderation. The eventual adjustment in the US economy will almost certainly be eased through a weaker dollar.
In Spain, the ratio of average house prices to average incomes is much higher than in other countries with property bubbles. Daniel Gros, director of the Centre for European Policy Studies in Brussels, noted that construction makes up an incredible 17 per cent of Spain's GDP -which is higher than in Germany right after unification**. He predicts that north and south European economies will eventually trade places. German economic growth will gradually improve, while Spain is about to experience a German-style economic stagnation, or worse.
While Spain is more likely to leave the eurozone than Italy, the odds of either country quitting are still small. If faced with a straight choice of a long economic depression and an even longer period of political isolation within the EU, both countries would opt for the former. The real danger for the eurozone is not a break-up, but continued failure. As the boom-bust cycle turns ugly, we should expect to see more irascible finance ministers in southern Europe.
* www.rgemonitor.com/blog/roubini
c.lezana@diario-elcorreo.com
Juan Velarde ve con gran pesimismo el futuro de España. El economista y consejero del Tribunal de Cuentas, que ayer participó en Logroño en el 'II Foro Internacional de Economía Regional', mantiene que, pese a su fuerte ritmo de crecimiento, el país está abocado a una grave crisis. Una situación que , según advierte, incluso podría provocar su salida de la zona euro.
- La economía española crece a fuerte ritmo y sus indicadores apuntan a que goza de una buena salud. Con todo, existen cada vez más voces que advierten de nubarrones en el futuro. ¿Comparte esa opinión?
- España presenta un crecimiento importante. También tiene la mayor convergencia económica de su historia con la UE y en la evolución personal de la renta estamos en el entorno de la media comunitaria. Como consecuencia de todo ello da la impresión de que la economía española marcha bien. El problema es el modelo en el que se está basando este crecimiento.
- ¿A qué se refiere?
- Es un modelo de incremento de la demanda interna como consecuencia de bajos tipos de interés y una política fiscal más bien expansiva. El problema es que hemos pasado a tener unos índices de precios que están en el doble de la media de la zona euro, y también tenemos una cifras precios industriales terriblemente altas. Todo eso provoca una fuerte pérdida de competitividad. Actualmete el déficit exterior representa el 7% del PIB, que es una cifra aterradora.
- En ese contexto, ¿qué cabe esperar?
- Para financiar la actual situación, recurrimos a préstamos a corto plazo que vienen de países vecinos; fundamentalmente, Alemania y también Francia. Tenemos un gran endeudamiento a corto plazo que se va acumulando. Y ese pago va a ser muy duro. Cuando ocurra va a provocar un hundimiento de la construcción, que es unos de los principales motores de la economía española. Que eso se pueda venir abajo hace que la crisis aparezca. Y será muy dura.
- Entonces, ¿cree que la economía española atraviesa un espejismo y está abocada a una grave crisis? ¿Es algo inevitable?
- Creo que sí. La crisis es inevitable porque todas estas circunstancias conducen inevitablemente a ella. Además, nadie está haciendo nada para evitarlo.
Riesgos
- El hecho de estar en la Unión Europea podría hacer más llevadera esa crisis que usted aventura.
- Hay países que van muy mal, como Italia o Portugal, y otros que van regular, como Grecia. Como consecuencia de nuestro gran endeudamiento, España también puede verse condenada. Estos cuatro países corren un riesgo grande de que les saquen de la zona euro.
- ¿Se refiere a abandonar el euro?
- Claro, lo que obligaría a que aparezca la 'neo-peseta'.
-Eso supondría toda una hecatombe para España
- Sin duda. Ya se aprecia la caída de los precios de los bonos públicos españoles respecto a bonos extranjeros. No hay quien aguante esta situación. Hará peligrar el equilibrio de la zona euro.
- A su juicio, ¿cómo se produciría la salida del euro?
- En este momento, la situación española es un elemento perturbardor máximo y los socios dirán a España que se salga. Es un riesgo real. España acumula una situación económica muy grave y da la impresión de que nadie quiere verla. Los políticos parecen que no quieren tomar medidas.
- El encarecimiento del petróleo es otros elemento peligroso. España parece uno de los países más vulnerables por esa situación
- El tema de la energía es muy serio para España. Nuestra economía tiene dos características. Por un lado, somos auténticos devoradores de energía. Además, España es el país de toda la UE que necesita importar más porcentaje de la energía primaria que requiere para funcionar. En 2005 pasamos del 80%.
- Recientemente, el Gobierno y los agentes sociales han firmado la reforma laboral. ¿Qué opinión le merece el pacto logrado?
- La reforma es minúscula. La flexibilidad del mundo laboral, que es el un gran problema, no se ha resuelto. De momento, esta reforma es un pequeño complemento positivo para que algunas personas pasen de la situación de contratado temporal a contratado permanente, pero en el conjunto del panorama no creo que aporte ninguna solución.
http://www.elcorreodigital.com/
Spain has more reason to quit the euro than Italy
By Wolfgang Munchau (Financial Times) Published: February 20 2006
There was a revealing incident at the World Economic Forum in Davos this year. Nouriel Roubini, the New York-based international economist, took part in a panel discussion during which he raised questions about Italy's future in the eurozone. A fellow panellist was Giulio Tremonti, the Italian finance minister. Professor Roubini wrote in his web log* that his presentation "caused a stir with Minister Tremonti who interrupted me in the middle of my remarks, went into a temper tantrum and shouted: 'Go back to Turkey!' I happen to have been born in Istanbul."
Perhaps one should not conclude too much from this incident, but it does show one thing: European officials are getting nervous about the future of the euro. A few years ago, no one would have raised an eyebrow.
Italy is often mentioned as the country most likely to leave the euro. I disagree. Leaving the euro would not solve any of Italy's problems. Since Italy's debt is mostly euro-denominated, Italy would be facing an Argentinian-style debt crisis. A wise Italian politician told me recently that Italy was more likely to disintegrate as a nation state than to leave the euro.
If any country ever decided to quit, unlikely as this may be, that country would be Spain, not Italy. Over the past seven years, Spain has lost even more competitiveness against the eurozone than Italy. At the same time, Spain is also in a better position to quit. With a debt-to-gross-domestic- product ratio of just over 40 per cent, Spain would have no problem servicing its debts.
Unlike Italy, Spain enjoys the reputation of a European success story. But its economic success rests on shaky ground. It was driven by a housing bubble, during which average property prices have increased almost threefold since 1997. The US and UK housing markets have been well behaved by comparison.
The Spanish housing bubble was caused by a combination of financial deregulation, rising domestic incomes and strong demand from foreign investors. Deregulation has a one-off effect. The contribution of the other two will fade over time. Spain is no doubt an attractive country to live in. But northern Europeans will not continue to invest in a skyrocketing Spanish property market for ever. There is a lot of cheap real estate around the Mediterranean, for example, in Croatia and Turkey.
The house-price bubble has kept the Spanish economy ticking over - and overshadowed Spain's underlying problem of falling competitiveness. Successive Spanish governments have failed to put in place the one condition essential for a country to prosper in the eurozone in the long run - a sufficient degree of wage and price flexibility. Since the beginning of monetary union in 1999, Spain gradually lost competitiveness against the rest of the eurozone, as its inflation rate exceeded the eurozone's by an average of more than 1 percentage point each year. Last year, the gap widened to 1.5 percentage points. If this were to go on for another seven years, there would hardly be a Spanish export industry left.
The country's current account deficit for the first 11 months of 2005 reached 7.3 per cent of GDP. In its latest autumn forecast, the European Commission put the current account deficit at 8.3 per cent this year, and 9.1 per cent in 2007. These are unsustainable levels.
There are some parallels - and one fundamental difference - between Spain and the US. Both countries have a housing bubble - and plenty of economists in denial over it. In both countries, consumers are spending as if there is no tomorrow. And both have lost global competitiveness.
The difference is that Spain is a member of a monetary union. The only way for Spain to regain lost competitiveness is through a long period of wage moderation. The eventual adjustment in the US economy will almost certainly be eased through a weaker dollar.
In Spain, the ratio of average house prices to average incomes is much higher than in other countries with property bubbles. Daniel Gros, director of the Centre for European Policy Studies in Brussels, noted that construction makes up an incredible 17 per cent of Spain's GDP -which is higher than in Germany right after unification**. He predicts that north and south European economies will eventually trade places. German economic growth will gradually improve, while Spain is about to experience a German-style economic stagnation, or worse.
While Spain is more likely to leave the eurozone than Italy, the odds of either country quitting are still small. If faced with a straight choice of a long economic depression and an even longer period of political isolation within the EU, both countries would opt for the former. The real danger for the eurozone is not a break-up, but continued failure. As the boom-bust cycle turns ugly, we should expect to see more irascible finance ministers in southern Europe.
* www.rgemonitor.com/blog/roubini
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