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Jesús Polanco reta a Esperanza Aguirre y no cierra su central de TV local en Madrid. En PRISA ya preparan investigaciones periodísticas sobre Enrique Cerezo y Telemadrid para amedrentar a la presidenta de la Comunidad, con el beneplácito de Ruiz-Gallardón. Sin emitir en la capital, es imposible crear una red de televisiones locales. Continúa el montaje sobre el inexistente acoso sexual de Manuel Soriano por parte de la SER y la Federación de Mujeres Progresistas
El editor más poderoso de España, Jesús Polanco, apoyado por su segundo, el periodista Juan Luis Cebrián, inventó la extorsión legal a través de los medios periodísticos: consistía en exigir prebendas a cambio, no de un trato favorable, sino de la mitigación del habitual trato desfavorable, especialmente del olvido de escándalos, ciertos o forzados, que puedan provocar una dimisión.
El caso es que la Comunidad Autónoma de Madrid, que preside Esperanza Aguirre, concedió las emisora de TV local (11 demarcaciones en toda la Comunidad) y no concedió ninguna a Localia, la red de TV locales de Polanco, que ya roza los 100 postes emisores en todo el país. Pero un centenar de canales no son nada, no permiten hacer una red, si la central no está radicada en Madrid. España está menos descentralizada de lo que parece y es Madrid donde están las grandes agencias, los grandes anunciantes, el poder político, el económico y el cultural, también el informativo. Sobre todo, está la Administración central, y los ejecutivos que viven en Barcelona saben que dedicaran buena parte de su tiempo al puente aéreo.
Y Polanco perdona, pero no olvida. Tras la concesión (8 de agosto de 2005) todos aquellos emisores alegales o piratas, tenían seis meses para dejar de emitir en Madrid. Polanco no lo ha hecho, y, al revés que algunos canales piratas dedicados a la pornografía o a la superchería (echadores de cartas, etc.) que han sido cerradas por orden del gobierno, con Polanco doña Esperanza Aguirre no se atreve. Mandarle los inspectores, con policías de escolta, a precintar las instalaciones, es algo muy duro. Nadie le hace eso a Polanco y sale indemne.
Así que siguiendo la táctica de extorsión periodística legal propia del primer grupo editorial de España, Polanco ya ha hecho saber a quien corresponde que tiene preparado un fuete contingente de “periodismo de investigación”. Sus objetivos serán la propia Aguirre, su vicepresidente, Ignacio González, Enrique Cerezo, concesionario de todas las demarcaciones, el más favorecido en el concurso de la Comunidad, además de presidente del Atlético de Madrid y Manuel Soriano, director del canal público de Telemadrid. Soriano no sólo ha provocado la ira de Polanco con la emisión de dos reportajes, el último el pasado día 11, sobre los atentados del 11-M, sino, en concreto, sobre el papel de la cadena SER en la manipulación pre-electoral que llevó a 192 españoles a la tumba y al PSOE a la Moncloa.
A Enrique Cerezo se le ataca porque en PRISA sospechan que el asombroso éxito de este recopilador de películas –obtuvo más concesiones que Vocento o que Popular TV- tiene gato encerrado, incluso un gato financiador del PP. Cerezo es íntimo del vicepresidente Ignacio González, no tienen ninguna experiencia de gestión televisiva y mantiene un cuasi monopolio sobre los derechos del emisión del cine español por cierto muy discutidos en los tribunales, aunque por ahora ha salido vencedor- Cerezo, demás, es el firmante de la polémica operación urbanística del estadio Vicente Calderón.
Él mismo, desde las páginas de La Gaceta (14 de marzo) animaba a Aguirre a atreverse con Localia. De entrada no-negaba –una forma de afirmar- que en su momento Aguirre le animó a formar una alianza con Polanco, para evitar el bombardeo del batallón de combate de PRISA, pero Polanco no admite acuerdos: sólo la rendición incondicional. Por eso, Cerezo advierte que “corren rumores de que hubo contrato con Localia, pero no hay nada”, al tiempo que se queja de la inacción administrativa, del miedo al poderoso editor, cuando habla, en plural, del peligro de que los piratas, es decir, Localia, continúen emitiendo : “Puede haber interferencias y, por ello, problemas técnicos graves. No obstante, el mayor problema es el comercial, porque se crea una confusión en el mercado al coexistir operadores con licencia y sin ella”. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Al tiempo, Polanco quiere convertir a Telemadrid, y a su director general, Manuel Soriano, en el blanco de todas sus iras. En colaboración con la Federación de Mujeres Progresistas, la SER creó un montaje sobre un presunto acoso sexual de Soriano a una secretaria. Daniel Anido, director de la Cadena SER fue el que se encargó de anunciárselo al propio interesado, dado que se enteró antes que él: “Tu vas a ser el nuevo caso Nevenka”, le amenazo, utilizando el famoso caso de acoso sexual de un alcalde del Partido Popular a una de sus concejalas. Polanco no perdona que Telemadrid haya denunciado el papel que Daniel Anido en particular (entonces jefe de informativos) y la SER en general jugaron entre el 11 y el 14 de marzo de 2004. Ni que decir tiene que Soriano es hombre de confianza de Esperanza Aguirre, y que si fuera condenado en un juicio de esas características, resultaría un golpe de gracia para su jefe directo y nombrado : Esperanza Aguirre.
A fin de cuentas, hablamos de concesiones regionales, aunque las de Madrid sean las más influyentes de todas. Pero lo que están en juego es si alguien se atreve a negarle una licencia a Jesús Polanco, al que muchos consideran el hombre más poderoso de España, aunque ya posea una televisión en abierto de alcance nacional (Cuatro) el monopolio de la TV de pago vía satélite en Digital Plus, del que ya controla el 65%. Ya se lo dijeron a Alicia, la del País de la Maravillas: “lo importante es saber quién manda”.
Jesús Polanco reta a Esperanza Aguirre y no cierra su central de TV local en Madrid. En PRISA ya preparan investigaciones periodísticas sobre Enrique Cerezo y Telemadrid para amedrentar a la presidenta de la Comunidad, con el beneplácito de Ruiz-Gallardón. Sin emitir en la capital, es imposible crear una red de televisiones locales. Continúa el montaje sobre el inexistente acoso sexual de Manuel Soriano por parte de la SER y la Federación de Mujeres Progresistas
El editor más poderoso de España, Jesús Polanco, apoyado por su segundo, el periodista Juan Luis Cebrián, inventó la extorsión legal a través de los medios periodísticos: consistía en exigir prebendas a cambio, no de un trato favorable, sino de la mitigación del habitual trato desfavorable, especialmente del olvido de escándalos, ciertos o forzados, que puedan provocar una dimisión.
El caso es que la Comunidad Autónoma de Madrid, que preside Esperanza Aguirre, concedió las emisora de TV local (11 demarcaciones en toda la Comunidad) y no concedió ninguna a Localia, la red de TV locales de Polanco, que ya roza los 100 postes emisores en todo el país. Pero un centenar de canales no son nada, no permiten hacer una red, si la central no está radicada en Madrid. España está menos descentralizada de lo que parece y es Madrid donde están las grandes agencias, los grandes anunciantes, el poder político, el económico y el cultural, también el informativo. Sobre todo, está la Administración central, y los ejecutivos que viven en Barcelona saben que dedicaran buena parte de su tiempo al puente aéreo.
Y Polanco perdona, pero no olvida. Tras la concesión (8 de agosto de 2005) todos aquellos emisores alegales o piratas, tenían seis meses para dejar de emitir en Madrid. Polanco no lo ha hecho, y, al revés que algunos canales piratas dedicados a la pornografía o a la superchería (echadores de cartas, etc.) que han sido cerradas por orden del gobierno, con Polanco doña Esperanza Aguirre no se atreve. Mandarle los inspectores, con policías de escolta, a precintar las instalaciones, es algo muy duro. Nadie le hace eso a Polanco y sale indemne.
Así que siguiendo la táctica de extorsión periodística legal propia del primer grupo editorial de España, Polanco ya ha hecho saber a quien corresponde que tiene preparado un fuete contingente de “periodismo de investigación”. Sus objetivos serán la propia Aguirre, su vicepresidente, Ignacio González, Enrique Cerezo, concesionario de todas las demarcaciones, el más favorecido en el concurso de la Comunidad, además de presidente del Atlético de Madrid y Manuel Soriano, director del canal público de Telemadrid. Soriano no sólo ha provocado la ira de Polanco con la emisión de dos reportajes, el último el pasado día 11, sobre los atentados del 11-M, sino, en concreto, sobre el papel de la cadena SER en la manipulación pre-electoral que llevó a 192 españoles a la tumba y al PSOE a la Moncloa.
A Enrique Cerezo se le ataca porque en PRISA sospechan que el asombroso éxito de este recopilador de películas –obtuvo más concesiones que Vocento o que Popular TV- tiene gato encerrado, incluso un gato financiador del PP. Cerezo es íntimo del vicepresidente Ignacio González, no tienen ninguna experiencia de gestión televisiva y mantiene un cuasi monopolio sobre los derechos del emisión del cine español por cierto muy discutidos en los tribunales, aunque por ahora ha salido vencedor- Cerezo, demás, es el firmante de la polémica operación urbanística del estadio Vicente Calderón.
Él mismo, desde las páginas de La Gaceta (14 de marzo) animaba a Aguirre a atreverse con Localia. De entrada no-negaba –una forma de afirmar- que en su momento Aguirre le animó a formar una alianza con Polanco, para evitar el bombardeo del batallón de combate de PRISA, pero Polanco no admite acuerdos: sólo la rendición incondicional. Por eso, Cerezo advierte que “corren rumores de que hubo contrato con Localia, pero no hay nada”, al tiempo que se queja de la inacción administrativa, del miedo al poderoso editor, cuando habla, en plural, del peligro de que los piratas, es decir, Localia, continúen emitiendo : “Puede haber interferencias y, por ello, problemas técnicos graves. No obstante, el mayor problema es el comercial, porque se crea una confusión en el mercado al coexistir operadores con licencia y sin ella”. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Al tiempo, Polanco quiere convertir a Telemadrid, y a su director general, Manuel Soriano, en el blanco de todas sus iras. En colaboración con la Federación de Mujeres Progresistas, la SER creó un montaje sobre un presunto acoso sexual de Soriano a una secretaria. Daniel Anido, director de la Cadena SER fue el que se encargó de anunciárselo al propio interesado, dado que se enteró antes que él: “Tu vas a ser el nuevo caso Nevenka”, le amenazo, utilizando el famoso caso de acoso sexual de un alcalde del Partido Popular a una de sus concejalas. Polanco no perdona que Telemadrid haya denunciado el papel que Daniel Anido en particular (entonces jefe de informativos) y la SER en general jugaron entre el 11 y el 14 de marzo de 2004. Ni que decir tiene que Soriano es hombre de confianza de Esperanza Aguirre, y que si fuera condenado en un juicio de esas características, resultaría un golpe de gracia para su jefe directo y nombrado : Esperanza Aguirre.
A fin de cuentas, hablamos de concesiones regionales, aunque las de Madrid sean las más influyentes de todas. Pero lo que están en juego es si alguien se atreve a negarle una licencia a Jesús Polanco, al que muchos consideran el hombre más poderoso de España, aunque ya posea una televisión en abierto de alcance nacional (Cuatro) el monopolio de la TV de pago vía satélite en Digital Plus, del que ya controla el 65%. Ya se lo dijeron a Alicia, la del País de la Maravillas: “lo importante es saber quién manda”.
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