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Pleno disolvente en el Senado, y por partida doble: por primera vez en su historia, la Cámara Alta dio luz verde a la disolución de un ayuntamiento, el de Marbella; y por enésima vez en esta legislatura, Zetapé volvió a disolver cualquier atisbo de rigor intelectual en su caldero de melaza retórica.
Como todo el mundo sabe, el secreto está en la masa, y por eso Zapatero sabe administrar con maestría su consistencia, a tono con la ocasión.
¿Que se pregunta sobre los españoles residentes en Venezuela pisoteados por el régimen bolivariano mientras Zetapé mira hacia la alianza de civilizaciones? Entonces, masa fina: eso de que te arrebaten tus propiedades, te secuestren o intenten quemarte vivo son situaciones preocupantes, pero que no pasan de ser meras "vicisitudes" (Zapatero dixit), pequeñas anécdotas que no deben enturbiar esa idílica luna de miel que nuestro Rodríguez vive con su Chávez.
¿Y qué hay de la conmemoración de la II República, señor presidente? Pues me alegro de que me haga esa pregunta, porque aquí toca masa gruesa, espesísima y con extra de queso. Y Zapatero, el nietísimo, vuelve a contarnos esa peli de buenos y malos, indios y vaqueros, que tanto le mola: "La España de hoy mira a la España de la II República con reconocimiento" (¿de qué?, ¿de quiénes?) y aquélla, queridos niños, fue una etapa de "sueños y lágrimas" (¿como la familia Trap?).
Además, por si alguien no se había enterado, la actual república de Zetapelandia no es otra cosa que el apéndice histórico de la vieja República de los treinta reinventada ideológicamente, o sea, algo así como Matrix fundado sobre la tradición histórica de la Ínsula Barataria. Verbigracia: si Rodríguez, que es el autoproclamado "justiciero de las mujeres", nos va a regalar a todos y todas una ley de igualdad, es porque el voto femenino se introdujo en tiempos de la República. Eso es lo realmente super-progre-guay y lo de menos, como siempre ocurre con Zetapé, es la verdad. ¿Y cuál es la verdad histórica? Pues que si en España existe voto femenino no es "gracias", sino "pese" al Partido Socialista, que siempre fue reticente al mismo (consideraba que las mujeres podían ser influidas desde los confesionarios por los curas) y que sólo al final aceptó, a regañadientes, que fuera reconocido por la Constitución de 1931.
Pero da igual: la veda del revisionismo se ha abierto y ahora vale cualquier delirio con tal que sea políticamente correcto. Así que, ¿saben cuál ha sido el último hallazgo en el yacimiento de Atapuerca? Un cartel electoral de "Zapatero, presidente". Para que luego digan algunos que España no es socialista...
Pleno disolvente en el Senado, y por partida doble: por primera vez en su historia, la Cámara Alta dio luz verde a la disolución de un ayuntamiento, el de Marbella; y por enésima vez en esta legislatura, Zetapé volvió a disolver cualquier atisbo de rigor intelectual en su caldero de melaza retórica.
Como todo el mundo sabe, el secreto está en la masa, y por eso Zapatero sabe administrar con maestría su consistencia, a tono con la ocasión.
¿Que se pregunta sobre los españoles residentes en Venezuela pisoteados por el régimen bolivariano mientras Zetapé mira hacia la alianza de civilizaciones? Entonces, masa fina: eso de que te arrebaten tus propiedades, te secuestren o intenten quemarte vivo son situaciones preocupantes, pero que no pasan de ser meras "vicisitudes" (Zapatero dixit), pequeñas anécdotas que no deben enturbiar esa idílica luna de miel que nuestro Rodríguez vive con su Chávez.
¿Y qué hay de la conmemoración de la II República, señor presidente? Pues me alegro de que me haga esa pregunta, porque aquí toca masa gruesa, espesísima y con extra de queso. Y Zapatero, el nietísimo, vuelve a contarnos esa peli de buenos y malos, indios y vaqueros, que tanto le mola: "La España de hoy mira a la España de la II República con reconocimiento" (¿de qué?, ¿de quiénes?) y aquélla, queridos niños, fue una etapa de "sueños y lágrimas" (¿como la familia Trap?).
Además, por si alguien no se había enterado, la actual república de Zetapelandia no es otra cosa que el apéndice histórico de la vieja República de los treinta reinventada ideológicamente, o sea, algo así como Matrix fundado sobre la tradición histórica de la Ínsula Barataria. Verbigracia: si Rodríguez, que es el autoproclamado "justiciero de las mujeres", nos va a regalar a todos y todas una ley de igualdad, es porque el voto femenino se introdujo en tiempos de la República. Eso es lo realmente super-progre-guay y lo de menos, como siempre ocurre con Zetapé, es la verdad. ¿Y cuál es la verdad histórica? Pues que si en España existe voto femenino no es "gracias", sino "pese" al Partido Socialista, que siempre fue reticente al mismo (consideraba que las mujeres podían ser influidas desde los confesionarios por los curas) y que sólo al final aceptó, a regañadientes, que fuera reconocido por la Constitución de 1931.
Pero da igual: la veda del revisionismo se ha abierto y ahora vale cualquier delirio con tal que sea políticamente correcto. Así que, ¿saben cuál ha sido el último hallazgo en el yacimiento de Atapuerca? Un cartel electoral de "Zapatero, presidente". Para que luego digan algunos que España no es socialista...
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