martes, octubre 03, 2006

Rajoy apuntala su distanciamiento del entorno de la COPE con cambios en su equipo de comunicación


El líder del PP, Mariano Rajoy, sigue haciendo camino en su estrategia de distanciamiento del entorno mediático de la Cadena COPE. Lo ha hecho con cambios en el equipo de Comunicación del Partido Popular que claramente se sitúan en la línea de afianzar su posición como alternativa de Gobierno e identificar aún más al PP con su manera de ver y hacer las cosas. La misma manera que le llevó a apostar por el nuevo equipo de Nuevas Generaciones, muy marcado por el compromiso social.

Para ello, Rajoy ha aprovechado que antes del verano su hasta ahora mano derecha en asuntos relacionados con la prensa, Belén Bajo, le pidiera el relevo, para dar un paso más en su estrategia. Bajo, que llevaba muchos años siguiendo la estela de Rajoy, quería un ‘cambio de aires’, que no es otro que una dedicación plena a la actividad política, no como Directora de Comunicación, sino como diputada, por lo que es más que probable que engrose la lista del PP en las próximas autonómicas en Madrid.

A partir de este martes se incorpora en su puesto la periodista Carmen Martínez Castro, hasta ahora columnista de ABC y directora del informativo del mediodía en Onda Cero. Profesional de reconocido prestigio, Martínez Castro ha sido durante años la mano derecha de Carlos Herrera en su programa matinal. Precisamente su elección es lo que mucha gente en el PP entiende como una acentuación del distanciamiento de Rajoy con la COPE y con la estrategia de esta cadena, liderada por Federico Jiménez Lozanitos, de volcar toda la oposición a Zapatero en el 11-M.

“Mariano necesitaba mejorar su imagen, porque aunque las encuestas dan bien al PP, su popularidad sigue baja respecto a la de Zapatero”, dicen fuentes próximas a Rajoy, y eso, según los sociólogos que aconsejan al PP, se debe a una imagen excesivamente dependiente, hasta ahora, de terceras personas y del entorno mediático de Génova, en especial la COPE. De ahí que uno de las aristas que ha querido limar Rajoy sea la de su cuestionamiento.

De hecho, la ‘ruptura de amarras’, como ya se llama a la estrategia de Rajoy, no lo es tanto con El Mundo, como prueba el fichaje, hace pocas semanas, de la periodista Cayetana Álvarez de Toledo como jefa de Gabinete de Ángel Acebes, sino con una determinada manera de hacer oposición que Rajoy no comparte, y de la que quiere alejarse lo más posible.

Rajoy tiene el apoyo de Rato

Desde que volvió de su descanso estival, Rajoy ha puesto un empeño muy especial, más que en romper amarras, en demostrar que es él quien toma las decisiones y que no sigue las directrices de nadie, y menos por imposición, y ha fortalecido los vínculos –políticos- que le unen al entorno más moderado de su partido, como Josep Piqué, Alberto Ruiz-Gallardón o Javier Arenas.

Es más, el propio gerente del FMI, Rodrígo Rato, ha coincidido en aplaudir el cambio de estrategia de Rajoy, con quien habla habitualmente. Un cambio de estrategia que pasa por poner el acento en aquellas cuestiones en las que el PP puede ofrecer alternativas a lo que en Génova llaman “absoluta incompetencia” del Gobierno. “Más que el 11-M, lo que hace daño a Zapatero son crisis como la inmigración, la seguridad ciudadana o la subida de las hipotecas”, señalan estas fuentes.

Para demostrar que nadie influirá en el diseño de su estrategia, el propio Rajoy ha querido marcar cuál va a ser la actuación del PP en materias tan sensibles como el 11-M: no formará parte de la campaña electoral, pero sí de la labor de control al Gobierno cuando haya asuntos sobre los que el Ejecutivo deba dar explicaciones. De lo que quiere alejarse Rajoy, a toda costa, es de la guerra mediática en que se ha convertido el asunto del 11-M, y en esa tarea el fichaje de Martínez Castro va a ser fundamental.

“Mariano –dicen fuentes de su entorno- no puede estar en el medio de la guerra entre la COPE y el ABC, o entre El Mundo y El País, porque no saldría nada bueno de eso. Tiene que intentar llevarse bien con todos, les guste o no les guste, e intentar llegar a todas las capas sociales y al máximo de gente posible”. Y esa es, no otra, la renovación que propone Rajoy y en la que va a seguir trabajando en los próximos meses.

Eso significa que no va a haber cambios, de ninguna clase, en la actual Dirección, y que, sin embargo, los principales líderes del partido deben, también, sumarse a esta estrategia. En su afán por que no haya nadie que le marque la agenda, Rajoy ha querido dar un apoyo específico al portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, en su particular batalla por sacar a la luz “la verdad del 11-M”, pero circunscribiendo este asunto sólo al ámbito parlamentario.

De hecho, incluso Ángel Acebes evita pronunciamientos claros sobre esta materia. Ayer mismo, y preguntado en dos ocasiones seguidas en la rueda de prensa tras el Comité de Dirección por el asunto de los peritos y el juez Garzón, Acebes generalizó su respuesta señalando que su partido pediría explicaciones al Gobierno sobre todo aquello que considere que el Ejecutivo debe explicar a los ciudadanos, y luego recordó el pasado de Rubalcaba como portavoz del Gobierno de González en tiempos de los GAL. Pero el 11-M, ni mencionarlo.


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