A continuación reproducimos la intervención íntegra del portavoz parlamentario del PP en su interpelación al ministro del Interior sobre el 11-M.
Señor presidente, señorías,
Las incesantes revelaciones sobre los atentados que golpearon nuestra democracia el 11 de marzo de 2004 confirman que siguen existiendo muchas más sombras que luces alrededor del más sangriento atentado de la historia de España y Europa.
El propio auto de conclusión del juez instructor ha reconocido explícitamente la debilidad sobre la que se asienta el sumario y la poca eficacia de la investigación.
Les cito textualmente: “la investigación no ha conseguido dar respuesta a cuestiones tales como el número exacto de personas que intervinieron en el traslado y colocación" de las bombas, ni "los medios de trasporte utilizados".
Tampoco se establece quiénes son los autores intelectuales de los atentados, ni siquiera quiénes montaron las bombas; ni quiénes las dejaron en los trenes; por no saber, no se sabe ni el tipo específico de explosivo que estalló en los vagones.
Lagunas y Contradicciones que, además de debilitar el carácter probatorio del Sumario, suponen flagrantes disparidades entre el Sumario judicial y las actas de la Comisión de Investigación que, sobre este asunto, se celebró en esta Cámara y a la que con tanta prisa y con tan pocos resultados se acabó dando carpetazo.
Por eso, señorías, mi Grupo plantea esta tarde esta interpelación urgente al Gobierno:
Porque, a pesar del inexplicable e inexplicado conformismo del Gobierno, sigue vigente el mandato que los españoles nos dieron a todas las opciones políticas el 14 de marzo y que se resume en una frase: queremos saber la verdad y queremos ver a todos los culpables en la cárcel.
Además, la presentamos porque no debemos consentir que en esta Cámara se mienta o se falsee la verdad sin dar una justificación por extenso y aquí mismo.
Ustedes saben, señorías, porque es conocido y reconocido, que destacados responsables de su Ministerio – no un funcionario cualquiera, el jefe de la UCO (unidad central de operaciones) o el jefe de los TEDAX – han omitido, falseado y tergiversado la verdad en esta Cámara con motivo de la Comisión de Investigación.
Y presentamos esta interpelación porque el Gobierno, y en concreto, usted, señor ministro, el Ministro del Interior, tiene una responsabilidad directa en la debilidad de la instrucción del sumario.
No es la Justicia la que exclusivamente investiga y colecciona las pruebas. Son el Gobierno y el Ministerio del Interior quienes tienen que proporcionar a los jueces todas las pruebas necesarias para inculpar a los auténticos culpables de la masacre y hacer que paguen por sus crímenes.
Será a su Gobierno, señor ministro, exclusivamente a su Gobierno, a quién pedirán cuentas los ciudadanos si los imputados por el 11-M quedan en libertad o sólo puedan ser condenados a penas leves. No vaya a ser que la Justicia, después de 30 meses de investigación, no cuente con argumentos suficientes para encarcelar a todos los responsables. Y en eso, es evidente, que el Ministro del Interior tiene la máxima responsabilidad.
Señorías, voy a citarle uno y luego, en la réplica, puedo citarles otros:
O bien la Dirección General de la Policía se equivocó en su nota del mes de marzo de 2006 al afirmar que no se rompió en ningún momento la cadena de custodia de la ya famosa “Mochila de Vallecas” y que, por tanto, “nunca pudo ser objeto de manipulación” o bien falta a la verdad el informe final de la UCI y la UCIE, dos unidades dependientes de la Comisaría General de información, y además que afirma, sin explicarlo, que la “mochila pudo ser manipulada en IFEMA”. ¿Podía aclarar este extremo, Sr. Ministro?
¿Por qué no se ha investigado ni se ha salido al paso de una contradicción que deja en entredicho una pieza clave del sumario? ¿Por qué se pone este arma, por no desmentirlo, en manos de los abogados defensores de los imputados?
No voy a hablar de otras cuestiones como el reconocimiento de no decir la verdad del jefe de los Tedax, don Juan Jesús Sánchez Manzano y otras cuestiones esenciales que luego podríamos desarrollar en la réplica.
Sr. Rubalcaba,
Ustedes son libres de mantenerse atrapados en el relato tan manido del despecho del Partido Popular por el resultado electoral. No sería la primera vez que utilizan esos argumentos.
No perderé ni un minuto en esa cuestión. Fíjese. Sea por lo que sea, sea por el interés que sea, sea por declaraciones confidentes, por los motivos que quieran, ustedes están obligados constitucional y moralmente a investigar qué paso entonces y qué ha pasado desde entonces. Y a informar a esta Cámara, cosa que es evidente que no les apetece, ni les gusta, ni practican.
Ustedes, señorías, llegaron al Gobierno, en una situación de crisis prometiendo a los españoles que sabrían toda la verdad y nada más que la verdad sobre el 11-M. “La verdad, toda la verdad, se acabará sabiendo. Ese es nuestro compromiso con las víctimas”. Son palabras de usted en su famosa rueda de prensa del 13-M, el día de reflexión.
“Nadie está más interesado que el Gobierno en que se esclarezca la verdad”, decía treinta meses después, hace muy pocos días, la Vicepresidenta Primera, no sabemos si en un reconocimiento de incapacidad y olvidando que hace algo menos de dos años “todo estaba claro” para el Presidente del Gobierno; olvidando además que interesados estamos todos los españoles, pero el Gobierno está además obligado a proporcionar la verdad.
Son muchos los “todavía no sabemos” que están esperando a que ustedes los aclaren:
Todavía tienen que poner a disposición los análisis de los explosivos que estallaron en los trenes, y que se realizaron el mismo 11 de marzo en los escenarios de la masacre. Informes que tienen que existir y que de no ser así, tendría usted que explicar por qué no existen.
Todavía tiene Usted que explicar las contradicciones con el sumario… Es usted el ministro del Interior, es usted a quienes le corresponde informar a esta cámara y a mí exigirle esa explicación, señor ministro.
Todavía tiene usted que explicar las contradicciones con el sumario. Y además la inconsistencia de sus respuestas a las más de 200 preguntas escritas que le realizó mi Grupo en relación con la investigación.
Tiene Usted que explicar al menos, algunas. Le citaré pocas:
¿Por qué negó usted que se destruyeran pruebas relacionadas con el 11-M, cuando la propia policía reconoce al juez haber destruido las cintas de audio de la intervención policial en el piso de Leganés? ¿Qué prisa había, Sr. Rubalcaba? ¿Qué prisa había por desguazar los vagones de los trenes?¿Dónde están esos trenes?¿Sigue teniendo la policía bajo su custodia la Renault Kangoo o el Skoda Fabia? ¿Sigue teniendo las pruebas bajo su custodia?
¿Por qué aseguró que su Ministerio no estaba obstruyendo la labor del juez, cuando el propio juez ha tenido que reclamarles informes con demoras de más de un año en la entrega?
¿Por qué no ha querido reconocer, aún a costa de contradecir al sumario, que a uno de los supuestos cerebros del atentado (el conocido como “el Chino”) se le suspenden las escuchas telefónicas el mismo 12 de marzo? ¿Qué explicación existe para ello? Y si la tienen, que seguro que la tienen, ¿por qué no nos la traslada y por qué no nos la cuentan?
Todavía tiene, señor ministro, la oportunidad de explicar por qué todas las evidencias y sospechas de ocultación, manipulación o falsificación de pruebas apuntan siempre en la misma dirección, hacia altos cargos del Ministerio del Interior, dos de los cuales, incluso, se reunieron en la sede del PSOE para preparar sus comparecencias en la comisión de investigación.
No tengo mucho más tiempo, señor ministro, pero debería ser usted el primero, de verdad que lo pienso, el más interesado en esclarecer los hechos y evitar así que los ciudadanos puedan hacer conjeturas.
Después de aquellos días dramáticos, ustedes no tardaron en cambiar todas sus dudas por certezas incuestionables. “Todo está claro”, vino a decir el presidente del Gobierno a la Comisión de Investigación. “Se sabe prácticamente todo”, apostilló la Vicepresidenta más recientemente, el pasado mes de mayo.
En estos últimos dos años, son muchos los españoles que han hecho el camino inverso al del Gobierno, y que han cambiado aquellas certezas por dudas más que razonables. El mismo juez instructor del sumario ha abierto una pieza separada para seguir indagando el capítulo de los explosivos.
Y es que señorías, son ya demasiadas casualidades, contradicciones y apelaciones a la casualidad que menosprecian en muchos casos el sentido común de los españoles y ofenden seriamente al dolor y la memoria de las víctimas:
Mire, señor ministro, cuesta creer, sinceramente, cuesta creer que fuera por casualidad que la banda terrorista ETA robe un coche en el mismo callejón en el que reside el principal imputado de estos atentados. Cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que sea una práctica habitual de la policía conservar en el domicilio particular del Jefe de los TEDAX la prueba clave que ha guiado toda la investigación. Reconocerán que cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que dos policías que registran una furgoneta con perros no encuentren ningún objeto y que después, de esa furgoneta salgan 61 evidencias claves para el sostenimiento de la versión oficial. Cuesta creerlo también, pero puede ser.
Cuesta creer que el Jefe de la desactivación de explosivos de este país se equivoque en sede parlamentaria, sobre el elemento central del debate político, los explosivos que fueron utilizados en los atentados y que eso permita sostener la versión oficial. Cuesta creerlo, pero no seré yo quien diga que eso no puede ser.
Cuesta creer que en un país donde, por desgracia, ha habido decenas de atentados con explosivos, en el más importante se contaminen las pruebas y haya errores de transcripción en un laboratorio oficial. Cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que tras 12 explosiones en lugares distintos no sea posible encontrar restos para determinar científicamente qué fue lo que estalló. Cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que tras una explosión no se encuentren restos. Cuesta creer que tras dos explosiones no se encuentren restos suficientes. Pero tras doce explosiones, dos de ellas siendo controladas por los TEDAX a los que suponemos cierta experiencia, sin duda, no es que cueste creerlo es que, además, sinceramente no puede ser. Simplemente, no puede ser.
El Gobierno tiene la obligación de salir al paso de cuantas contradicciones y debilidades hacen que, en este momento, el sumario no garantice que paguen los que tienen que pagar por lo que tienen que pagar.
Mire, señor ministro, y concluyo, señora Presidenta, muchísimas gracias. En vez de acusar al PP como tantas veces hacen con no conformarse con la versión oficial de los hechos que nos da el Gobierno y nos da el Ministerio de Interior, deberían colaborar sin reserva alguna con la Justicia y poner todos los medios a su alcance.
Usted en persona, además, desde que le nombraron ministro del Interior, debería ser, ya se lo he dicho, en informar puntualmente al Congreso, sin esperar, ni siquiera, a la interpelación de mi grupo y a las preguntas de mi grupo.
Esta tarde, señor ministro, tiene una excelente oportunidad de aclarar a la Cámara una parte de lo mucho que no se sabe, de las contradicciones que se han publicado, y que son contradicciones entre informes policiales y las declaraciones de altos cargos de su Ministerio.
Usted, señor ministro, agitó la bandera de la verdad el día de reflexión, lo recordará perfectamente. Nosotros lo recordamos. Pues, señores diputados, en vez de reírse de una tragedia de esta naturaleza y con tanto alcance, en vez de reírse, en vez de tomarse a broma y querer hacer política partidaria y partidista del mayor atentado sufrido en España y decir que interesa poco a los españoles y por tanto debe interesarle poco al Parlamento, hay que reconocer que ese argumento es poco serio, poco riguroso y poco digno.
Porque eso interesa, y mucho, al conjunto de la sociedad española. Y la sociedad española tiene todo el derecho a conocer la verdad y a que su Gobierno haga todos los esfuerzos por facilitarla, en la medida de sus posibilidades.
Y no se preocupen ustedes tanto, miembros del Grupo Parlamentario Socialista, por nuestra salud política. Muchas veces dicen que no nos conviene, que nos equivocamos. Déjenos, es nuestra responsabilidad. Pero además, otras veces que se han ocupado de nuestra salud política luego se comprobó que la salud delicada era la suya.
Muchas gracias
Señor presidente, señorías,
Las incesantes revelaciones sobre los atentados que golpearon nuestra democracia el 11 de marzo de 2004 confirman que siguen existiendo muchas más sombras que luces alrededor del más sangriento atentado de la historia de España y Europa.
El propio auto de conclusión del juez instructor ha reconocido explícitamente la debilidad sobre la que se asienta el sumario y la poca eficacia de la investigación.
Les cito textualmente: “la investigación no ha conseguido dar respuesta a cuestiones tales como el número exacto de personas que intervinieron en el traslado y colocación" de las bombas, ni "los medios de trasporte utilizados".
Tampoco se establece quiénes son los autores intelectuales de los atentados, ni siquiera quiénes montaron las bombas; ni quiénes las dejaron en los trenes; por no saber, no se sabe ni el tipo específico de explosivo que estalló en los vagones.
Lagunas y Contradicciones que, además de debilitar el carácter probatorio del Sumario, suponen flagrantes disparidades entre el Sumario judicial y las actas de la Comisión de Investigación que, sobre este asunto, se celebró en esta Cámara y a la que con tanta prisa y con tan pocos resultados se acabó dando carpetazo.
Por eso, señorías, mi Grupo plantea esta tarde esta interpelación urgente al Gobierno:
Porque, a pesar del inexplicable e inexplicado conformismo del Gobierno, sigue vigente el mandato que los españoles nos dieron a todas las opciones políticas el 14 de marzo y que se resume en una frase: queremos saber la verdad y queremos ver a todos los culpables en la cárcel.
Además, la presentamos porque no debemos consentir que en esta Cámara se mienta o se falsee la verdad sin dar una justificación por extenso y aquí mismo.
Ustedes saben, señorías, porque es conocido y reconocido, que destacados responsables de su Ministerio – no un funcionario cualquiera, el jefe de la UCO (unidad central de operaciones) o el jefe de los TEDAX – han omitido, falseado y tergiversado la verdad en esta Cámara con motivo de la Comisión de Investigación.
Y presentamos esta interpelación porque el Gobierno, y en concreto, usted, señor ministro, el Ministro del Interior, tiene una responsabilidad directa en la debilidad de la instrucción del sumario.
No es la Justicia la que exclusivamente investiga y colecciona las pruebas. Son el Gobierno y el Ministerio del Interior quienes tienen que proporcionar a los jueces todas las pruebas necesarias para inculpar a los auténticos culpables de la masacre y hacer que paguen por sus crímenes.
Será a su Gobierno, señor ministro, exclusivamente a su Gobierno, a quién pedirán cuentas los ciudadanos si los imputados por el 11-M quedan en libertad o sólo puedan ser condenados a penas leves. No vaya a ser que la Justicia, después de 30 meses de investigación, no cuente con argumentos suficientes para encarcelar a todos los responsables. Y en eso, es evidente, que el Ministro del Interior tiene la máxima responsabilidad.
Señorías, voy a citarle uno y luego, en la réplica, puedo citarles otros:
O bien la Dirección General de la Policía se equivocó en su nota del mes de marzo de 2006 al afirmar que no se rompió en ningún momento la cadena de custodia de la ya famosa “Mochila de Vallecas” y que, por tanto, “nunca pudo ser objeto de manipulación” o bien falta a la verdad el informe final de la UCI y la UCIE, dos unidades dependientes de la Comisaría General de información, y además que afirma, sin explicarlo, que la “mochila pudo ser manipulada en IFEMA”. ¿Podía aclarar este extremo, Sr. Ministro?
¿Por qué no se ha investigado ni se ha salido al paso de una contradicción que deja en entredicho una pieza clave del sumario? ¿Por qué se pone este arma, por no desmentirlo, en manos de los abogados defensores de los imputados?
No voy a hablar de otras cuestiones como el reconocimiento de no decir la verdad del jefe de los Tedax, don Juan Jesús Sánchez Manzano y otras cuestiones esenciales que luego podríamos desarrollar en la réplica.
Sr. Rubalcaba,
Ustedes son libres de mantenerse atrapados en el relato tan manido del despecho del Partido Popular por el resultado electoral. No sería la primera vez que utilizan esos argumentos.
No perderé ni un minuto en esa cuestión. Fíjese. Sea por lo que sea, sea por el interés que sea, sea por declaraciones confidentes, por los motivos que quieran, ustedes están obligados constitucional y moralmente a investigar qué paso entonces y qué ha pasado desde entonces. Y a informar a esta Cámara, cosa que es evidente que no les apetece, ni les gusta, ni practican.
Ustedes, señorías, llegaron al Gobierno, en una situación de crisis prometiendo a los españoles que sabrían toda la verdad y nada más que la verdad sobre el 11-M. “La verdad, toda la verdad, se acabará sabiendo. Ese es nuestro compromiso con las víctimas”. Son palabras de usted en su famosa rueda de prensa del 13-M, el día de reflexión.
“Nadie está más interesado que el Gobierno en que se esclarezca la verdad”, decía treinta meses después, hace muy pocos días, la Vicepresidenta Primera, no sabemos si en un reconocimiento de incapacidad y olvidando que hace algo menos de dos años “todo estaba claro” para el Presidente del Gobierno; olvidando además que interesados estamos todos los españoles, pero el Gobierno está además obligado a proporcionar la verdad.
Son muchos los “todavía no sabemos” que están esperando a que ustedes los aclaren:
Todavía tienen que poner a disposición los análisis de los explosivos que estallaron en los trenes, y que se realizaron el mismo 11 de marzo en los escenarios de la masacre. Informes que tienen que existir y que de no ser así, tendría usted que explicar por qué no existen.
Todavía tiene Usted que explicar las contradicciones con el sumario… Es usted el ministro del Interior, es usted a quienes le corresponde informar a esta cámara y a mí exigirle esa explicación, señor ministro.
Todavía tiene usted que explicar las contradicciones con el sumario. Y además la inconsistencia de sus respuestas a las más de 200 preguntas escritas que le realizó mi Grupo en relación con la investigación.
Tiene Usted que explicar al menos, algunas. Le citaré pocas:
¿Por qué negó usted que se destruyeran pruebas relacionadas con el 11-M, cuando la propia policía reconoce al juez haber destruido las cintas de audio de la intervención policial en el piso de Leganés? ¿Qué prisa había, Sr. Rubalcaba? ¿Qué prisa había por desguazar los vagones de los trenes?¿Dónde están esos trenes?¿Sigue teniendo la policía bajo su custodia la Renault Kangoo o el Skoda Fabia? ¿Sigue teniendo las pruebas bajo su custodia?
¿Por qué aseguró que su Ministerio no estaba obstruyendo la labor del juez, cuando el propio juez ha tenido que reclamarles informes con demoras de más de un año en la entrega?
¿Por qué no ha querido reconocer, aún a costa de contradecir al sumario, que a uno de los supuestos cerebros del atentado (el conocido como “el Chino”) se le suspenden las escuchas telefónicas el mismo 12 de marzo? ¿Qué explicación existe para ello? Y si la tienen, que seguro que la tienen, ¿por qué no nos la traslada y por qué no nos la cuentan?
Todavía tiene, señor ministro, la oportunidad de explicar por qué todas las evidencias y sospechas de ocultación, manipulación o falsificación de pruebas apuntan siempre en la misma dirección, hacia altos cargos del Ministerio del Interior, dos de los cuales, incluso, se reunieron en la sede del PSOE para preparar sus comparecencias en la comisión de investigación.
No tengo mucho más tiempo, señor ministro, pero debería ser usted el primero, de verdad que lo pienso, el más interesado en esclarecer los hechos y evitar así que los ciudadanos puedan hacer conjeturas.
Después de aquellos días dramáticos, ustedes no tardaron en cambiar todas sus dudas por certezas incuestionables. “Todo está claro”, vino a decir el presidente del Gobierno a la Comisión de Investigación. “Se sabe prácticamente todo”, apostilló la Vicepresidenta más recientemente, el pasado mes de mayo.
En estos últimos dos años, son muchos los españoles que han hecho el camino inverso al del Gobierno, y que han cambiado aquellas certezas por dudas más que razonables. El mismo juez instructor del sumario ha abierto una pieza separada para seguir indagando el capítulo de los explosivos.
Y es que señorías, son ya demasiadas casualidades, contradicciones y apelaciones a la casualidad que menosprecian en muchos casos el sentido común de los españoles y ofenden seriamente al dolor y la memoria de las víctimas:
Mire, señor ministro, cuesta creer, sinceramente, cuesta creer que fuera por casualidad que la banda terrorista ETA robe un coche en el mismo callejón en el que reside el principal imputado de estos atentados. Cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que sea una práctica habitual de la policía conservar en el domicilio particular del Jefe de los TEDAX la prueba clave que ha guiado toda la investigación. Reconocerán que cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que dos policías que registran una furgoneta con perros no encuentren ningún objeto y que después, de esa furgoneta salgan 61 evidencias claves para el sostenimiento de la versión oficial. Cuesta creerlo también, pero puede ser.
Cuesta creer que el Jefe de la desactivación de explosivos de este país se equivoque en sede parlamentaria, sobre el elemento central del debate político, los explosivos que fueron utilizados en los atentados y que eso permita sostener la versión oficial. Cuesta creerlo, pero no seré yo quien diga que eso no puede ser.
Cuesta creer que en un país donde, por desgracia, ha habido decenas de atentados con explosivos, en el más importante se contaminen las pruebas y haya errores de transcripción en un laboratorio oficial. Cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que tras 12 explosiones en lugares distintos no sea posible encontrar restos para determinar científicamente qué fue lo que estalló. Cuesta creerlo, pero puede ser.
Cuesta creer que tras una explosión no se encuentren restos. Cuesta creer que tras dos explosiones no se encuentren restos suficientes. Pero tras doce explosiones, dos de ellas siendo controladas por los TEDAX a los que suponemos cierta experiencia, sin duda, no es que cueste creerlo es que, además, sinceramente no puede ser. Simplemente, no puede ser.
El Gobierno tiene la obligación de salir al paso de cuantas contradicciones y debilidades hacen que, en este momento, el sumario no garantice que paguen los que tienen que pagar por lo que tienen que pagar.
Mire, señor ministro, y concluyo, señora Presidenta, muchísimas gracias. En vez de acusar al PP como tantas veces hacen con no conformarse con la versión oficial de los hechos que nos da el Gobierno y nos da el Ministerio de Interior, deberían colaborar sin reserva alguna con la Justicia y poner todos los medios a su alcance.
Usted en persona, además, desde que le nombraron ministro del Interior, debería ser, ya se lo he dicho, en informar puntualmente al Congreso, sin esperar, ni siquiera, a la interpelación de mi grupo y a las preguntas de mi grupo.
Esta tarde, señor ministro, tiene una excelente oportunidad de aclarar a la Cámara una parte de lo mucho que no se sabe, de las contradicciones que se han publicado, y que son contradicciones entre informes policiales y las declaraciones de altos cargos de su Ministerio.
Usted, señor ministro, agitó la bandera de la verdad el día de reflexión, lo recordará perfectamente. Nosotros lo recordamos. Pues, señores diputados, en vez de reírse de una tragedia de esta naturaleza y con tanto alcance, en vez de reírse, en vez de tomarse a broma y querer hacer política partidaria y partidista del mayor atentado sufrido en España y decir que interesa poco a los españoles y por tanto debe interesarle poco al Parlamento, hay que reconocer que ese argumento es poco serio, poco riguroso y poco digno.
Porque eso interesa, y mucho, al conjunto de la sociedad española. Y la sociedad española tiene todo el derecho a conocer la verdad y a que su Gobierno haga todos los esfuerzos por facilitarla, en la medida de sus posibilidades.
Y no se preocupen ustedes tanto, miembros del Grupo Parlamentario Socialista, por nuestra salud política. Muchas veces dicen que no nos conviene, que nos equivocamos. Déjenos, es nuestra responsabilidad. Pero además, otras veces que se han ocupado de nuestra salud política luego se comprobó que la salud delicada era la suya.
Muchas gracias
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