lunes, enero 01, 2007

Comunicado de la Asociación por la Tolerancia tras el atentado de ETA en la T-4 de Madrid.


La AT condena el atentado terrorista con el que ETA ha despedido el año, se solidariza con todos los afectados de esta acción criminal, sobretodo con los familiares de los dos desaparecidos, y lamenta que el Gobierno se haya estado agarrando, de forma insensata a la quimera de que con buena voluntad se podía acabar con las prácticas homicidas de la banda. Las advertencias y reflexiones en contra de ese mal llamado “proceso de paz”, provenientes no sólo de la oposición, sino de la mayoría de las víctimas, de las asociaciones apartidistas –como la nuestra– de larga trayectoria en su resistencia cívica frente al terrorismo, y de parte del propio PSOE y su entorno, se han ido estrellando contra un empecinamiento (entre cándido, prepotente, ignorante y pueril) de difícil justificación.

La supuesta verificación de ausencia de violencia y condena del terrorismo –requisitos impuestos por el Parlamento antes de que el Gobierno iniciara ningún diálogo con los violentos– se ha realizado contra demasiadas evidencias. No eran gestos las cartas de extorsión; ni el robo de 350 pistolas de una armería francesa; ni que, durante un acto de homenaje a miembros de la banda muertos, tres etarras leyeran un comunicado, con armas en ristre, en el que apostaban por la violencia como instrumento para conseguir la independencia; ni el intento de quemar a dos ertzainas en uno de los múltiples actos de violencia callejera en el PV; ni el ultimátum a través de zutabe; ni el atentado de Barañain; ni el zulo con material explosivo...

Estos 9 meses de alto el fuego, han resultado, como en ocasiones anteriores, el periodo de gestación que ha necesitado ETA para poner a punto su maquinaria letal.

Una vez más, roto el sueño de democratizar a ETA y a los que la apoyan, se hace necesario, tener presente unas cuantas obviedades:

1. En una democracia, las reivindicaciones sólo son aceptables si se llevan al terreno político, dentro de las reglas del juego.

2. Los terroristas son los que, mediante el ejercicio del terror, quieren romper las normas que nos hemos dado todos e imponer las suyas; por tanto, el diálogo no es lo que persiguen ni lo que desean.

3. No se puede confiar en la palabra del que no respeta ni vida ni hacienda.

4. Ningún Gobierno democrático debe jugar a hacer creer a los terroristas que puede hacer concesiones que chocan con la Constitución.

5. Para resolver un problema, resulta necio emplear caminos ensayados y fracasados con anterioridad y abandonar los que han resultado eficaces.

6. La constitución de una mesa de partidos con Batasuna (que no olvidemos que se ilegalizó no por no condenar la violencia sino por su probada vinculación con ETA), al margen de las instituciones democráticas, es –por ello mismo– antidemocrática.

Hay muchos indicios que apuntan a una nueva escalada de atentados. Se ha acabado el tiempo para dar crédito a los optimistas impenitentes que aún ven lo de ayer como un “accidente”, puesto que la banda había avisado con tiempo suficiente.. . Sólo queda volver a aprender de los errores y animar a los dos grandes partidos a la vuelta al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, y a la Ley de Partidos.

Marita Rodríguez, presidenta,
Barcelona, 31 de diciembre de 2006

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